Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
Glorioso punto de la sexualidad masculina, el que no debe nunca pasarse por alto. Si tu pareja no los tiene desarrollados, compete a ti despertarlos.
ReplyDeleteGlorioso es poco.
ReplyDeleteY estoy de acuerdo con ese desarrollo que también tiene que ser fervorosamente consentido. No hay nada más hermoso que ver, tras paciente tiempo de tratamiento, tu obra finalmente realizada surgiendo del letargo latente.
Y estoy convencido de que ese es el caso en las fotos 1, 110, 111 y 112, todas de la misma persona, definitivamente mis preferidas.
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