Una pausa verde
Un necesario alto en nuestras vidas, una tregua ante tanta vorágine, una dosis de oxígeno para el cuerpo y el espíritu. Quítate la ropa y ven conmigo.
_____________________
De la belleza clásica
Contrariamente a los gustos actuales en donde el tamaño sí importa, en la antigüedad, Grecia lideró la tendencia a valorar y admirar a los penes pequeños, que ensalzaban las virtudes esenciales de la masculinidad. Por tanto el miembro pequeño era un aspecto codiciado en el macho alfa. Pues los hombres ideales eran dioses, héroes, atletas, etc., y todos ellos eran representados con genitales minúsculos y nunca erectos, mientras que las vergas gruesas, a menudo excitadas, peludas y descomunales correspondían a los sátiros o a todo tipo de hombres que de las más altas virtudes descendían a los más oscuros vicios, a la decadencia y al caos. En definitiva, el pene grande, para los antiguos griegos, describía al hombre vulgar, salvaje y bárbaro. Tantas veces nos hemos intrigado por lo excesivamente pequeños que a veces aparecen los penes de las estatuas clásicas, pero claro, lo bello, era otra cosa. La galería de hoy no olvida aquellos principios apolíneos. Veamos:
Buen día, queridos:
ResponderEliminarA propósito de los comentarios de Albert y Muype acerca de la pintura de Velázquez "La fragua de Vulcano",
me permití dejarles una valiosa información en las NOTICIAS de hoy, no dejen de visitar la pestañita correspondiente, que seguramente les interesará mucho.
¡Este Dieguito, quién lo hubiera dicho!
¡Qué hermosas tetas para colgarse a lo Moria las del #2! y con esa cara de "salimos de excursión confiá en mí que te llevo por buen camino" ¡aaahh! lo sigo hasta el Congo ida y vuelta. Hermosísimo el #9 y Ray Dragon, por supuesto ¡qué espalda! ¡QUÉ ESPALLLLDA!
ResponderEliminarMuy bonitillos los demás pero poco pelo Franco en este bosque (hoy estoy crítico a lo José)
¡¡¡¿¿¿A ver las Noticias???!!! ¿¿¿a veeeerrrrr???
...loqués la currrtura Franco... ¡no haber estado en aquellos años y en aquella fragua! lo bueno es que una divinidad, al menos, es eterna y siempre tenemos la oportunidad de no habernosla perdido porque ¡vaya DIVINIDAD que porta la divinidad!
ResponderEliminarGracias, hermoso, por la dedicatoria y el trabajo. Chuick.
(Volví a repasar el post, hay pelo, hay pelo... pero bueno, es que yo con lo de los hombres-lobo estoy acostumbrándome a textura alfombra y claro, estos son más bien toallita de bidet... pero sí, hay, hay...)
QUerido Muype, sobrinito mío:
ResponderEliminarcuidado, que la cosa puede ser adictiva... cada vez más, cada vez más, y más, y más.... ni que hablar si ya estamos hablando de hombres lobo, eso no tiene vuelta atrás!....Cuidado (a ver, Manu, Turco, que el nene se nos desbanca, les dije que no le pusieran el canal NatGeo!) ... que la alfombra no te impida apreciar el felpudo, corazón mío.
Sí. Bellísimas tetas. Vayan en honor a un tetudo infernal que alguna vez -sólo una- disfruté en un sauna. Sabía que el tetudo te iba a encantar, lo sabía!!! bueno, la espalda de Ray... claro, claro... inigualable, pero ahí ya estamos en otro nivel, obvio...
Que bien combina el verde y la piel (piel mas o menos velluda, sin que la cuchilla haya pasado por la superficie, digamos).
ResponderEliminarEs un post para el relax. Gracias Franco por haber elegido estas fotos para tus lectores.
Me gustan todas, pero voy a elegir la #3. El tipo acostado boca abajo en esa espesa mata vegetal es una maravilla.
Saludos a tu Ray, Franco.
Besos.
Soy urbanita a rabiar: campos y bosques siempre me resultaron extraños, quizás porque nunca supe desenvolverme en esos medios y tampoco nadie me inició.
ResponderEliminarPero reconozco que, cuando se ven las imágenes, resultan muy refrescantes y, sí, dan ganas de despelotarse y trotar entre árboles, arbustos y matojos buscando a moradores como éstos.
Es un refrescante "Post Mentolado"
P.S.: Me releeo y pienso en nuestro Turco allá en la Pampa Húmeda... quizás me podría enseñar a moverme en el medio rural... desnudos, a caballo...
P.S.2: Sí... venga... reconozco... buen tanto el que te marcaste con la Fragua De Vulcano...
Pero sólo eso, un tantito, un puntito nada más... queda mucho campeonato por delante...
Lástima que en El Prado sólo esté la "Versíón A" del tema! (la próxima vez que vaya, le daré la vuelta al lienzo... que igual sí que tienen la "Versión B" colgada justo detrás...)
Hoy me quedo con la imagen número cinco, con la cual me imagino la comunión de mi cuerpo desnudo con la suavidad del césped, el sedoso tacto, al acariciarlo, del negro y brillante pelo que recubre el cuerpo del muchacho y que luce con gran esplendor en sus pobladísimas axilas, todo ello en contraste con la excitante rasposidad de su cutis en contacto con el mío al besarnos.
ResponderEliminarMe ha quedado muy bucólico, pero me ha salido del alma.
Referente a la notícia sobre la “versión original” de “La fragua de Vulcano”:
¡JAJAJAJAJAJAJA!!!!!!! ¡Qué bueno, Franco!!!! Eso no se estudia en la historia del Arte.
Cada vez quedo más y más sorprendido de las muchísimas cosas que tengo en común con otros hombres a los que, como yo, ven al Hombre como al ser más bello de la creación, hasta el punto de coincidir en las apreciaciones digamos que extra-artísticas -o más concretamente homo-artísticas- que nos sugiere la contemplación de algunas obras de arte.
De veras les digo que yo pensaba que era un bicho raro o, mejor dicho, un morboso en este aspecto, pero celebro, y no saben cuánto, ver que no, que no sólo a mí me sucede.
Aunque no soy creyente, soy muy respetuoso con la gente que lo es, y sin duda es que, debido a mi educación judeo-cristiana, me sucede algunas veces que contemplando alguna figura religiosa estampada en una pintura me sienta mal por el hecho de ver en ella aspectos que nada tienen que ver con la temática del cuadro y sí, en cambio, con la atracción erótica que ejerce en mí aquella figura.
De veras que no me he pajeado nunca, ni de joven, que lo hacía a la mínima, ante una figura religiosa, pero sí que es cierto que no puedo evitar mirarme muchas de ellas con detalle para contemplar, absorto, la belleza masculina que destilan.
Me encanta, por ejemplo, contemplar algunas de las representaciones iconográficas de San Roque que en pintura y escultura se han realizado a lo largo de la historia del Arte, ya que a dicho santo se le representa como un hombre maduro, masculino, vestido de peregrino, acompañado por un perro y que señala con la mano una llaga en uno de sus muslos que muestra descubierto.
En fin, algo ruborizado les digo que muchas gracias por leerme, si lo han hecho y, sobre todo, por su complicidad contrastada.
No sé si podré comentar más, si no es así, buen fin de semana a todos.