Fin de semana nudista

Desde el 2011 que no nos poníamos en pelotas...


















































Comentarios

  1. Pos perfecto para un día de playa...eso sí, al chico de la 45 habria que avisarle que estaría en riesgo en caso te tormenta electrica... podría actuar como pararrayos.....
    y esto me trae a la memoria esa frase inefable de Don Pepe: la educación es como una erección, si la tienes se nota ... a la que yo agregaría : y si no la tienes, en el momento de la verdad, es imposible simularla.
    Un abrazo, parroquianos de VH!!!!
    Seba

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  2. Nudismo y amigos de vuelta

    ¡Aaaah! Seebaaa tan querido. ¡Estas de vuelta! Que placer "verte" de nuevo por aquí.

    La verdad que la playa que nos presenta Don Franco está de lujo. Pero muchísimo más está el encontrarte entre aquellos tertulianos que salen a tostar pieles, bolas, fustes y hermosas nalgas.

    Te divisé primero a ti, y trato de ver entre toda esa maraña de pelos donde está Don Franco. ¿Será el que nos da esa espectacular vista despelotada del 42? ¿Acaso será el fotógrafo fotografiado número 4?

    Difícil adivinar entre tanto manjar. ¿Has visto querido Sebas, que muchos llevan un librito consigo? ¿No son adorables? Qué mejor motivo para acercarse y conversar sobre el tema del libro, mientras uno recrea la vista en su deliciosa anatomía.

    No voltees tan rápido pero a tus 0900 esta uno con el fuste descapotado. Esta esperando quién le ofrezca la jugosa humedad de una boca que le refresque.

    Woow! Ese calvito que viene sonriendo y trotando con la macana suelta dando deliciosas ondulaciones badajonias....Woow! Lo siento Sebas, pero creo que voy a aprovechar para estirar las piernas y a averiguar cual es la causa de tan fresca como ruborizante sonrisa.

    Antes de llegar donde estábamos, ya me había levantado con tremenda erección para que viera lo educado que soy (jajaja) y empecé a correr con él.

    Tenía tantas ganas de cojérmelo. Sobre la arena, entre los matorrales, dentro del mar, sobre las grandes y lisas rocas, hasta colgado de una nube.

    Comérmelo desesperadamente a besos y mordiditas, hasta que me rogara. Cógeme Don Pepe, cógeme (con esa g castellana), mientras yo sólo pensaba cojérmelo con contundencia, con urgencia y febril desesperación.

    Que delicia, no quería que acabara nunca, lo introducía lentamente y al llegar hasta la empuñadura arremetía con un toma, toma, cabroncito. mientras mi bálano se desliza en su deliciosa humedad.

    Después me lo cogía con divina suavidad, mientras lo miraba a los ojos, que estaban con una tierna mirada de éxtasis. Lo besaba mientras mi verga se deslizaba amorosamente. Me lo estoy comiendo pensaba.

    ¿Te gusta como te cojo? Sólo recibía un suspiro como respuesta.

    Y así seguimos hasta el atardecer en aquella playa solitaria, alejados de toda la multitud.

    Me tomó la mano y me preguntó con angustia te ternura: ¿te volveré a ver?

    Pregunta por mi en la tertulia y me alejé persiguiendo los últimos rayos de luz.

    Corría mientras lágrimas corrían por mis mejillas. Estaba feliz, y sabía que lo volvería ver.

    Entre mi y sin volver la vista atrás le dije. Hasta pronto amado mío, volveré por la noche cuando ya estés dormido.

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