Traje de luces

Lejos de sentirme atraído por la tauromaquia (muy lejos, lejísimos), recuerdo haberme interesado desde niño en los esplendorosos trajes de los toreros, llenos de significado, pletóricos de vertiginosos bordados, colores y brillos. Con el tiempo mi interés, claro está, fue enfocándose en lo que se lucía entre las piernas. La ajustadísima prenda resalta de manera escandalosa los portentosos genitales del torero, como si esto exaltara una suerte de competencia obligada con los del toro para estar a la misma altura de masculinidad. Dejemos volar nuestra atención hacia ese punto inevitable, siempre del lado izquierdo. Supongo que será otro tradicional significado, pues nunca vi torero alguno que cargara el paquete del lado derecho. Algo muy cierto es que el apretado traje de luces nunca dejará nada librado a la imaginación. Ole...!