Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
Deliciosa galería, muy motivante en estos tiempos de encierro.
ReplyDeleteMe deslio.....
ReplyDeletemiam, miam, miam
ReplyDeleteFabulosas vistas, tengo alterados mis bajos despues de tanta bellezs
ReplyDeleteSoy un sensualista confeso: y al ver tu propuesta de hoy se me hace fácil coincidir, solo tengo que añadir, que muchos de los sujerentes pormenores me recuerdan... Cuando después de un lance sexual, en el remanso de la pos eyaculacion, contemplas en el cuerpo del otro y en el propio algunos detalles de estos, y en la neblina del sensual placer me gusta usofruir del regalo que representan para los sentidos. Detalles que guardas en tu memoria, que cuando reaparecen estimulan la libido.
ReplyDeleteGracias, This is not Sparta, Robin, Philippe, Alquimista, Waufrid... por los entusiastas comentarios. (veo caras nuevas por aquí, bienvenidos!)
ReplyDeleteWaufrid, es tal cual describís. Y es en ese "remanso" al cual descendemos de a poco, en el que pareciera que nuestra sensibilidad o nuestro poder de captación está amplificado, y podemos apreciar los pequeños (y grandes!) detalles que el amante nos ofrece, tal vez sin darse cuenta..., hay tanta riqueza en esos registros...