LO MÁS VISTO EN ESTE MES:
Mezcladito de fin de mes
Día de teteras
Cándido y tierno reposo
Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
¡Qué galería tan suculenta, mi querido Franco! El cobijo de la naturaleza le va muy bien al calor de un macho velludo, sin lugar a dudas... al ver estas imágenes evoco aquel tiempo en que yo vivía en una casa con un jardín enorme... si bien nunca anduve en pelotas por ahí (que yo recuerde... jeje) si andaba descalzo; y sentir la frescura del césped y el lodo a la par del murmullo de las hojas de los árboles mecidas por el viento y esparciendo su perfume... me hacían pensar en lo supremo que sería andar así en la soledad de un bosque, de una pradera... ahora de adulto, con los sentidos y las hormonas más desarrollados quisiera experimentar ese contacto delicioso con la naturaleza; ese desahogo, ese escape, ese descanso que se ve que experimentan los varones que engalanan esta galría, cubiertos por el follaje, acariciados por los rayos del sol... entregados a esa intimidad que da la soledad. Y aquellos que están bien acompañados ¡qué exquisito poder compartir esa gracia de vivir al natural! De reencontrarse con esa parte animal de nuestro ser; y no hablo del aspecto fiero o agresivo, sino del de ser completamente LIBRES y dejarse llevar a donde los sentidos quieran llevar... ¡Este post es, en dos palabras, placidamente excitante, Gaucho de Oro! ¡Bravísimo una y mil millones de veces!
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