Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
La vulnerabilidad del durmiente lo vuelve a uno protector y se lo cubre, acomoda cual niño, a seguir en su viaje, a visitar esa otra vida, que se conoce por los retazos que uno logra recordar al despertar, o más bien al franquear el umbral de la cotidianeidad.
ReplyDeleteFabrice
Fabrice,
ReplyDeleteatinadas palabras para describir perfectamente lo bello de lo vulnerable, ese estado disparador de tantas emociones inmanejables.
Buen domingo!
Una de las cosas que hecho de menos, muy de menos despertarme cerca de mi pobre amigo fallecido. Cuando estabamos acostado juntos, nos gustaba tocarnos lo intimo. Una vez el era muy velludo como yo. Bueno, no se si encontrare a alguien como el. Quizas. Gracias por tu cache de fotos tan intimas y personales en su presentacion. Por tonyitalian
ReplyDeleteTony,
ReplyDeletelamento que hayas tenido que sufrir esa pérdida. Gracias por compartir aquí tu recuerdo tan especial.
Abrazo
Gracias Franco, abrazos a ti Tambien. Tonyitalian
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