Para mis amigos - VIII

Patorras, una delicada pasión de familia.















































































































Comentarios

  1. ¡¡¡DIOSSSSSSSS!!! ¡Sabía bien que este era un buen día para volver aquí a mi querido Caf[e VH! Qué maravilla tan grande son las exquisitas e inigualables PATORRAS peludas de macho... ¡Son de los fetiches que se pueden exhibir y admirar de forma más sencilla! Claro, nos gustan y nos enloquecen los pechos, las vergas y los culos; pero para acceder a ellos de forma libre hay que estar en ciertas circunstancias; en cambio, las piernas pueden disfrutarse con total y absolute morbo y discreción en la misma calle; ya ni qué decir en el gimnasio o en la playa... Parafraseando un poco a mi admirado Quino y a mi muy querida Mafalda... ¡son el continuóse del empezóse... para esperar el acabóse! Sobre todo cuando dejan a la vista al más consentido de mis fetiches... ustedes ya saben cuál es.

    En especial me gusto mucho el alumno de yoga que aparece en la foto # 17... Siempre me ha parecido admirable la habilidad que puede tener una persona para usar su cuerpo de la forma que desee; y si a eso le añadimos que ese alguien es macho y además peludo... ¡pues ya tenemos buen camino avanzado!

    Mi querido Franco; sé que cuento con tu comprensión por mi ausencia, pero en verdad estoy muy apenado... Estoy teniendo unos días bastante atareados que empiezan antes del amanecer y terminan mucho después del anochecer; siempre me había dado tiempo de venir a relajarme un rato al café pero esta vez estoy que no me la acabo, aunque no es posible dejar de tenerte presente... por ello no puedo dejar de hacerle honor a tu labor tan afanosa y prolija de tener siempre nuestro lugar tan radiante como siempre. Además... ¡estoy viendo que esta es la parte VIII de una serie! De inmediato me voy a dar una vuelta por las otras siete para no sentir que me las perdí... ¡Mil millones de abrazos y otros tantos de besos para ti, Gaucho de Oro!

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