Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
Tenés razón querido Franco. Hasta Bernardo Neustadt lo experimentó en carne propia en el siglo pasado. Si no me equivoco, quedó documentado. Aunque claro, el desliz no mostró la potencia y el volumen que ilustra tu post. Más bien lo contrario. Te acordás?
ReplyDeleteUn abrazo.
EmeKa,
ReplyDeleteJajajaja..., sí, aunque eso no fue porque la naturaleza pujara por salir, sino más bien porque las bolas se le habían escapado
Ese afán de "escape" de esas partes íntimas, produce una sensación p l a c e n t e ra del más alto contenido erótico, estimulante, deseable hummmm. Con respecto a la foto del varón con camisa, ese "bosque de vellos" pide a gritos: ¡¡¡¡ "suelten dos botones maaaaaás !!!!!.....y yo también lo pido 🙊
ReplyDeleteYo he quedado enamorado del 48,49 ,desgraciadamente no se quien es , si lo supiera corro tras el!
ReplyDeleteMe he quedado sin aliento.
ReplyDeleteEn una sola palabra: formidable.
Ha puesto el listón muy alto.
Hello Franco magnifique exposition 2 slips bien remplis, un vrai régal pour les yeux et hélas pas pour la bouche et les doigts néanmoins j'ai un coup de cœur pour la dernière photo, bisous de Suisse Philippe
ReplyDeleteRemplace un vrai par régal
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