Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
Salut Franco, merci pour ce réveil si champignon de toute forme mais dieu queue la cassolette est belle et bonne, bon week-end, bisous de Suisse, Philippe
ReplyDeleteEsa cabezita sin cerebro le gana la partida casi siempre al cerebro, que valga la redundancia la pierde. Los hombres estamos a merced de ella, desde Sofocles o Euripides, no recuerdo cual, que decía que tendremos paz de ella recién en el cementerio. O en unos sketchs de "Seinfeld" en que ambas cabezitas luchan por la voluntad del protagonista y gana siempre la de abajo.
ReplyDeleteEs díscola, pero cuanto la queremos.
Fabrice
El esperma o semen que se descarga de la pija es Bueno. Por Tonyitalian
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