Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
Cela tombe bien j'ai quelques petits travaux à effectuer...
ReplyDeleteje peux l’accueillir chez moi avec sa grosse perceuse...lol
Agréable journée
Estará trabajando en España que aquí es verano, jajajajaja.
ReplyDeleteBuena elección como empleado del mes.
Saludos desde España!!!
Patrice,
ReplyDeleteJe l'envoie chez toi
(avec la perceuse, bien sûr!)
Ramón,
No, está trabajando en casa, lo que pasa es que puse la calefacción a 40º.
Saludos!