Las formas del arte IV

Los grandes museos y las galerías más ricas del mundo nos donan hoy sus obras para este post sobre el arte en la anatomía masculina, una fuente constante de inspiración de todos los siglos.

Mark Beard - "Hombre de pie"

Francisco Ribalta - "Cristo abrazando a St. Bernard de Clairvaux"

François Xavier Fabre (1766-1837) - "St. Sebastian" 

François Xavier Fabre (1766-1837) - "Gladiador descansando"

François Perrier - "Polyphemus y las ninfas del mar" (1620/40)

Frank Frazetta - "Black panther"

Gerrit van Honthorst - "St. Sebastian" (1623)

Giocondo Viglioli - Detalle de "El juicio final" (s. XIX)

Germain Detanger - "Hombre desnudo con alcón" (s.XIX)

Giovanni Batista Cipriani - "Chiron instruye a Aquiles" (1776)

Giovanni de' Vecchi - "St. Sebastian" (1614)

Giulio Cesare Procaccini - "St. Sebastian"  (c. 1610)

Giuseppe Cammarano - "El caballo de Hércules" (s. XIX)

Guillaume Guillon-Lethiere - "La muerte de Cato de Utica" (1795)

Heinrich Aldegrever - "Herculeo & Acheloe" (1550)

Henri Serrur - "La muerte de Ajax" (1820)

Christian Griepenkerl - "Heracles y Prometeo"

Antonio Canova - "Hercules & Lichas"

Hippolyte Flandrin - "Estudio sobre la figura de Polite" (1834)

Leon Bonnat - "Jacobo lucha contra el ángel"

Jean-Auguste Dominique Ingres - "Estudio académico sobre torso masculino" (1801)

Jean-Germain Drouais - "El pastor Paris" (1787)

Jean-Baptiste Carpeaux - "Philoctetes en la Isla de Lemnos" (1852)

Jean-Baptiste Isabey - "Hombre sentado reclinado sobre su brazo izquierdo" (c. 1790)

Jean-Baptiste Regnault - "Sócrates arrancando a Alcibíades de los brazos del voluptuoso Placer" (1791)

Jean-Charles Frontier - "Vulcano encadenando a Prometeo" (1744)

Jean-Louis André Theodore Gericault - "Mazeppa" (1823)

Jean-Louis Cesar Lair - "La tortura de Prometeo" (1819)

Jean-Simon Berthélemy - "Muerte de un gladiador" (1773)

Johann Carl Loth - "Selene y Endymion" (s. XVII)

Joseph Marie - "Daedalus le otorga alas a Icarus en el laberinto"

Julius Schnorr von Carolsfeld - "Estudio académico sobre  desnudo masculino"

Jusepe de Ribera - "Apollo & Marsyas" (1637)

Laurent de la Hyre - "La muerte de Adonis" (1624/28)

Jean-Joseph Perraud - "Le désespoir"

Leon Cogniet - "Estudio sobre desnudo masculino" (s. XIX)

Leon-August Adolphe Belly - "Ulises y las sirenas" (s. XIX)

Louis Jean-François Lagrenee - "La educación de Aquiles" (1790)

Louis Melendez - "Autorretrato con desnudo masculino" (s. XVIII)



Comentarios

  1. ¡Buen día, familia!

    De esta estupenda semana artística, me gustaría hacer mención a una de las disciplinas que, al menos a mí, más me sorprenden y que hoy se prodigan en este post: la escultura.
    Como digo, me resulta, sorprendente que un artista pueda, ante lo que a priori es un simple mineral, “ver” y, sobre todo, a base de martillo y cincel, o de fragua y tenaza, “extraer” de ella, su “espíritu”, su “alma”; darle, a base de golpes, “vida” a ese trozo de materia inerte; me maravilla y me intriga cómo y de qué manera funcionarán los mecanismos neuronales del escultor para llegar a, como digo, a “radiografiar”, a “ver” a “parir” esa obra; a arrancarla de las entrañas de ese mineral e insuflarle vida.
    Vida como la que emana de ”Le Désespoir” de Perraud que nos trajo hoy Franco.
    Y me resulta aún más fascinante porque, además, la escultura es, de todas las disciplinas de las grandes artes y junto con la arquitectura, la única verdaderamente tridimensional; a pesar que nunca entenderé porqué la mayoría de las veces, cuando se exponen en museos, se ubican de tal manera que sólo vemos su frontal, privándonos con esa torpeza del placer de contemplarlas desde todos sus ángulos.
    Y ya no menciono, como citaba Josss, el poder tocarlas; entiendo que, por obvias razones –lamentablemente, corre por el mundo demasiado bruto incívico como para arriesgarse- no esté permitido hacerlo, pero, cuando se tiene la oportunidad de tocarlas, acariciarlas, en suma: sentirlas… puede resultar sobrecogedor.
    (sigue)

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  2. (cont)
    Y con esta semana de las artes vengo a reconocer una frustración personal: a pesar de que en mi familia proliferan los artistas en distintas disciplinas, los dioses de la genética decidieron negarme ese don. Durante años, fue para mí un verdadero infortunio ver que, a mi alrededor, los míos son capaces de obrar auténticas maravillas con sus manos y que yo, a lo sumo, llegaba a ejecutar aquello de “con un seis y un cuatro, aquí tienes tu retrato” y listos.

    Curioso, pero ese desencanto, esa frustración, conseguí superarla, ya de adulto, gracias una comedieta de Hollywood, un remake, protagonizado por Michael Caine y Steve Martin, titulada “Un par de seductores” (Dirty Rotten Scoundrels) sobre las peripecias de dos canallas, uno maduro, culto y refinado –Caine- y el otro joven, lerdo y tosco –Martin- cuyo único denominador común es desplumar a ociosas viudas y solteras millonarias de la Riviera Francesa.

    En una escena, Lawrence Jamieson (Caine), explica a Freddy (Martin), paseando por la fabulosa mansión del primero, obtenida tras una vida dedicada a dar sablazos, sus razones por las que, en realidad, ejerce el “oficio” de gigoló de alto nivel:

    “Freddy, cuando era joven, fui escultor, pintor y músico. Sólo había un problema: yo no era nada bueno. De hecho, era terrible. Finalmente llegué a la conclusión frustrante que tuve el gusto y el estilo, pero no el talento.
    Yo sabía de mis limitaciones. Todos tenemos nuestras limitaciones, Freddy. Afortunadamente, descubrí que el gusto y el estilo eran lo que la gente desea tener, pues la mayoría de personas carece de ellos. Así pues, centré mis esfuerzos en obtener los medios para rodearme de cosas hermosas, como las que ve aquí, en mi casa.
    Freddy, lo que estoy diciendo es: conozca sus limitaciones. Usted es un idiota.”


    Y gracias a esa escena, a esa frase, a esa sentencia, descubrí que, por mis limitaciones, jamás saldré del “con un seis y un cuatro”, pero que me quedaba, por siempre, el gusto, el placer, de ser espectador; de deleitarme con la obra, con el trabajo, el esfuerzo y el resultado de los artistas; de gozar de sus frutos.
    Y de ese gozo si que soy ilimitado.

    Y hablando de limitaciones: Seba, sí, Franco, mi mellizo, si que las tiene.
    Cierto: postear postea como pocos.. pero… cocinar… cocina como el orto.
    Es un pirómano de los fogones.
    Es, como llamáis allá, “un quiosquerito”: se alimenta a base de alfajores, chuches y demás… es todo un reverendo “tiquismiquis”; llegó de milagro a la edad adulta gracias a que no murió de inanición porque, por suerte, yo salí cocinillas y me ocupé de nutricionarle como es debido –las más de las veces, como las ocas de foie: a base de embudo-, que si no…

    ¡Abrazos a todos!

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  3. cuando vas a dejar de subir estas fotos? no me ponen nada, ni siquera se me pone dura
    quiero que vuelvas a poner el tipo de fotos que ponias antes, con tios peludos y chupando pollas y culos peludos

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  4. Hola Franco,Hola Gente Linda:

    Los clásicos que tenemos hoy,sin lugar a dudas pertenecen a aquellos pintores y escultores que supieron encontrar en el cuerpo masculino una gran fuente de inspiración.
    Me parece un gran acierto de Franco haber incluido a San Sebatian en cuatro diferentes y famosas obras.
    San Sebastian es oficialmente el mártir que en el siglo III llegó a ocupar un altísimo cargo militar en el imperio de Diocleciano, pero dada su condicion de cristiano y su decisión de no abjurar de sus creecias, fue muerto por orden del Emperador. Se lo considera uno de los defensores de la fe y protector frente a la peste.
    Por la belleza y desnudez de las pinturas, desde antiguo es conocido extraoficialmente y de ahi su valor, como el santo de los homosexuales,mas recientemente se lo invoca como protector contra el SIDA.
    Su historia completa esta en Wikipedia.

    Abrazo

    José II

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