No te vayas, quedate...


... que ya estamos de vuelta de todo
y esta casa es nuestro modo
de ser.


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  2. Adiós a José Emilio Pacheco,

    Ha partido ya otro gran poeta, José Emilio Pacheco y nos deja en una gran orfandad. Hace unos días se fue Don Juan Gelman y ahora él. Por eso el no te vayas es más sentido, además de los recuerdos que evocan diferentes etapas de mi bella vida.

    Oro en polvo de José Emilio Pacheco

    Desde mi adolescencia busqué oro
    en todas las corrientes de la montaña.
    La arena removida alcanzaría
    para urdir un desierto.

    Y nunca hallé el metal
    Sólo monedas de cobre,
    piedras, huesos pulidos, baratijas.

    Me voy como llegué.
    No perdí el tiempo.
    La arena que escapó de entre
    mis manos
    me dio el placer interminable:
    el intento.

    Abrázame por favor, abrázame fuerte.

    Don Pepe

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  3. Barbudito de mi corazón,

    Hoy mi corazón late cual caracola y canta con el lastimero sonido de tu mar.

    De tanta tristeza, lo he dejado en el alféizar de tu ventana para que con el sólo hecho de recordar el mar vuelva a cantar.

    Mis ojos están secos de tanto llorar, gracias de verdad. Siempre es grato para mi descubrir letras hermosas acompañadas de tu enorme sensibilidad para aderezarlas con las imágenes y vídeos que parecieran haber estado esperando que las despertaras para darles vida y movimiento.

    He escuchado la súplica amorosa del "no te vayas...quédate" tantas veces y en tantas voces esta noche, que mi corazón cansado pero feliz se dispone a mecerme en un tun tun como rumor de olas para adormecerme.

    Gracias Franco, y gracias María Elena Walsh por haber compuesto tantas canciones que acarician el alma. Me gustó también la interpretación aquella de Mercedes Sosa y Nito Mestre. Son voces aterciopeladas que calman un dolor, el de la partida.

    Besos

    Don Pepe

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  4. Esa casa, barco quieto

    Cuando éramos niños mi padre nos llevaba a diversos lugares que después supe estuvieron ligados a su niñez, adolescencia o juventud. Era una manera de recordar y evocar. En ocasiones lo observaba curioso mientras platicaba alegre alguna anécdota divertida, en otros momentos me sobrecogía su silencio y su expresión de tristeza.

    En una ocasión visitamos una vieja casona cerca de la playa, aún en buen estado pero abandonada, con el polvo de la antigüedad cubriendo el deslavado rojo de sus muros y sus antiguos pisos de lindas y arabescas figuras.

    El patio central al cual se abrazaban las habitaciones con sus puertas de maderas, mostraba un ruinoso aspecto por la intemperie y la maleza agreste que crecía a su gusto. Era un patio y su fuente que aún conservaba un aristocrático porte y que hacia soñar de como habrían sido sus mejores días.

    Nosotros, los peques, seguíamos jugando a escondernos y asustarnos en lo que era para nuestra imaginación infantil, una casa fantasmagórica. Me daba por pasar minutos, que me parecían horas, escondido bajo el brocal del pozo que aún tenía la tapa de madera haciendo presión con mis piernas abiertas para sostenerme o en lo alto de un viejo árbol de huayacán (o guayacán) que floreaba hermoso y que tapizaba de flores amarillas que caían adornando ese viejo, y desgreñado jardín que ya sólo recibía el agua de los chaparrones tropicales.

    Me encantaba sorprender a mis hermanos y me divertían sus expresiones. Mis andanzas no estaban exentas de reproches y llamadas de atención, las cuales me ponían compungido un momento y al otro ya andaba carcajeando y corriendo. Se me resbalaba todo...

    Terminaba la visita y nos llamaban a todos, era de los últimos en salir pues siempre mi curiosidad me abstraía del mundo, imaginando la vida que había transcurrido allí: el momento del despertar, la algarabía del desayuno, el frenesí en la enorme cocina, los olores, las visitas, la música y las canciones, la plática de sobremesa de los grandes, las risas y llantos de los chiquillos de entonces -nuestro padre y tíos- .

    Todo eso se había ido entonces y vuelve ahora con esas palabras de "Estos muros, estas puertas, no son de mentiras, son el alma nuestra...que viviendo hicimos igual que el amor."

    Ahora ya adulto puedo imaginarme como avanzan las escenas de íntima e irrefrenable pasión como de lánguida ternura en sus moradores, ese transcurrir como en una película muda a la cual se ha sonorizado con esa melancólica canción.

    Si, cuanta verdad hay en "que viviendo hicimos...igual que el amoooor."

    Todo el video que compartes es bello, pero la entrada...esos 50 segundos iniciales tienen una ternura tan grande que me embriaga. Y la imagen fija, previa al video, donde ternura y calentura coexisten me hace sólo sonreír en mi saudade.

    El título de la canción "Barco quieto" como metáfora de la casa que no se mueve, con lo cual el morador suele a veces ser el barco que navega y que tiene que partir, me parece genial.

    Besos, abrázame fuerte fuerte por favor...

    Don Pepe

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  5. Mi querido Café VH! Cuántas emociones no nos has provocado desde que llegaste a nuestras vidas… y cuántas veces no han coincidido con nuestros propios tiempos nublados y días de sol. Justamente así empezó nuestra historia de amor (¿lo recuerdas? Un cuarto de hotel y una escena dibujada en ultramar que parecía que me estaba espiando) y así pasa con una cierta melancolía que se dibuja aquí en mi espacio, en ciertas mañanas de fin de semana, como ha ocurrido hoy; a lo que ayuda de cierta forma el cielo nublado y el viento frío.

    Ahora que vivo solo, que disfruto cada detalle con el que estoy alimentando precisamente “esta casa”, pienso en cómo me gustaría compartir todo esto con alguien especial… en sentir que esos espacios que están disponibles en la mesa, en el sillón, en el armario… y sí, en mi cama; los ocupe alguien especial con quien pueda bromear, polemizar, reír, llorar… vienen a mi mente también esas ocasiones, esos lugares y esas personas que me dijeron alguna vez un ”Quédate, No te vayas”.

    En aquellos entonces hubo circunstancias que me impidieron quedarme; pero ahora, como ocurrió esta mañana, quisiera tener la facultad de volver el tiempo atrás y decir ”No, no nos quedemos aquí… vámonos a ni casa, quiero estar ahí contigo”… sé que es un pensamiento un tanto absurdo, infantil, inmaduro; vengo a esta casa que es nuestro Café… y me encuentro con esta perspectiva de mis emociones de hace un momento; mas sin embargo, es precisamente esta visión tuya, tan particular y tan genial, mi querido Franco; la que me hace ver que lo que cuenta no es hacer esto con “cualquier” persona, sino con aquel con quien haya una historia construida, emociones compartidas… detalles inolvidables que vivan en el corazón; no simples desahogos de madrugada que se esfumen con el calor de la mañana. Este video fue algo muy parecido a un repaso de mi vida; pues de la mano de dos grandes mujeres argentinas volví a mi infancia (María Elena Walsh, autora de muchas lecturas de mis libros de escuela; y Mercedes Sosa, una de las referencias que me traen a mi bohemio padre); y de la mano y el ojo de un genial varón de las Pampas (no por nada es un Gaucho de Oro), las uno con esa búsqueda de características y esperanzas tan particulares y tan especiales en las que me encuentro en mi vida actual.

    Recuerdo que cuando comentaba a mis amigos hace unos meses, que ya me iba a vivir a un sitio independiente, me decían ”Guau! Ya vas a tener tu cueva de soltero pa’ darte vuelo!”; ahora que estoy aquí veo que sí, muero de ganas de compartir este lugar; pero no con cualquiera… sólo con afectos como ustedes, como lo fue el primer amigo que entró aquí y llenó con su buena energía todos los rincones; esos que, junto conmigo, estarán felices de verlo de nuevo aquí, muy pronto. Don Pepe, compadre huracanado, Tú ya sabes que esta es tu casa; y así como me recibiste pocos meses después en la tuya, ahora yo estaré feliz de que veas el “antes” y el “después”... y si te puedes jalar contigo a toda la Tertulia ¡Muchísimo mejor! Yo encantado de recibirlos a todos… ya aquí veré cómo los acomodo… uno arriba de otro, qué más da! Jejeje…

    ¡Millones de abrazos a todos y cada uno de ustedes, hermanos! ¡Los quiero y los extraño!

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  6. Hola queridos amigos!!!
    Impecable el video de Franco... es un lujo!!!!
    Y como dice Don Pepe, el "no te vayas" puede interpretarse de muchas maneras, y hoy seguramente se lo diríamos a los dos grandes que se han ido...Philip Seymour Hoffman, en la flor de la edad,...pero...el sabia que jugaba con fuego; y el enorme Maximilian Schell, el actor alemán mas buen mozo y seductor que recuerdo...y que con 84 seguia laburando a pleno...
    Por qué será que cuando recordamos a los actores que nos "fantaseaban" siempre pensamos en los norteamericanos? ...tal vez a Maximilian le pasó lo que a Warren Beaty, opacados por los monstruos que teníann por hermanas...pero, quien de nuestros "correligionarios" no salia del cine ocultando una erección luego de ver TOPKAPI, o JUICIO EN NUREMBERG
    Maximilian Schell

    Maximilian Schell

    Un abrazo

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