Contrariamente a los gustos actuales en donde el tamaño sí importa, en la antigüedad, Grecia lideró la tendencia a valorar y admirar a los penes pequeños, que ensalzaban las virtudes esenciales de la masculinidad. Por tanto el miembro pequeño era un aspecto codiciado en el macho alfa. Pues los hombres ideales eran dioses, héroes, atletas, etc., y todos ellos eran representados con genitales minúsculos y nunca erectos, mientras que las vergas gruesas, a menudo excitadas, peludas y descomunales correspondían a los sátiros o a todo tipo de hombres que de las más altas virtudes descendían a los más oscuros vicios, a la decadencia y al caos. En definitiva, el pene grande, para los antiguos griegos, describía al hombre vulgar, salvaje y bárbaro. Tantas veces nos hemos intrigado por lo excesivamente pequeños que a veces aparecen los penes de las estatuas clásicas, pero claro, lo bello, era otra cosa. La galería de hoy no olvida aquellos principios apolíneos. Veamos:
Otras cuatro palabras: "el hombre que amas". Con él vas a cualquier parte, pero en la cama cuanta dicha, el antes, el durante , y el después languido, tierno y el deseo que el momento se prolongue indefinidamente, con él a tu lado.
ResponderEliminarFabrice
Fabrice,
ResponderEliminarmuy cierto.
Tal vez sea muy cursi lo que diga, pero en la cama, y con el hombre que amas, pasás por todos los momentos y matices. Y uno de mis momentos preferidos, sin duda, es el despertar. Ver a tu amante, a tu lado, que sigue ahí... con vos. Es cuando todo vuelve a comenzar.
Nada mejor de ver a dos hombres velludos con la verga cada uno erecta como una grua de la que usan los constructors de edificios. Si la verga derrama esperma, lo major. Franco tienes razon: Vamos a la cama, listos para entrar, hagamos el amor, te succiono, me succionas. No importa si 3, o 4 palabras. Son todas magicas!!!
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