Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
Hola!!!que buen post!! fotos como la 1, la 6, y otras similares, en que la fronda asoma por encima de la prenda!! como ayudan los anteojos oscuros, en la playa, para disimular nuestras miradas cuando se presentan estos casos!!! y si el sujeto es alguien ubicado cerca, no de paso, ja!!! como lo seguimos con la vista esperando que la malla baje un cm más!!! .... que razón tiene el que dijo que ejerce mas fuerza un vello púbico que un cable de un puente colgante!!!!
ReplyDeleteSí, la verdad que las fotos 1 (de veracidad dudosa) y la 6, son un DERROCHE de testosterona, literalmente hablando, bien a lo bruto, a lo macho, diría yo. Me encantan ese tipo de imágenes, cuando la prenda (la que sea), no da abasto para contener tanta hombría que se desparrama en todas direcciones. Ah!
ReplyDeleteAsí que "el viejo truco de los anteojos oscuros". Yo de jovencito usaba siempre unos espejados, de esos que es imposible ver para donde apuntan los ojos. Mientras la cabeza sigue incólume hacia adelante, las pupilas, torcidas al máximo, van hacia el objeto de nuestro deseo, hacia otra dirección. Qué habilidades que se desarrollaban, no?
Ahora ya me importa todo un bledo, y miro todo mucho más descaradamente que antes, porque, eso sí, si es por mirón, con los años me he perfeccionado.
Bueno. Los días todavía están cálidos (¿cómo está a orillas del Paraná?) así que podemos usar estos trajecitos tan bonitos.