De la belleza clásica
Contrariamente a los gustos actuales en donde el tamaño sí importa, en la antigüedad, Grecia lideró la tendencia a valorar y admirar a los penes pequeños, que ensalzaban las virtudes esenciales de la masculinidad. Por tanto el miembro pequeño era un aspecto codiciado en el macho alfa. Pues los hombres ideales eran dioses, héroes, atletas, etc., y todos ellos eran representados con genitales minúsculos y nunca erectos, mientras que las vergas gruesas, a menudo excitadas, peludas y descomunales correspondían a los sátiros o a todo tipo de hombres que de las más altas virtudes descendían a los más oscuros vicios, a la decadencia y al caos. En definitiva, el pene grande, para los antiguos griegos, describía al hombre vulgar, salvaje y bárbaro. Tantas veces nos hemos intrigado por lo excesivamente pequeños que a veces aparecen los penes de las estatuas clásicas, pero claro, lo bello, era otra cosa. La galería de hoy no olvida aquellos principios apolíneos. Veamos:
Es perfectamente natural que esta secuencia sea... ¡tan excitante!
ResponderEliminarMe fascinó el detalle de ver que los protagonistas acaban verdaderamente al natural; sin detalles que por lo general se ven en este tipo de imágenes "outdoors", como las botas puestas o la ropa hecha jirones... con lo suculento que es gozar de la soledad y la belleza del campo desde el primer cabello de la cabeza hasta el último dedo del pie...
Estos hombres me parecen dos potros salvajes que se encuentran en la soledad de la campiña al acercarse al arroyo a beber agua; cruzan miradas, disfrutan sus formas, se embriagan de sus humores... y se lanzan a gozarse uno sobre (o debajo) del otro!!! Simplemente delirante...
Tal como sale en las imágenes, es el tipo de paisaje que más me gusta, agreste.... y (pese a que a algunos les siente fatal), con cabañita incluída, por qué no.
ResponderEliminarParece que también es el hábitat preferido de estos dos hermosos hombres, amándose en comunión con la naturaleza tan propicia.
Saludos, Manu!