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Miscelánea gráfica #127
-¡Hola! Soy Eric Manchester, de Falcon Studios, y quiero invitarlos a recorrer esta enorme Miscelánea, hoy desde las duchas de Vellohomo. ¿Vienen conmigo? Año 1949, Norma Jeane Dougherty posa para el fotógrafo Tom Kelley. Las fotos se conocen como The red velvet Series. Almacenes de los muelles de Nueva York, años 70s. u 80s. La foto podría ser de Peter Hujar. Alwin Tersic Anselmo Prestini Antonino Pío, Museo Nacional Romano del Palacio Massimo, Roma Anuncio de la fragancia de Tom Ford para Hombres. El anuncio apareció en la contraportada de la edición de primavera de 2008 de la revista Butt. Bo Roberts for N2N Bodywear Bolesław Biegas (1877-1954) Bruce Bennett como Tarzan Reece Clarke La hermosa mirada de Carlos Cuevas Christopher Isherwood by George Platt Lynes (1950s) 'Cirque Erotique', Apollo Bird. Fotografía de Mark Grantham "Conversación en el vestuario" - Tom Ouellette, 2013 Dani Garcia (via Skydiver) David Giuntoli Desnudo masculino según un detalle de "E...
Cándido y tierno reposo
Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
Bahhh un voto de apoyo para la pijona de la derecha en la ultima foto
ResponderEliminarse lo perdieron!!!!!!
ResponderEliminarhttps://fbcdn-sphotos-c-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash2/319067_10151076214761876_83623893_n.jpg
¡Buenas noches, amigos del Café VH! Sí, vengo muy tarde ya lo sé, el domingo ya se volvió lunes... ¡pero las emociones de sabores dulces y salados que este lugar nos regala no pierden su encanto!
ResponderEliminarMe gustó mucho esta serie de fotos; ese aire setentero de melenas, bigotes y PELOS en su lugar y proporción justos y correctos... y también de cierta clandestinidad, el tener que buscar un sitio apartado en un bosque para darle rienda suelta a la pasión, lejos de la vista de los ojos y juicios inquisidores...
Hay un poema viejo que entre sus frases incluía una que desde siempre se me ha quedado muy grabada: "Lo prohibido causa apetito..."; y en aquellos tiempos, tan lejanos y cercanos a la vez, nuestra preferencia era vista con un toque de prohibición y pecado que ahora ya (casi) no tiene. En un momento dado creo que esa "clandestinidad" le podía dar más placer a los encuentros de hombre a hombre. ¡Claro! Una sóla "ventaja" contra miles de desventajas más como la discriminación, las agresiones físicas o verbales, etc. etc. Ahora nuestra presencia en el mundo es más respetada (o tolerada) en muchos espacios, y eso le ha restado ese aire "prohibido" o "perverso" que tenía en otros tiempos. Pero a veces siento que, como ahora ha logrado ese estatus de "normalidad", la entrega ha perdido de cierta forma ese sabor realmente INTENSO de otrros tiepos, en los que había que aprovechar cada segundo compartido de la mejor y más fuerte forma posible...
Bueno, este es mi punto de vista. En resumen: creo que hay que recuperar de nuestros antecesores la verdadera entrega que formaban en la clandestinidad y que (siento que) hoy se ha perdido con la cotidianeidad. ¿Qué opinan ustedes al respecto?
¡Abrazos a todos! Y en especial a ti, Franco, por seguir regalándonos estas imágenes que de cierta forma no se limitan sólo a lo obvio, sino que pueden despertar ciertos instantes de reflexión como el que aquí comparto. ¡Se te quiere, Gaucho de Oro!
L'homme dans la nature.
ResponderEliminarEs cierto que el amor en el bosque es de una intensidad y goce muy profundos.
Será el animal natural que llevamos dentro y que se reencuentra con su habitat originario?
Bellísimo.
Gracias Franco.