Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
Otras cuatro palabras: "el hombre que amas". Con él vas a cualquier parte, pero en la cama cuanta dicha, el antes, el durante , y el después languido, tierno y el deseo que el momento se prolongue indefinidamente, con él a tu lado.
ReplyDeleteFabrice
Fabrice,
ReplyDeletemuy cierto.
Tal vez sea muy cursi lo que diga, pero en la cama, y con el hombre que amas, pasás por todos los momentos y matices. Y uno de mis momentos preferidos, sin duda, es el despertar. Ver a tu amante, a tu lado, que sigue ahí... con vos. Es cuando todo vuelve a comenzar.
Nada mejor de ver a dos hombres velludos con la verga cada uno erecta como una grua de la que usan los constructors de edificios. Si la verga derrama esperma, lo major. Franco tienes razon: Vamos a la cama, listos para entrar, hagamos el amor, te succiono, me succionas. No importa si 3, o 4 palabras. Son todas magicas!!!
ReplyDelete