Vamos a la playa, oh, oh, oh, ohhh...!

Y nos vamos preparando para el veranito.



















































Comentarios

  1. Mmmmm,

    Pues yo ya estoy en la Playa, después de un maratónico viaje que no venía de azul sino demorado.Je

    Pero finalmente ya estamos aquí y los ejemplares de la noche hacen quedar cortísimos a estos caballeros de tus playas, con la única diferencia de que aquellos son sólo textiles.

    Peludos, maduros, jóvenes, rapados, calvos, tatuados, güeros, morenos, mostachones (no hay mucho barbudo) Ufff, hay tal diversidad que la Quinta Avenida es una pasarela.

    Bueno seguiré admirando y participando mañana, que ahora estoy rendido. Saludos a esa increíble persona que es El Turco. Ya contestaré con mayor amplitud lo que tu comentario me despertó.

    Abrazos,

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  2. que cosa!!!!! No me puedo olvidar de Mr Diciembre anoche soñé que se la mamaba me deperté al palo ahora que dicen que no se le terminó de parar del todo tengo sueños para rato.

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  3. ¡Ay, por favor!
    Es que uno ve estas imágenes ¡y ni otoños, ni inviernos, ni bosques, ni hojarascas, ni chimeneas ni cabañitas ni nieves ni leches!
    ¡ÉSTE ES el estado natural del hombre!

    Así: en veranito, en pelota picada, junto al mar, abrasaditos por el sol; con esa mezcla en la piel que, de no haber sido Churchill un hervido anglo y haber podido nacer en el trópico, en vez de "sangre, sudor y lágrimas" y contemplando a esos tiarros, hubiese pedido al pueblo "salitre, sudor y semen"
    ¡UFFF!

    Por ayer: Tema "Firulíes".
    Pues verás, tete, la cosa es que el término, en efecto, vino de un argentino; en efecto, hace ya un tiempo; en efecto, también hace un tiempo que no está "acá"... peeero... no hace tiempo que no está en La Argentina...

    De hecho, si no fuese por esa memoria de pez que la naturaleza te dio, recordarías que el término "Frirulí" fue expresado, tiempo ha, acá, en VH...

    Sí, sí: así que no, no es de quien te pensabas... ;)

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  4. ja ja muy bueno si Mr Diciembre gana se le para del todo
    yo apoyo y me apoyo

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  5. Don Pepe,
    Con cuidado, querido cuate, que una cosa es ver todos esos machotes en pelotas día a día en el blog, y otra cosa es verlos en vivo y en directo!

    ¿No hay barbudos? Joder!, tendré que ir por allá...

    Hairy,
    AH!!!!!!!... venía por ese lado lo de los frirulíes... (o como sea!), pero... fijate que no es una palabra muy común por aquí... ¿el argentinito este en cuestión no habrá querido decir "firuletes"? porque claro, el firulete es y será eternamente palabra argenta por excelencia si las hay.
    "¿Quién fue el raro bicho
    que te ha dicho, che pebete,
    que pasó el tiempo del firulete?
    Por más que ronquen
    los merengues y las congas
    siempre fue tiempo pa' la milonga.
    Vos dejá nomás que algún chabón
    chamuye al cuete
    y sacudile tu firulete,
    este arabesco que en el alma
    la milonga nos bordó:
    Es el compás criollo y se acabó"


    Chán-chán.

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  6. Del disfrutar de las cosas simples, la plática durante el vuelo

    Bueno son ya las trestreinta de la tarde y me he repuesto del todo.

    Un buen descanso, un relajante baño, un frugal desayuno, mucha plática y hablar con mi compañero de de los planes del día y de los próximos y hora a pasear un rato y hacer algunas compras navideñas. ¡Aaaahhh primoroso tiempo! ¿Cómo es que te me escurres tan delicioso y sin sentir?

    Durante el vuelo compartimos la plática con un adorable canadiense, de unos 65 años en buena forma física y mejor estado mental. El enfado y el cansancio que yo traía, se fue diluyendo en esas pláticas de viajero donde de la nada salen temas de conversación y agradables coincidencias en temas de interés mutuo. Después de los consabidos, ¿A qué te dedicas? ¿De dónde eres? ¿Tienes niños?, etc. Entramos en temas más interesantes, y me permití ahondar un poco en él, en Maurice el québécois. Hablamos de todo un poco, de su pasión por las motos, me mostró orgulloso fotos de sus motos Harley y BMW impresionantes de verdad, pero hablamos la mayor parte del tiempo de su pasión por correr, pues le halagaba lo bien que se veía físicamente, hablando desde el punto de vista de salud. Sacó su mochila debajo del asiento y me mostró su equipo para medir el ritmo cardíaco y me proporcionó muchos tips para buscar sincronizar mi esfuerzo con el ritmo cardíaco e incluso me aseguró que siguiendo ese procedimiento podría correr una maratón. Me reí de buena gana y él muy serio me aseguró que eso sí era posible. El avión aterrizó y le agradecí la plática; finalmente intercambiamos correos antes de que él fuera al encuentro de su esposa que lo esperaba.

    Durante la ida casa, intercambiamos mi compañero y yo impresiones, y de lo bien que se puede disfrutar todo momento de la vida, por simple que parezca.

    Abrazos

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  7. De la privacidad, la intimidad y el anonimato

    De los comentarios del post pasado sobre Monty y que se coló hasta el post de Vintage y prosiguió en el Mr. Vellohomo de diciembre, se coló un tema que me gustaría mucho abordar y es el de la privacidad. Es un tema que nos toca a todos y en especial a los de esta tertulia, anónimos y otros no tanto.

    Comentaba con mi compañero sobre este tema y la polémica que surgía con otro conceptos que estaban inmersos como la intimidad, la muerte, la celebridad, lo anónimo de nuestras intervenciones en internet en lo particular y en el blog en lo particular, y todo esto me hizo investigar un poquito y reflexionar un poco más del asunto y ponerlo en la mesa de conversación de la tertulia.

    Empecemos definiendo los términos. Según el DRAE privacidad se define como "ámbito de la vida privada que se tiene derecho a proteger de cualquier intromisión" e intimidad se define como "zona espiritual íntima y reservada de una persona o de un grupo, especialmente de una familia". De la declaración de los derechos humanos se tiene que "Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques."

    No soy abogado, sólo una persona común y corriente, y sí en este blog a veces más corriente que común…jajaja, pero de estas definiciones, creo que en lo moral y lo ético para proteger lo que se considera “lo privado” y lo “íntimo”, se requiere en primer lugar que cada persona lo determine y lo delimite como tal pues para lo que a mí pueda parecer privado e íntimo, para otra persona puede no serlo.

    Como siempre, una de las formas de ir asomándose a la respuesta es quizás planteándose las preguntas precisas. Luego entonces me pregunto
    ¿Cuándo se incurre en alguna invasión de la privacidad de una persona?
    ¿Cuándo se incide en una intromisión en la intimidad de alguien?
    ¿Es acaso una invasión el comentar sobre la información que libremente circula en cualquier medio?
    ¿Se puede cometer invasión de la privacidad de una persona fallecida cuando no se ataca su honra?
    ¿Qué tan privado nos mantenemos en una tertulia en la que expresamos nuestros puntos de vista más privados e íntimos en el anonimato?
    ¿Cómo se han transformado los valores éticos en la era de internet, donde lo privado, la intimidad y el anonimato no pueden ser del todo asegurados?
    Sin duda es un tema para innumerables tertulias, virtuales y presenciales.

    Abrazos,

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  8. Experiencias playeras en tierra nudista

    Me gusta el nudismo y el naturismo y de esa práctica lindas amistades y hermosas e insólitas experiencias me he nutrido.

    Voy a relatar una de ellas…
    Habíamos estado todo el día cheleando (tomando cerveza) y tomando el sol desnuditos en la playa, muy cerca del Shambala, el hotel rústico de cabañas de palma donde nos hospeábamos. Mientras el sol abrasaba nuestras pieles, nos deleitábamos con el paisaje, el sonido adormilante de las olas del mar, lo refrescante y desinhibidor de la helodias bien muertas (cervezas bien frías) y los cuerpos que se paseaban como Adán y Eva en el paraíso. Era una delicia contemplar los cuerpos al desnudos y disfrutar de la armonía entre una cara guapa y atractiva, un cuerpo ben formado y unos genitales al fin descubiertos, que cortaban la respiración. Había personas procedentes de todas partes del país y de otras partes del mundo, especialmente Europa.

    De vez en vez me metía al mar a nadar y gozar d ela sensación de la desnudez libre y sin restricciones y para ver de cerca uno que otro galán para hacerle la plática que después facilitara los encuentros alrededor de las fogatas, los restaurantes o en las dos únicas y rústicas “discos” de la playa.

    Terminando los baños de sol, uno iba a tomar la ducha para quitarse lo salado del agua de mar y el rastro oleoso del bronceador. Las duchas estaban en la parte alta de la colina del Shambala y sólo tenían como puerta una cortina de bambú para proteger una privacidad que se había mostrado sin pudor alguno durante todo el día.

    Uno esperaba sentado a que se desocupara una de las duchas y en el entretanto platicaba con el vecino, se deleitaba con la vista de la bahía o espiaba entre los huecos de la cortina de bambú al bañista en turno. Era en verdad más excitante espiar esos cuerpos en esa dizque escondida intimidad que admirarlos desnudos en la playa. Sí, era el placer del voyeur de un lado y del exhibicionista del otro. Había cuerpos de infarto, algunos de los mejores procedían de la lejana Australia, acostumbrados a ejercitar su cuerpos.

    En una de esas ocasiones, las duchas estaban abarrotadas y el dueño del lugar nos aconsejó bañarnos en una situada entre la floresta, en la parte de atrás del lugar. Fuimos prestos a encontrarla pues estaba ya oscureciendo y empezaban a encender los mecheros que quemaban el petróleo.

    Entramos al lugar una especie de cabaña hecha de palos unidos con adobe o barro del lugar y un techo de amplio. Era amplio con una regadera a presión y un piso de cemento. Empezamos a tomar la ducha compartida cuando llegó una pareja muy joven ella más joven que él, se pararon cuando nos vieron desnudos pero ella sin ninguna timidez nos preguntó si podíamos compartir la ducha, nos miramos y dijimos que sí, tratamos de sonar muy casuales como si fuera lo común hacerlo así.

    Ella empezó a bañarse desnuda y comenzó a restregarle el jabón con una especie de esponja marina. Nosotros seguíamos bañándonos como si nada, pero allá abajo algo comenzaba a menearse. El se dio cuenta y no dijo nada y se volteó a enjabonarla a ella. Empezó con su espalda y le untó e champú en el pelo. La cara se le lleno de jabón y por unos minutos se quedó a ciegas. Ya la noche había caído en el lugar y sólo el sendero permanecía iluminado.

    De repente sentí la redondez de sus nalgas macizas y redondeadas rozar mi verga, ésta respondió de inmediato y él sintió su turgencia y casi sin pensarlo se arrimó un poco más. Ella aún se seguía enjabonando la cara y el empezaba a enjabonarle sus preciosos pezones, redondos y con una amplia aureola color canela que resaltaban en sus pechos de pera, se veían duros.

    (continuará….)

    Abrazos

    Ps. Vamos a salir a comer y a disfrutar la tarde noche aquí, continúo al ratón.

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  9. Hola, y rapidito!!Que post, amigo Franco!!! para ser fiel a mis gustos (si se puede ser fiel a algo o alguien con esta fotos), las 7 y 8, en ese luminoso blanco y negro, o el sepia de la serie que empieza en el 10, y que continua, intercalando con otras... ¡cómo te diviertes, Franco, poniendo trampitas entre las fotos, eh? Te darás cuenta que las estudiamos, avanzamos, retrocedemos, y encontramos al mismo chico varias veces!!!

    Tío Pepe: no nos dejará con el cuento en la mitad, ¿verdad?

    Franco de nuevo, soy admirador del barroco y el rococó, así que me gustó tu presentación de ayer tipo títulos de películas de los 60´s. Hubo alguna peli de Peter Sellers con presentación parecida, cosa que no debés saber porque estabas en pañales en esa época!!!!
    Buena noches!!!

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  10. Experiencias playeras en tierra nudista II

    Sentía mi corazón latir con fuerza, la adrenalina aumentaba el miedo y el peligro al sentir la posibilidad de ser descubiertos y lo novedoso de la situación aumentaba la dopamina que me encendía e incrementaba mi placer. Era mi primera experiencia de tres machos para una fémina, pero ya no estaba seguro si esa era la fórmula correcta para resolver esa ecuación.

    Afuera sólo se escuchaban los sonidos usuales de la negra noche de luna nueva, el rumor constante y eterno de las olas pegando sobre las rocas del acantilado, el ulular de un búho, el chirrido de las cigarras al frotar sus alas. De repente, mi cerebro apagó todos los sonidos…sólo escuchaba el agua que caía en el cemento de la choza y el tun tun tun de mi corazón que pareciera un tambor africano tocado en plena sabana.

    Ella finalmente se enjuagó los ojos y vio la pija erecta de mi compañero…sonrió y segura de sí misma la tomó con mano firme, su compañero no dijo nada y sola la besó...eso era todo lo que necesitaba para hechizar al miedo…me acerqué a él por atrás y le acaricié sus tersas y redondas nalgas. Sin prisa comencé con una lángida carezza y me acerqué a su oído, mi pene tocaba su ardiente piel apiñonada por el sol. Mi lengua empezó a humedecer el hueco de su oreja, a la primera había encontrado su punto sensible pues como si hubiera practicado toda la vida empujó sus tersas nalgas hacia mi encendido fierro, rojo y babeante ya por el goce in crescendo.

    Ella se desprendió con un profundo y amoroso beso de los labios de él, para enseguida besar a mi compañero sin dejar de acariciar su enorme falo como si se asegurase de que era verdad lo que tenía entre manos.

    Ella era en verdad hermosa, con una cabellera larga y ondulada que se había pegado a su espalda húmeda y con unas caderas amplias que hacían pequeña su cintura, su coñito estaba recortado con buen gusto y unos delicados labios se abrían como si murmuraban. Sus ojos color miel refulgían en la noche con un brillo especial, estaba claro que esta era su noche y la iba a gozar como nunca.

    Miraba asombrado los avances de mi compañero y de repente sentí celos de esas caricias, pero otro leve empujón de nalgas terminó de prender al macho en mí y empecé a apretar el bien formado pecho de David y a pellizcar levemente sus duras tetillas. Un ooohh…. ooohhh incontrolable y a dúo con su novia empezó a inundar la noche… Un perico o cotorro parlanchín empezó a imitar los sonidos…y se unió al coro.

    Pinche perico, su insolencia no hizo más que catapultar nuestro desenfreno pues era un reconocimiento tácito de la naturaleza que gustosa participaba con nosotros.

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  11. Experiencias playeras en tierra nudista III

    Como en coreografía bajamos a comernos a esa parejita, yo a lo que era un culo virgen de machito y él en un coñito deliciosamente fresco y apretado. Sólo podía sentir los pelos que anidaban arremolinados en ese orto que olía a sal, bronceador y sudor. Me perdí por completo y empecé a lamerle a lengüetazos como si en ello me fuera la vida, mi esfuerzo era recompensado con su mano que empujaba con fuerza mi cabeza contra su delicioso ojete que me sabía a fresca y roja sandía, su fuerza casi me ahogaba pero no me detenía.

    Ahora escuchaba como ella enloquecía y emitía sonidos apagados, como de quien ha hecho el amor en apartamentos de paredes de papel. Su si si si….y sus oooh oooh largos acompañaron un sonoro orgasmo que mi compañero recibió en su cara.

    La dejó descansar un momento…mientras que yo ya estaba rompiendo la reticencia inicial de su novio a un beso en la boca, pero el beso cachondo y largas y revoloteantes lamidas en su culo habían abierto las compuertas del placer. Sentía su verga dura y gruesa, colarse entre mis piernas masajeando deliciosamente el puente, la isla que unía mis dos puntos de placer máximos. Hubiera seguido eternamente así, pero no quería perder la oportunidad de cogérmelo, lo ansiaba locamente, deseaba dominarlo, penetrarlo profundamente, impalarlo, hacerlo mío como hacía suya a su novia seguramente todas esas noches de playa.

    Lo cargué de nalgas con una fuerza que me sorprendió y ligero lo subí para poner su culo en posición a mi babeante verga. Como si fuéramos las dos piezas de un balero, el tallo encajó a la perfección en el hueco del mazo y empezamos a coger desenfrenados, mientras su novia se había apoyado en un tronco de la choza y era atravesada como si fuera mantequilla. Entre los gemidos pareciera oírse el chirriar de la verga de mi compañero al derretir su suave panochita.

    El me empezó a besar con fruición mientras se ensartaba suave y rápidamente, paramos un momento pues ya no aguantaba el peso. Lo recosté suavemente sobre el piso mojado donde el agua seguía cayendo. Su mirada era la más dulce que había visto y mostraba una rendición del macho para la entrega total.

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  12. Experiencias playeras en tierra nudista IV

    Lo volví a penetrar suavemente hasta ir subiendo el ritmo, el me tomaba de las nalgas para ensartarse más profundamente mientras yo golpeaba mis huevos contra sus nalgas hasta llegar al estallido final que acompañó a su propio orgasmo. Lo inundé de leche como si hubiera estado semanas sin coger y él me inundo de su semen sin haberse tocado. Fue delicioso, relajante, era como morir suavemente y sin ningún temor.

    Su novia y mi compañero habían sellado ya un estruendoso orgasmo y ahora nos contemplaban…

    De repente se empezaron a oír voces afuera, seguramente el pinche perico había hecho tanto ruido que llamó la atención de otros. Rápidamente nos incorporamos, nos enjuagamos y nos vestimos para irnos.

    Al día siguiente nos encontraron en la playa mientras salían con sus mochilas. Ella nos saludó feliz y mientras que él se mostraba un tanto cortado y distante, la reacción normal de quien ha dejado anidar un sentimiento de culpa. Mireya nos dio su teléfono y dirección. Vivía en Tecamachalco, la zona más rica de la Ciudad de México. Se alejaron por la playa hasta que los perdimos de vista.

    Estuve tentado a hablar con ella pero no lo hice. Quizás preferí guardar así ese momento inolvidable e irrepetible, quizás tuve miedo e enamorarme, quizás me dieron celos. No lo sé, sólo ahora agradezco haber aprovechado el momento y haberlo vivido plenamente.

    Disfruten la playa.

    Abrazos

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  13. Don Franco querido

    Bueno, bueno sho SÉ que el firulete es de origen gallego, que tengo uno que otros conocidos de allí que no se dejarán aganallar por tal expropiación. Jajaja

    ¡Ahh que tango ese del firulete musicalizado por Mariano Mores, de quien siempre me ha fascinado también su musicalizar Tango Cristal! No lo conocía, y tuve que aprender un poco más de lunfardo...

    Mira que ya les voy entendiendo un poco más, así que si no supieran la verdad verdadera, la mera neta de la milanesa, la chamuya….vaya. ¿Acaso también chamuyea cuando anda de letalazo? Mmmmmm

    Abrazo ;-)

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