Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
Los dos posts parecen un calco del ciclo pascual. Tras la muerte, la negación de los vellos del sábado tenemos la resurección, la gloria de los pelos el domingo. Tanto que me sorprendí musitando :Gloria, gloria se merece Franco. Lejos de la blasfemia, es el regocijo de ver al hombre como Dios o la Naturaleza lo dotó. Me vino a la mente el "ReveeeerenZA" cantado en una opera de Verdi, Falstaff", reverencia que hago por el magnifico regalo de este post.
ReplyDeleteDe caminar por una playa con solo algunos de los muchachos con pecho velludo a la vista andaría con una erección que me haría volver a la carpa o sombrilla.
Ni hablar de esos vellos púbicos, negros, frondosos, ensortijados que harían de uno un mirón hipnotizado.
Un post, uno más, para volver a ver una y otra vez.
Mil gracias
Fabrice
Mrs. Quickly Fabrice:
ReplyDeleteTodavía me estoy riendo con lo de "revereeeenza"...
Juro que no me di cuenta de que la gloria de los pelos caía en domingo. Sin querer le pedí prestado el día a los Domingos vintage, pero era necesario traer a la vida (eterna?) tanto pelo insanamente cortado. Por fortuna, como digo siempre, aún en Argentina no se ha diseminado tanto el furor por los vellos corporales rasurados, por lo menos no en hombres pasados los 40. No es común verlos en lugares públicos como playas o plazas, afeitados. Menos mal, no podría vivir en un país de afeitados. Puaj.
Gracias por tu cálido comentario...
Plácido domingo para ti!
Igualmente, algunos infiltrados se me colaron en el post. Hay que andar con un ojo...
ReplyDeleteBien, pero dónde quedamos los que nunca nos afeitaríamos pero tampoco tenemos mucha pelambre? me siento algo olvidado, en una exclusión in between...
ReplyDeleteMi querido Cisplatino,
ReplyDeleteEs que todavía falta aquí el post sobre lampiños (en preparación). Nunca este blog estuvo en contra de los que no son tan velludos. Quedan fuera de discusión. De hecho, en esta entrada, hay todo tipo de pechos peludos, incluyendo los apenas sombreados de pelusilla (ah!, las pelusillas suelen ser adorables). La cosa va contra los que teniendo mucho, se cortan todo. Ay, ay, ay... eso es imperdonable.
Bueno..., nos vemos y te lo explico personalmente. Ta?