Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
Lo paradójico de la foto es que Moose está trabajando de representar un trabajador. Y lo bien que lo hace, como todo lo que hizo este cacho de virilidad peluda.
ReplyDeleteFabrice
Pues Moose trabajaba muy bien, ya lo creo...!
ReplyDeleteFeliz día, Fabrice. Y a todos los trabajadores que coincidimos en VH...!
Gracias, Franco!!! todos somos trabajadores en VH!! desde el intelectual polifacético Franco, mago de la pluma, hasta los humildes trabajadores manuales.....je.. aqi seguramente esatamos todos!!!!
ReplyDeleteSeba,
ReplyDeleteFeliz día, espero que lo hayas pasado muy lindo. Abrazote!
En abril no hubo cuentito? D:
ReplyDeleteLo siento, Dduraznito,
ReplyDeleteel próximo mes, seguramente.
Saludos!