De la belleza clásica
Contrariamente a los gustos actuales en donde el tamaño sí importa, en la antigüedad, Grecia lideró la tendencia a valorar y admirar a los penes pequeños, que ensalzaban las virtudes esenciales de la masculinidad. Por tanto el miembro pequeño era un aspecto codiciado en el macho alfa. Pues los hombres ideales eran dioses, héroes, atletas, etc., y todos ellos eran representados con genitales minúsculos y nunca erectos, mientras que las vergas gruesas, a menudo excitadas, peludas y descomunales correspondían a los sátiros o a todo tipo de hombres que de las más altas virtudes descendían a los más oscuros vicios, a la decadencia y al caos. En definitiva, el pene grande, para los antiguos griegos, describía al hombre vulgar, salvaje y bárbaro. Tantas veces nos hemos intrigado por lo excesivamente pequeños que a veces aparecen los penes de las estatuas clásicas, pero claro, lo bello, era otra cosa. La galería de hoy no olvida aquellos principios apolíneos. Veamos:
Bueeeenas....buen día domingo!!!
ResponderEliminarVengo ansiosísmo a ver como sigue el culebrón. Y? Apareció el tipo? Qué cosa este hombre! Que pasa que no aporta ni un momentito por el café?
Me gusta el vintage, pero el cuero me da impresión. No se, lo relaciono con látigos y esas cosas y me entra un poco de miedo. Así queeeee me llevo al de la foto 2 a la mesita del fondo, pero que se saque la campera y la deje en el perchero. Asi, si.
Besos.
Mehemetcín:
ResponderEliminarBuen día, lindo... bellísimo día sobre Buenos Aires.
No, del susodicho ni rastros, che. Pero ya lo conozco, va a esperar hasta que toda la tertulia no aguante más tanto misterio (jueguito que le fascina, si lo sabré yo), y aparecerá en el momento crucial, triunfal, y con todas las galas. Sólo hay que esperar, que todo llega, jajajajaja.
Sí, a mí la onda cuero tampoco me alucina, pero, no temas, que seguramente tanto cuero, tacha y látigo, ocultan mansitos gatitos inosfensivos, los "letales" se esconden siempre detrás de apariencias adorables y tranquilitas... uich!, de esos sí, hay que huir.