Huevitos











Vellohomo te desea Felices Pascuas

Comentarios

  1. Si al #1 le cuelgan tal como se ven, el tipo debe dar las horas en el campanario de su pueblo...

    ¡Vaya badajos!

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  2. Con todo y que el conejo #4 está mucho muy tentador y el conejito #8 está muy emocionado de estar aquí (qué ilustración tan bien hecha!), yo ya me quedé con el conejito vintage del otro post de hoy... pero no importa; ya sabemos que aquí todo se comparte... TODO TODO!

    ¡Felices pascuas a todos!

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  3. Felices Pascuas Franco!!! Felices Pascuas a todos!!!

    Adoro el chocolate, pero estos huevos son mas tentadores.

    Besos en los huevos.

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  4. Salú la barra!
    y FELICES PASCUAS.
    Bueno, yo soy más de roscas que de huevos, pero a estos huevitos no les haré ningún asco.
    Y como de huevos se trata hoy, propongo que nos empelotemos todos en el café, y hagamos un "huevo party".
    ¿Qué cosa más hermosa existe que sentirnos mutuamente los huevos en tacto, gusto y olfato? puede haber celebración masculina más explícita???

    Queridos,
    Vengo muy atrasado.
    Finalmente, estos días de inactividad total, me tuvieron muy ocupado (!?!?!?), el viernes casi no estuve en casa todo el día... y ayer estuve todo el día ADENTRO (mmmm!, oich, a veces no puedo creer lo pecador que soy), así que sobre todo esto último, sabrán comprender que no podía dejar de atender.
    Pero espero ponerme al día con la hermosa tertulia del café de estos días.
    Hago también mía la frase de Mehemet: Besos en los huevos a todos.

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  5. Queridos míos,

    No quería dejar de expresar algo que tiene que ver con el pasado post acerca de las relaciones entre padre e hijo.
    Todos saben que no es la primera vez (ni la última, voto a Edipo gay), que posteo imágenes sobre el tema. Mis archivos desbordan fotos de sexo entre maduros y jóvenes que mi fantasía cachondezca interpretará prioritariamente como relaciones incestuosas entre padres e hijos, aunque sólo una mínimísima parte de esos hombres tengan entre sí alguna liaison genética, claro está. O sea, que la cosa me pone a mil y me deja "burraco" a más no poder.
    Decía que no es la primera vez, pero -y gracias a la madurez y la confianza que cada vez más afirma esta tertulia- creo que hasta ahora no había despertado tantos comentarios y sobre todo reflexiones al respecto.
    No tengo mucho más que agregar a todos los sentires que fui leyendo y viviendo nuevamente con cada uno de ustedes. Fue enormemente clara la exposición de Hairy en cuanto a los aspectos culturales del tema, y la sinceridad y sentimientos expuestos por el Turco, por José, por Deepsouth y por Manu, alrededor de un tema que a todos nos atraviesa de lleno por nuestras más recónditas emociones. El tema es universal, pues, y entronca con nuestros aspectos vivenciales y afectivos más profundos. Particularmente para aquellos que supimos de nuestra inclinación homosexual desde pequeños, la figura paternal no suele ser un tema liviano ni simple, sea esta omnipresente, correctamente presente o totalmente inexistente.
    Quienes me conocen, saben que el tema del incesto ha sido muchas veces una inspiración cuando volcaba todas esas fantasías en mis relatos. Curiosamente, esa temática -y puede verse aún en cualquier web de relatos eróticos- es la preferida de una gran parte del público. A través de esos relatos tuve contacto oportunamente con protagonistas de la vida real, y me di cuenta de que la práctica en sí -comprobando lo que dice tan bien Hairy- es mucho más común de lo que creía. Pero cuando tratamos el tema, como ahora, inevitablemente salen palabritas alrededor de estas relaciones como: "normal", "natural", "anormal", "prohibido", "abuso", "violación", "consentido o no". Y es totalmente lógico, porque el tema tiene tantas aristas y tantas asociaciones desde cualquier área desde donde se lo analice.

    Continúo abajo...

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  6. Pero que surjan tantas posibilidades de análisis, en cualquier caso no debe permitir que confundamos algunos aspectos fundamentales.
    No se ha mencionado aquí la palabrita "menor". Y no es menor tema semejante sustantivo/adjetivo. Pues cualquier sensación de contravención relacionada a una actividad sexual y/o amorosa entre padre e hijo, está planeando sobre esta palabrita. Tal vez, ConMaduros, al indicar cierta "apología" a una posible masificación indiscriminada acerca de este tipo de relaciones, tenga que ver con esta confusión, no sé.
    Y creo, en mi modesta opinión, que es algo que no se debe dejar de tener en cuenta.
    Como bien se decía aquí, no sólo es importante el consentimiento de las partes. Y un consentimiento libre, totalmente. Pero la libertad de consentimiento, como bien se dijo, significa conocimiento. Algo que cualquier individuo que no sea adulto, no manejará en absoluto. Creo que la existencia de la consciencia total de lo que se está haciendo marca el final de la minoridad, (y no los 18 años cumplidos, una mera formalidad). Jamás fantasearía nada dentro de esta relación, sabiendo que hay un menor en juego. Todo lo contrario a excitación: sentiría rechazo total. Y eso me pasa siendo espectador de cualquier tupo de "abuso".
    Por otro lado, a los fundamentos necesarios para que esta relación sea propicia, se debe unir el del amor. Aunque parezca una frase bonita, hecha y remanida ¿no estaría bordeando la tragedia una relación así que no incluyera el amor? Llegado a este punto, y volviendo sobre lo que más me "calienta" cuando veo a dos generaciones distintas amarse, es precisamente eso: poder pensar ¡como se quieren estos dos!, y es tanto el amor, que sería imposible no consumarlo sexualmente.
    Me aventuraré a decir algo que creo que tal vez no suene bien para algunos, pero soy de los que piensan que todos -independientemente de su elección sexual- hemos tenido al menos una vez alguna fantasía o deseo sexual hacia nuestros padres. Y lo digo en pluralidad de género, por cierto.

    sigo abajo.

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  7. Personalmente, mi padre nunca me ha atraído de manera tal que me hiciese sentir deseos de consumar algo con él, es más, una oportunidad en que lo ví desnudo desde atrás dejó mucho que desear (!?!), pero no fueron pocas las veces que tuve algún tipo de fantasía con él. Podría decirse también -no lo sé exactamente- que mi vocación pilosa me viene de admirar y/o jugar con sus pelos del pecho cuando era niño, recuerdo muy nítido en mí.
    Igualmente, el tipo de relación padre-hijo por la cual me siento identificado es la del hijo seducido por su padre.
    También, al decir esto, me posicionaré como Hairy, y diré aquí que tengo un hijo varón. Es un chico hermoso transformándose en hombrote que -para colmo!- está dando muestras sobradas de que será un infartante velludazo (pelos heredados de varias generaciones en la familia). Así es. O sea que por este café, nos venimos a enterar con mi hermanito mellizo que también tenemos sobrinitos, jejje.
    Ahora bien: Es notorio como, siendo el tema del incesto entre padres e hijos, un tema que particularmente me excita sobremanera, en mi vida personal, nada de eso me inspire el más mínimo indicio a hacerlo realidad. No negaré que he tenido mis grandes dudas y hasta miedos (quién no?) cuando mi varoncito comenzó a desarrollarse. Pero nada. Es muy raro, pero jamás surgieron en mí ningún tipo de deseo incestuoso para con mi hijo. Era como si a todo eso, sólamente pudiera disfrutarlo como espectador. Ningún interés me movió, ni me mueve a hacer algo.
    No puedo explicar, ni decir más sobre ese tema personal, porque no sabría como hacerlo. ¿Qué es lo que anula el deseo sexual entre un padre y un hijo, o, que nunca se manifieste? ¿Qué él disfrute enormemente de su heterosexualidad? ¿Qué es lo que activa, por el contrario, una relación incestuosa?
    Y si seguimos reflexionando o iluminando nuestros interiores, seguramente encontraremos muchas más preguntas. Algunas respuestas también, pero sobre todo muchas preguntas y nuestro tema, seguramente, quedará abierto indefinidamente.
    El respeto que reina en esta tertulia, nos habilita siempre a seguir compartiendo las opiniones más personales y diversas. No hay más satisfactorio ejercicio entre adultos.
    Los abrazo, siempre.

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  8. Parece que ayer, además de Sant Jordi, también fue el “Día del Padre” de la Tertulia: un servidor, Deepsouth, Franco… y, seguro, algún amigo más, silente o parlante, se hallará en la misma condición, tanto generacional (cuarentones/cincuentones) como familiar (hijos adolescentes/jóvenes).

    Tranquilos, se que digresiono, pero siempre consigo cerrarlas.
    Para empezar, Franco, por si quedaba duda: no nos gastamos ni un puto euro en hacernos la prueba del ADN. Más mellizos, imposible.

    Sobre estas paternidades compartidas, me gustaría hacer una precisión muy importante: que nuestros hijos disfruten de su heterosexualidad no es el interruptor que enciende o apaga ese “Deseo Carnal” (Título de la mejor/única canción de Alaska que viene de perlas) pues ¿cómo explicamos el amor hija/padre o hijo/madre o hermano/hermana, nieta/abuelo y viceversa en todas sus variantes heterosexuales hasta el tercer grado de parentesco? (límite jurídico para considerar o no incestuosa una relación).

    Quiero decir, y sobre todo al hilo de lo que apuntaron ayer José y MuyPe que, por favor, dejemos-ya-de-una-vez-por-todas de autoinculparnos de todo por el mero hecho de ser homosexuales.
    Lo siento, pero no puedo más con ello. ¡Ya basta! (lo digo entre hipérbaton pero no por gritaros, sino por enfatizármelo a mí mismo).

    Y digo a ese hilo porque, si no recalcamos que ese tipo de relaciones se pueden dar SEA CUAL SEA LA ORIENTACIÓN SEXUAL DE LAS PARTES, cualquiera que pase por aquí y nos lea, dejando esto sin puntualizar de forma inequívoca, lo tomará “por el lado de los tomates”; nos tendrá –como siempre- por una reata de depravados mariconazos asaltacunas.

    Tomo prestadas unas hermosas palabras que me dirigió Deepsouth hace unos días y que adapto a mi persona:
    Hace mucho tiempo que hice las paces con el maricón que llevo dentro. Y ese maricón me perdonó porque, en su inmensa generosidad, comprendió que ni el país, ni el siglo, ni la familia ni el entorno que me tocó vivir me lo puso fácil y lo pagué con él.
    Fui terriblemente injusto con él pero ese maricón supo ser enormemente indulgente conmigo. Esperó, supo aguardar a que yo mismo, por fin, solo, como únicamente puede ser, me diese cuenta que sólo tengo una vida y que, en interés ajeno, no me la puedo pasar tirándola por la borda.

    Sí, cierto; yo también, hermano Franco, tuve mis temores, los mismitos que tu con tu hijo. Pero no te equivoques: tu y yo sabemos que no es el hecho que disfruten nuestros hijos de su heteroexualidad lo que anulase ese deseo. Es sencillo, mucho más sencillo: no ocurrió porque no tuvo que ocurrir. Ni ocurrirá.
    Y punto.

    Exactamente lo mismo que cuando sucede y de ello nos dio una tremendísima lección Turco que se nos meó en toda la cara a los gremios de juristas, médicos, sociólogos, pedagogos y toda la demás putamierda de pendejos (=gilipollas) sabelotodo que son esos colectivos; lección que jamás le podré agradecer lo suficiente por su sinceridad, sencillez, claridad y, sobre todo, NATURALIDAD. Ni alardes, ni vergüenzas. Tuvo conocimiento y tuvo consentimiento. Lo vivió, lo vive, lo disfrutó, lo disfruta, fue feliz, ES FELIZ.
    Y punto.

    Eso es lo único que la sociedad debe preguntar en supuestos así: conocimiento y consentimiento. ¿Existen? Pues adelante; toda la felicidad del mundo.
    Y punto.
    ¿No existen? A la cárcel.
    Y punto.

    Y ahora, amigos, o lo digo, o reviento (y así me mandáis al peo porque me lo habré ganado a pulso); esto va a todos mis colegas papás:

    ¿Sabéis cual ha sido el MAYOR TERROR que hemos tenido para con nuestros vástagos?

    ¿Por qué cosa hemos rogado a los cielos noche tras noche hasta que, por fin, nuestro anhelo se vio cumplido?

    ¿Cuál fue ese ansiado deseo?

    QUE NO FUESEN MARICONES COMO NOSOTROS

    Y ahora, con vuestro permiso, me voy a la terraza a fumarme un cigarrillo y a llorar como un gilipollas. Porque esta puta tertulia que tanto quiero lleva desde octubre sacándome lagrimones como puños.


    Y, sí, SOY FELIZ CON VOSOTROS

    Y PUNTO.

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  9. Bien dicho, Hairín.
    Y hazme un lugarcito en la terraza, para hacerte compañía, yo no fumo, pero igual. Compartamos los lagrimones.
    Gracias por este comentario.
    F.

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