Cuán fascinante resulta contemplar el sexo viril descansando plácidamente sobre sus mullidos y peludos cojines (¿o debo decir "cojones"?). Todo ahí resume ternura, paz, y habla de la inquietante belleza de la calma cuando ésta es preludio latente del más mínimo cambio de actividad. Asistimos expectantes al excitante espectáculo, y así, podríamos quedarnos horas en ese recóndito acto de observación. Como cuando se contempla el sueño del hombre amado, mirar -o también hacer algo más que mirar- una verga en estado de reposo, es una de las vivencias más encantadoras que pueda haber en el mundo de la sensualidad masculina compartida. --------------------------------- Nota del autor: Cuando vuelvas mañana, ya no las verás tan dormidas.
Magnifique merci bises
ReplyDelete🧡🧡💚💙
DeleteFranco querido :
ReplyDeleteMaravillosa galería de machos maduritos, peluditos, hermosos ( como habrán sido de lindos jovencitos ) con ese sabor otoñal con esas hojas que caen y caen con un colorido único.......estos hombrones maduritos me han dejado FASCINADO.....F E L I C I T A C I O N E S !!!!!
Ale
Una cabaña pequeña en el bosque, el fuego encendido, afuera viento y hojas amarillas, y algo humeante y caliente para compartir con un madurito canoso. Viva el otoño!
DeleteCelebro esa madurez, llevada con buenos pelos y esas miradas de haber pasado cosas, les mando abrazos cotertulianos y en especial a vos Franco q nos compartis
ReplyDelete