La visita nocturna del Nerd

La palabrita Nerd, empezó a ser usada en los comienzos de los ’70 a partir de que este epíteto fue usado por el filósofo Timothy Charles Paul para describir un estereotipo de persona inteligente con reducidas habilidades sociales y que suele ser objeto de burla. Unos quince años más tarde, este concepto fue tomado y explotado al máximo en la película “Revenge of the Nerds”
Este estereotipo está designado por características muy reconocibles. El Nerd está siempre interesado en algún tipo de actividad intelectual relacionada con lo científico, con lo informático y al estudio en general, de forma obsesiva. El Nerd es torpe, descuida todo lo concerniente a cualquier actividad social, recreativa, física o deportiva. Nada de eso tiene que ver con él. Su aspecto demuestra un nulo interés por cualquier cuidado de la apariencia física, por la moda, y generalmente es totalmente dependiente del uso –casi excluyente- de gruesas gafas de montura oscura que no se quita ni para dormir.


Los sinónimos de Nerd en otros países, serían más o menos así: tanto en Argentina como en Uruguay se los suele llamar “Bocho”, “Olfa”, “Aparato”, “Traga” (de tragar libros), “Cuatrojos”. En Bolivia: “Corcho”. Los chilenos los identifican como “Perno”, “Mateo”. En Colombia: “Ñoño”, “Nerdo”, “Pilo”. En Cuba: “Quemao”, “Escapao”, “Volao”, “Locote”, “Nergado”, todos ellos con connotaciones no peyorativas. En España (aunque aquí apelo a nuestros tertulianos ibéricos): “Empollón”, “Sabiondo”, “Cerebrito”. En México (lo mismo, por favor corríjanme si me equivoco) les llaman principalmente “Nerd”, “Ñoño”, “Teto”. En Perú los Nerds son “Envidiosos”, “Cocos”, “Pavos”, “Chancones”, “Quedados”; y en Venezuela se les dice "taco", "cráneo", "cerebrito", "friki", "entregao", "fajao", "huevo".
Si bien el adjetivo Nerd no existía cuando yo era chico, los Nerds siempre estuvieron presentes en toda época. Cuando estudiante, siempre recuerdo haber tenido a algún que otro Nerd en las clases. Tanto en la escuela primaria como la secundaria, incluso en la universidad (allí creo que los demás me tildaban un poco de “Nerd”). El término general que usábamos con ellos era “Bocho”. Alrededor del Bocho se percibía una mezcla perfectamente reconocible de desprecio con secreta admiración. Para quienes no éramos precisamente unos iluminados en el estudio –a veces por limitaciones de inteligencia, otras pura y exclusivamente por vagancia o desinterés- esos bochos, esos “aparatos”, infundían cierto respeto. Cuando el “bocho” era claramente identificable como un nerd, aquel que no hablaba, que no se relacionaba, que vestía como el culo o ridículamente, que no usaba nunca peine, y que iba en sentido contrario de todos los que buscábamos desesperadamente ser etiquetados dentro de una misma corriente aceptadora; el desprecio y maltrato general era realmente notable. Hoy en día veo eso ciertamente horripilado, pero mi inmadurez (esa que uno tiene en cualquier etapa de la vida) hizo que alguna vez formara parte de esa miríada de vilipendiadores crueles e insensibles.



En particular, recuerdo a mi compañero de la primaria de apellido D’amico. Él era el típico nerd que, aunque no tenía las cualidades brillantes de un estudiante extraordinario, poseía calificaciones superiores a la gran media del curso. Era un desaliñado e irreparable individuo que desentonaba donde fuere. Era odiado hasta tal punto que las niñas habían preconizado la prohibición de tocarlo, y evitar así el riesgo de quedar “infectado” de por vida. D’amico, aparato tragicómico como dije, iba por la vida aceptando resignadamente esta sentencia en su contra, pero por otro lado, y como buen nerd, creo que al fin y al cabo terminaba pasándose por los huevos esa anatema tan discriminatoria que le importaba tres carajos. A pesar de eso, yo era uno de los pocos compañeros que a veces le prestaba atención, o que incluso, caminaba con él después de clases hasta la parada del colectivo. Fuera de contexto, alejado de los compañeros de grado, D’amico era un chico como todos. Su desgarbada apariencia impedía apreciar sus rasgos armoniosos, pero era un lindo muchacho; alto, flaco y de orejas como Dumbo, era el único chico rubio de la clase. Detrás de los anteojos sus pupilas vivas y grandes brillaban en un color celeste intenso. Lo único que desafiaba la armonía general eran dos prominentes paletas a modo de dientes delanteros, pero nada que no se arreglara con un buen tratamiento de ortodoncia. En el aula, en los recreos, yo acaté cobardemente esa norma de tomar distancia del “infecto-infectable”. Y hasta me debo haber creído, con mente de niño cruel, que D’amico era algo casi contrario a la naturaleza humana.
Pero un día, o mejor dicho una noche, D’amico vino a aclarar toda percepción controvertida que yo tenía hacia su persona. ¿De qué manera?, pues apareciendo en uno de los primeros sueños eróticos del que yo tenga memoria, y desde el cual me maravilló.



Me desperté perplejo. ¿Quién no ha tenido un sueño erótico con la última persona con quien se imaginaría tenerlo? De infecto-infectable, D’amico pasó a ser un joven totalmente deseable. En mi sueño me besaba totalmente desnudo, y una enorme (aún puedo recordarla) vara erecta y mojada entre sus piernas abiertas, acercándose más y más hacia mí. Jamás en mi vida había visto una verga en erección, así que aquella estaba hecha a imagen y semejanza de la mía, pero con el doble de tamaño. No me sentía confuso por haber tenido un sueño “de maricas”, cosa que a esa altura de mi juventud ya no me asustaba para nada, sino de haber soñado eso con D’amico. Mi inconsciente lo había elegido como el hombre de mis sueños, y no al bello Adamonis, el compañero más popular y apuesto del grado.
Algo en el comportamiento de D’amico hacia mí cambió, como por arte de magia, a partir de ese momento. Creo que ambos sabíamos que de alguna manera éramos amigos. No estaba “bien vista” esa amistad, pues nadie podía tener una amistad “normal” con semejante nerd, tan despreciado por todos. Él, sabiendo eso, generosamente llevaba esa peculiar relación en secreto. Nuestra aceptación y entendimiento mutuo, fue propiciada por él de la manera más discreta posible, sin aspavientos ni estridencias de ninguna índole. Era más inteligente que todos. Nos manteníamos distantes en público, y ciertamente menos cuando nos alejábamos del mundo de la escuela. D’amico fue uno de los compañeros que más recuerdo de mi época del colegio. Muchos de los otros, se han diluido en un olvido aletargado. En el último curso fuimos compañeros de banco. Yo, totalmente “infectado” ya, no seguí soñándolo por las noches, pero supe verlo y entenderlo como nadie en el grado. Al menos eso creo. Extrañamente, esa relación fue tácitamente respetada por todos y nadie se metía con nosotros.
Hoy, D’amico -de quien nunca supe nada jamás- seguramente debe ser un hombre bellísimo, rubio, de ojos celestes, altísimo, inteligente y con unas orejas desabrochadas que haría las delicias de algunos tertulianos que conozco por aquí. Vaya este post dedicado a él, donde quiera que esté, y a todos aquellos que alguna vez se sintieron irresistiblemente atraídos -conscientemente o no- por estos peculiares Nerds que, vistos en una segunda mirada, bien podrían ser inevitablemente infartantes. ¿O no?

















































Comentarios

  1. En el pantanoso ecosistema escolar, los Empollones (también, en España, denominados “Repelentes”, “Sabelotodos” -ambas en desuso- o, en catalán, “Sabaruts” o “Setciències”) copaban el vértice de la pirámide formada por las distintas y desamparadas subespecies de “Ratiros”, de “Patitos Feos”, de “Dumbos”.

    Por una u otra razón –fuese por su indiferencia al sacrosanto futbol, o a la compulsiva obsesión por seguir las modas de los cromos, las peonzas, los yoyós, levantarle las faldas a las niñas o demás “divertimentos” que la simiesca masa consumía a destajo; siempre “capitaneados” por el “Orangután Alfa” de turno, cuyo único mérito, al menos para mí, eran los precoces pelacos que lucía- ese colectivo, esa pirámide, era, en mayor o menor medida, el contenedor de la estigmatización; la diana en la que, el resto, apuntaba toda su crueldad infantil…, violencia física incluida… con la asquerosa y repugnante anuencia del claustro de profesores y curas.

    Quizás porque ya, de niño, apuntaba maneras en cuanto a mi sentido de la justicia e instinto protector, los Repelentes siempre me dieron mucha ternura, en la misma proporción que me daba coraje, rabia y… tristeza –sí, pena, mucha pena- ver tanta ignominia cebándose en ellos y tanta indiferencia –cuando no deliberado y azuzado consentimiento- en quienes debían haber sido custodios y parado los pies a esos impresentables que abusaban de ellos y jaleaban a la masa en sus ataques.

    Y, sí, confieso: yo también procuraba “no infectarme” y eso que, sobre todo en la primaria, mis calificaciones escolares eran de un repugnante 10/10 en todas las asignaturas. Ello me habría abocado, derechito, al “Infierno Nerdie” pero, supongo que mi físico –y también mi carácter- estaba en las antípodas y, quizás, ello me salvó de ese Averno Escolar.

    Ojalá –y en verdad así lo siento y digo- esos “Patitos Feos”, esos “Dumbos” se hayan convertido en bellísimos cisnes.

    Y tal vez, su venganza no llegará jamás a los niveles de Sissy Spacek en “Carrie” -¡qué maravilla de película! que jamás han dado jamás en TV… ¿porqué será?...- ; pero lo mismo se hicieron informáticos… y evolucionaron… y crearon Internet y todo lo que le rodea… para tenernos a su entera merced…

    Si así fue, tremenda vendetta… De aplauso…

    Franco, bello homenaje les dedicaste. Te felicito.

    P.S.: ¡Qué linda es la infancia escolar!...
    …Su Puta Madre…

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  2. Definitivamente este es un post diferente... no entra dentro de lo "común" que uno pudiera pensar al momento de buscar imágenes sugerentes y sensuales para acompañar a nuestra calentura... ¡lo cual es una omisión imperdonable! ¡Qué excitante puede llegar a ser un nerdo!

    No lo escribí mal... me avoco al apoyo que solicitas, Franco: los términos que ocupamos aquí en México para referirnos a los “nerds” son NERDOS (libre traducción al español del término en inglés), CEREBRITOS (en alusión a su memoria y conocimientos) ó MATADOS (para el estudio y las obligaciones)… muy de vez en cuando usamos el SABIHONDO (y este último en un tono despectivo, en realidad). “Noño” y “Teto”, los otros 2 términos que mencionas se ocupan realmente para todos aquellos (niños y adultos) presumidos y mustios que llegan a fastidiar y caer mal por su grandilocuencia y fantocherías. ¿Recuerdan a Ñoño, el personaje de El Chavo del Ocho? Justamente era por eso que comento… y él también era "el aplicado de la clase"; con lo que es un muy buen ejemplo de que a veces los ñoños son nerdos, pero OJO! no todos los nerdos son ñoños.

    Puedo decir que yo, en la educación elemental (aquí le decimos "primaria") fui un distinto tipo de nerdo... yo no usaba lentes (y espero no necesitarlos) pero era muy relamidito, atildado y preocupado por el aspecto personal... en toda mi escuela yo era el único niño que iba con corbata y colonia, muy formalito; y si a esto le agregamos que era muy bueno para los estudios y hablaba de lo que leía en otros lugares (desde siempre me ha gustado mucho leer), efectivamente yo tenía encima a "los pesados" de la escuela, ¿pero quién salía siempre en mi defensa? ¡las niñas, a las que yo les parecía "muy lindo y encantador por ser taaaaaaan inteligente"! Esa ayuda no sirvió de mucho a mi reputación, porque como siempre andaba rodeado de niñas, se empezó a correr la voz de que, aparte de todo, yo era "rarito" (o "joto", como decimos aquí)... ¡y eso estuvo peor! Afortunadamente, tal y como lo comenté en el post de "Maricón-Mato-Muero" de Laudanus, nunca faltaron amigos (pocos pero efectivos) que no me dejaron morir en toda esa pesadez de mi infancia.
    ¡Y qué deleite hubiera sido encontrar amigos defensores como ustedes, caballeros! Amén de su espíritu solidario... ¡qué interesante hubiera sido compartir espacio con unos niños tan guapos! Porque estoy seguro que de niños fueron muy guapitos... ¡y al crecer se magnificaron!

    Sobre la galería nerd de este día... ¡qué vistas tan maravillosas! Le rindo honores y admiración a estos:
    * El pelirrojo #6,
    * El emocionado #8 (¿de qué profe se estará acordando?),
    * El desperezado #12-13 (muy guapo muchacho... quisiera ver cómo va a crecer),
    * El impresionado #16,
    * El retador #18 (qué pubis tan suculento!),
    * El goloso #19,
    * El pensativo #32 (con esos sobacos, seguro que el Profe Albert le toma la lección),
    * El dispuesto #35 (aparte de nerdo ha de ser Scout... ¡siempre listo!),
    * El prometedor #37 (ese cuello, ese cuello... no enseña casi nada pero a uno le pone a trabajar TODO!),
    * El impresionado #45 (con esta foto me pongo a fantasear con una foto para el perfil de contactos por internet... ¡este nerdo es muy fogoso!),
    * El rubito #48 (ese se lo voy a guardar a mi niño MuyPe para después de que haya terminado sus deberes; porque él dijo una vez que era muy raro encontrar rubios peludos... mirá lo que te tengo, nene!),
    * El relajado #49,
    * ...y el sublime #55 (con todo y que tiene lentes de papá... qué importa! la pinta también!)

    En conclusión; si alguna vez, al salir de algún colegio vemos a un nerdo salir con sus libros y ese andar apresurado... ¡no nos vayamos con la finta! ¡muy seguramente es un lobo feroz encerrado en la piel de un corderito! ¿Y acaso han pensado qué delicia sería la "sobrecama" (como la "sobremesa") con un matado? ¡Apasionante!

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  3. ¡Qué linda es la infancia escolar!...
    …Su Puta Madre…

    Eso digo yo también, Hairy. Que cruel el niño y el adolescente. La bestia señala al nerd con malicia esperando el aplauso y la aceptación de la masa. El y la masa, temen ser señalados y ser objetos de burla. Por lo tanto, llevan esa presión al límite de lo soportable, para el pobre señalado.

    Me dolía la burla, nunca me adhería a ella. La infancia y la adolescencia, dentro de la escuela, no son un bello recuerdo
    para mi, aun no siendo nerd.

    Che Franco, a estos, comoquiera que se los llame, yo me uno sin pensarlo dos veces.

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  4. Sí, la verdad, como dice Mehemet, estos nerditos están preciosos. Algunos pueden dar cátedra de como respetar los pelos viriles a más de uno, supuestamente alfas y perfectitos.
    El comentario de Hairy, (ah, felón, nos tienes acostumbrados a estas síntesis asombrosas de tu pluma magistral) es exacto y podría ser en realidad el post y no el comentario al mismo, tal su claridad, su precisión descriptiva y su vuelta de tuerca reflexionando sobre todo lo que le debe el mundo de los "triunfadores" a los nerds. Sí, una vendetta, tal como reza el título de la famosa película. Excelente, querido, sin más, es un placer siempre leerte. Y me quito el sombrero ante tí. (y lo que tú quieras)
    Como dice Manu, un post diferente sobre gente diferente, sí. QUe no se encuentra más que en poca cantidad de ejemplos en la vorágine igualadora de todas las épocas de la vida de uno.
    Obviamente, los nerdos siempre estuvieron solos. Apenas si recordamos alguno que otro en nuestros cursos de primaria, secundaria o universidad, es decir, que salvo algún salvador esporádico, el nerdo nunca tenía una "tertulia" de amigos que lo protegiese (seguramente tan o más nerdos que él, jejeje)
    Es inevitable reflexionar a la distancia sobre la crueldad de los claustros educativos, y parece ser que esto es así en cualquier país del mundo. Recuerdo ahora el comentario de una amiga perteneciente a una familia de argentinos radicados en USA. Al hermanito pequeño, un día en la escuela, los compañeros lo tajearon en el abdomen para ver si la sangre de ese "latino" era roja u oscura.
    Crueldad y deshumanización absoluta. Pero bueno, no nos olvidemos que desde ese ámbito, los humanos nos preparamos para lo que será la vida posterior. No sé qué es primero, si el huevo o la gallina, si de ahí salen los hombres del mañana, o esos hombres inspiran a los más jóvenes con sus terribles ejemplos.

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  5. No me las quiero dar de sabelotodo ni de experimentado, caballeros; pero por propia experiencia les puedo compartir que esos sabores amargos de la infancia, los que nos llevan a decir "¡Qué linda es la infancia escolar!...
    …Su Puta Madre…" se nos quedan pegados en el paladar... y en nosotros está el transformar esa amargura en un dulce aprendizaje. Es un proceso muy difícil de lograr (si lo sabré yo), pero es posible volver la vista atrás y decirle a ese niño "rarito" que fuimos, a ese que fue etiquetado y maltratado por muchos, que valió la pena la mala experiencia para que desde chiquito conociera las verdades de la vida y del ser humano; que no todo es color de rosa ni caramelos en el parque. Qué ganas de decirle a ese niño que fui, y que a veces lloraba porque se burlaban de él: "¡Cabrón! Es cierto, eres rarito, ¡muy rarito! ¿Y sabes por qué? ¡PORQUE ERES DIFERENTE, ÚNICO! NO ERES UN BORREGO QUE IMITA Y SIGUE LO QUE HACEN LOS DEMÁS. ¿NO TE ACEPTAN? ¿SE BURLAN DE TÍ? ¡YA VENDRÁ QUIEN TE QUIERA TAL Y COMO ERES! Mientras tanto... síguete curtiendo!

    Y ahora a la distancia, yo le doy gracias a todos los que, hasta mediados de mi adolescencia se daban vuelo burlándose de mi porque gracias a eso supe qué podría esperar de ellos... con el tiempo la hipocresía aflora y no te permite conocer quién es quién en realidad. Es cierto, los niños son crueles... ¡y a la vez son los más sinceros! ¡Hasta eso les debemos aprender los adultos!

    Y como bien dijo Hairy... esos nerds son ahora nuestros grandes creativos. ¿Qué sería del mundo sin estos "cerebritos mataditos"? ¡Y desde siempre!

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  6. Manu, querido:
    Sabes que adoro tu infinita bonhomía que, además, sustentas en una fe que vives de una forma abierta, contemporánea, preciosa, pública, jocosa y en las antípodas del beateismo oscurantista y meapilero; creencias espirituales de las que también conoces que yo carezco y que jamás llegaré a tener pero que, por fortuna, no nos impide en absoluto estimarnos.
    Dicho esto, lamento disentir: se que mi capacidad de tolerancia no está a tu altísimo nivel y, quizás por ello, no puedo suscribir ese “transformar esa amargura” que sufrieron esos niños “en un dulce aprendizaje”.
    No se si en vuestros países tendrá el mismo significado; aquí, en España, “trauma” es, entre otras acepciones, el término que se aplica a aquel vivencial negativo que marca de forma tan profunda a una persona que le puede llegar –de hecho, así ocurre- a condicionar, a dañar su vida entera.
    Y por mucho optimismo que le pongamos –y bien sabes Manu, amor, lo mucho que te quiero porque tu lo tengas a raudales- la mayoría de esos niños, esos Repelentes, por muy prohombres que se hayan hecho, te aseguro que jamás podrán trocar ese amargo trago que les dio la infancia escolar a cubos, bebidos a embudo, esa perpetua pesadilla, por terrones de azúcar.

    Para colmo, curiosamente, “Trauma” en alemán, significa “Sueño”…
    Qué ironía…

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  7. Veo veo que... (y acá -créanlo pues es la entera verdad- habla otro ALUMNO 10, ABANDERADO Y PROLIJÍSIMO)... Veo veo que nadie dice queeeee... ¡estamos aquí aglutinados todos los pendejitos tragas mariquitas putitos en hileriiiiita! ¡juá já já! ¡caray con las historias repetidas! ¡fuimos todos iguales!
    Yo no era exactamente un nerd y mi historia tiene otro ribete y es bien distinta: con mis compañeros/as nos queríamos mucho y siempre me apoyaron (en el sentido bueno de la palabra, que ya veo las risitas...). A mí fueron ellos y los estudios y la escuela la que me aydó a atravesar una DURÍSIMA situación familiar. Ergo, que mi espacio de resiliencia fue la escuela, y sin ella hubiera desbarrancado.
    Ojo que era bien rebelde también eeh, pero siempre con unos fundamentos im-pre-sio-nan-tes que, combinados con una infinita capacidad argumentativa y seducción, seducción, seducción... salvaba cualquier situación a cualquiera. De alguna manera también era el líder (no en el fútbol y en la cosa bruta, pero sí en lo argumentativo, era la cabeza del curso y me mandaba a defenderlos a todos)

    Ahora bien, Franco, si hubiera sabido que ser NERD llevaba a estar así de armado ¡caramba! ¡me dedicaba a quedarme sentadito sin moverme! ¡qué porongazas! ¡3, 5, 9, 14, 16, 26, 30, 42, 54! ¡caray con la estadística de nerds bien dotados!
    ...efectivamente, como mi papi: me quedo con el bombonazo #37 que se divisa extrapeludo, con el rubiote #48 de culo peludísimo ¡y con el Hombnerd-Lobo #59, POR SUPUESTO!...

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  8. Muype,
    intuía que de chico eras abanderado 10. Lo sabía, sí.
    Pero bueno, lindo, la verdad es que yo no puedo decir que era un alumno aplicadito. Para nada. Solamente tenía buenas notas cuando me interesaba lo que estudiaba. Y entonces lo hacía naturalmente. Mis notas disparaban entonces. Pero estaba muy, pero MUY lejos de ser aplicadito, 10, y mucho menos abanderado. Solamente llegué a 2º escolta, y esto porque el titular ese día se enfermó en el acto del 9 de julio... como también los 3 o 4 suplentes que le seguían.
    Si mis compañeritos me vieron como rarito, no era precisamente por ser putito, que ya lo era por supuesto, sino por otras razones. Fui un mariconcito inteligente, creo, que supo cuidar diplomáticamente no mostrar esa parte a los demás cuando esto hubiera significado un rechazo. Y claro, te entiendo con lo de la seducción, porque también me ganaba a mis compañeritos seduciéndolos, aunque nunca fui un lider natural.
    Bueno, veo que el café de hoy viene medio terapia de grupo. En el buen sentido lo digo.
    Estoy de acuerdo con Hairy, y también estoy de acuerdo con Manu, que creo que se refiere a que llega un momento en la vida que de esos traumas hay que salir con mucha inteligencia y tesón de superación, un trauma podría ser un refugio eterno del que jamás se sale para crecer. Así como es cierto que de la infancia quedarán episodios terribles que no se van, ni se irán nunca. No queda otra que aprender a convivir con eso siempre.
    He pasado momentos buenos y malos en los colegios. Los tragos "traumáticos" están ahí, clavados como espinas. Pero, si bien hubo momentos duros con compañeros jodidos o mala gente, hay sensaciones que quedan perpetuadas en el tiempo, y que su valor queda desvirtuado de la realidad por eso mismo y es necesario sacar de ahí, como sea. Por ejemplo, años después de haber terminado mi secundaria, nos reencontramos varios ex alumnos del colegio en una reunión. Asombrado, vi que aquellos compañeros los más líderes y recalcitrantes, que a su vez solían ser los más populares, los "piolas", con el paso de los años se habían transformado en tristes seres rutinarios, mudos, como aletargados, empobrecidos por un empleo que detestaban, atados a un matrimonio infeliz, llenos de hijos insoportables y una sombra de lo que fueron en su juventud, donde parecían llevarse el mundo por delante. También estaban los que se habían transformado de patito feo a cisnes, claro. Y otros que seguían siendo los mismos, ya mediocres o brillantes personas. MUy, pero muy interesante. No sé si les pasó algo así. Nunca más volví a juntarme con aquella promoción. Pero esa reunión me enseñó muchas cosas. Y alivió otras.

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  9. Pues ya que estamos inmersos de lleno (no de medio) en la terapia de grupal, bien verdad es que aquí nos hemos ido a juntar, por suerte, unos cuantos Masculinos Maricones (con esas emes mayúsculas que tan bien enfatiza nuestro Albert) pero que, a su vez, somos, todos, unos excelentes supervivientes natos.

    Dicho esto último, y por esa misma suerte, no se vosotros, pero yo lo tengo claro: en esta era de desastres y hecatombes por doquier, hay que estar preparado.
    En caso de Apocalipsis, yo ya se con quien pasaré, tan a gusto y sin problemas, el invierno nuclear…
    … Los otros, los de fuera, el resto, los de siempre, pues eso: que vayan celebrando entre sí sus maravillosos reencuentros de promoción escolar… (otro asunto que da tela de sí para comentar… Hoy Franquito estás de lo más lúcido)…

    …Que nosotros seremos más humildes, pero, como excelentes supervivientes, cenaremos sopita caliente… y sin radiaciones…

    MuyPe, bonito, agarra el cesto y acompáñame al mercado, que tengo que comprar pollo para el caldo de la tertulia y tu seduces de maravilla al pollero peludo ése…
    …Que con dos rifles en cada mano no me alcanzo a llevar el cesto…

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  10. Me anoto para la sopa.
    Después pasen la dirección del pollero.

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  11. que pasa con los lentes que se ven tan sexiest?? y en ellos wooow.

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  12. los lentes son tan sexiest.. y lo mejor uqe se ven sper en ellos..

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  13. pinche bola de putos

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