Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
UUUUUAUUU por el Pirata!!!
ReplyDeleteRecien lo veo!!! Ayer estuve de fiscal.....
Preciosa página.
ReplyDeletePreciosa página.
ReplyDeleteEs un maravilloso post, educativo, porque enseña a administrar el goce. Ante tanta generosidad ofercida se aprende a no empacharse y mirar todo de inmediato. Para no perderse los hermosos interiores propuestos, la ironia de las tapas de discos, etc... en el afán de ver a todos los "muchachos" YA. Parte hoy, parte mañana y renovar así el deleite. Gracias.
ReplyDeleteSeba,
ReplyDeletejajaja, si te referís a TU Gene, en esa todo no sale como Pirata sino como D'Artagnan. Bueno, es el dato que tenía, aunque usted es el especialista en estos temas.
Te gustó el post de la Galería de Arte??? estás como Manu, todo sonrojado. Pero eso es buena señal, uno nunca debe abandonar la capacidad de ponerse colorado. Además de demostrar que uno no es ningún sin vergüenza, es un rasgo adorable en cualquier hombre.
Besos
Gracias Xaime y Anónimo por los comentarios! ! ! !