Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
Ja.... si estamos semierectos el martes... como sera lo que nos preparás para el viernes!!!!!!!!
ReplyDeleteEstoy de acordisimo con seba!!! Lo que puedo pensar es que esas vergas viriles estaran derramando cum o leche masculina como una fuente en la Plaza Principal. Leche maculina es como los llama alguien que sigue un blog como el tuyo aqui en los EEUU. El pero vive en Italia.
ReplyDeleteBueno, dejemos que los acontecimientos sigan su curso...
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