Siempre me ha gustado esa boquita/osijo(?) de su prepucio. Efectivamente su cuerpo velludo es infernal. Creo que yo tambien tenia mucho vello pectoral y pubico cuando era adolescente...
Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
Siempre me ha gustado esa boquita/osijo(?) de su prepucio. Efectivamente su cuerpo velludo es infernal. Creo que yo tambien tenia mucho vello pectoral y pubico cuando era adolescente...
ReplyDeletePienso lo mismo que Tony.Esas boquitas así del prepucio me fascinan. Merecen especial atención de nuestros labios...
ReplyDeleteAlejandro me gustaria hacer cambio de fotos contigo. Me puedes contactar en mi email ? Si es posible ? Gracias sin embargo
ReplyDelete