Toallas

No podría explicar del todo bien lo que me produce ver un hombre envuelto en una toalla. Abajo de esa toalla, obviamente, está desnudo. El deseo de ver todo lo que hay allí, oculto apenas por la suavidad de una tela que en cualquier momento podrá caer, desanudarse o descorrerse, altera mi tranquilidad y mi capacidad de contemplación ante el macho vulnerablemente expuesto.
Hace tiempo sucumbí ante un hombre sólo envuelto en una toalla como quien cae ante una poderosa conquista. Aún sigo conquistado (y feliz).















































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