Destacado de hoy
Síntesis
De la belleza clásica
Contrariamente a los gustos actuales en donde el tamaño sí importa, en la antigüedad, Grecia lideró la tendencia a valorar y admirar a los penes pequeños, que ensalzaban las virtudes esenciales de la masculinidad. Por tanto el miembro pequeño era un aspecto codiciado en el macho alfa. Pues los hombres ideales eran dioses, héroes, atletas, etc., y todos ellos eran representados con genitales minúsculos y nunca erectos, mientras que las vergas gruesas, a menudo excitadas, peludas y descomunales correspondían a los sátiros o a todo tipo de hombres que de las más altas virtudes descendían a los más oscuros vicios, a la decadencia y al caos. En definitiva, el pene grande, para los antiguos griegos, describía al hombre vulgar, salvaje y bárbaro. Tantas veces nos hemos intrigado por lo excesivamente pequeños que a veces aparecen los penes de las estatuas clásicas, pero claro, lo bello, era otra cosa. La galería de hoy no olvida aquellos principios apolíneos. Veamos:
Queridos amigos,
ResponderEliminarGracias por los comentarios de ayer en relación al "cuentito de fin de mes", que me hacen mimitos en el alma. Germán, Manu, y Turco, gracias.
Turquito, no recuerdo ahora el título del cuento de Cheever en que basé esta historia. Obviamente, no puedo aceptar los créditos que me dan por este relato, que construí aprovechando la trama y la arquitectura narradora de Cheever (pavada de ayudante). Es un escritor fascinante, gran cuentista, que escudriño con particular lupa -a manera de escalpelo- las paradojas y las encubiertas tragedias diarias de la clase media alta americana y su gran sueño de los años '50 y '60, un tema que, no sé por qué razón, siempre me atrajo. Bueno supongo que las grandes "decadencias" de las historia universal me apasionan, es algo común en mí.
Este relato habla de todo lo que decís, es cierto. También habla de locura, pero aquella locura que contrapuesta a la "otra" locura imperante en el sistema cruel de una sociedad alienada, parece virtud y sanidad pura. Admiro tu sensibilidad y tu capacidad de movilizarte reflexivamente. Y sé que escribir para lectores como vos, hace que me tome cada "cuentito" como un desafío.
(además: hiciste los deberes!, te felicito!, jajajjaa)
Manu, confieso que más de una vez actué bajo el espíritu (no con una arma en la mano, se entiende), del Sr. Belt, movido por las grandes prepotencias humanas de tipos que por el sólo hecho de pertenecer a un grupo que la sociedad premia como de categoría A, por ser ricos exitosos, por ser bellos, por ser jóvenes, o por tener la verga más grande, despertaron no pocas veces en mí, un cierto resentimiento que me llevó a ejercer algún que otro rasgo parecido al personaje del cuento. Tal vez alguna vez hable de eso aquí alguna vez. Pero... qué placer enorme es dejar con las ganas a un machote alfa que se cree que por el sólo hecho de portar un físico perfecto, todos caerán rendidos a sus pies... cuando para caer rendido a los pies de un hombre es mucho más lógico y verdadero hacerlo por otras tantas virtudes mucho más profundas e interiores.
En este Sr. Belt hay algo en lo que definitivamente yo también me identifico, por cierto.
http://youtu.be/sxYbt0JpXNc
ResponderEliminarhttp://youtu.be/zmsKz2Ph1u4
Qué hermoso besazo! Resume toda la fuerza, ternura y belleza del amor entre varones.
ResponderEliminarMuy buena elección, Franco
Scussatino,
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado!, lo único que no sale en la foto es esa vibración tan especial que se experimenta cada vez que te besan el culo. No sé si me explico...
Franco, te explicás con claridad meridiana y gran sensibilidad. Te entiendo perfectamente. Cuando hace años, un inolvidable amor mío me inició besándome el orto, me hizo temblar. Creí desfallecer de esas vibraciones que vos mencionás. Inolvidable, como El.
ResponderEliminarSalud gaucho!
Belleza solo comparada con los mares del norte!true love...true men..in love!!!
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