Para Franco, del blog Vellohomo y para todos los buenos amigos que allí hemos sabido encontrar un lugar abierto donde compartir nuestros deseos, experiencias e ilusiones como hombres que somos y como hombres que nos sentimos. En la soledad de la habitación de un hotel La soledad, al llegar la noche, se hace mucho más patente en la anónima habitación del, aunque céntrico, sencillo hotel en el que durante unos días deberás alojarte en la ciudad a la que te han hecho desplazar por motivos profesionales. Durante la larga e intensa primera jornada, has sabido aprovechar bien y al máximo todo el tiempo de que has dispuesto para realizar las primeras gestiones que habías previsto por lo que, aunque satisfecho, te sientes cansado. Después de un cena rápida, solo y sentado en la barra de una cafetería cercana al hotel, has descartado allí mismo salir a la aventura porque sabes que mañana tendrás que levantarte, como mínimo, una hora antes de la que en casa te levantas los días que