Los clásicos
Vuelvo sobre esta foto, todo un clásico, que fue siempre una de mis preferidas
desde que empecé a mirar y bajar fotos de internet.
Y es que la escena me fascina por el morbo que produce.
Bruno, tal vez aún inseguro por el paso que aparentemente vendrá a continuación,
sostiene profundamente la mirada con su amigo,
quien posa el índice en su mentón,
con un aire de tener controlada la situación.
Uno puede imaginar lo que pasará.
El dedo recorriendo esa boca aún cerrada,
siguiendo por el negro bigote
y finalmente venciendo cualquier atisbo de resistencia.
Los hombres posan sus manos uno sobre el otro, por detrás,
con un gesto natural, como entre amigos o hermanos.
Pero en primer plano, las vergas semierectas,
no dejan duda alguna de lo que están sintiendo.
Seguramente esta foto ya se vio en este blog, pido disculpas por la repetición.
Pero es que no me canso de verla.
Los clásicos nunca cansan, uno vuelve a ellos una y otra vez y renueva el deleite.
ResponderEliminarY Bruno es la ilustración perfecta de lo que significa virilidad. La foto nos remite a las estatuas de parejas de la Antiguedad.
Franco, me animo a escribir en representación de todos los VHmanos!!! Disculpándote del “pecado” de la repetición!!! (escribo influenciado por los sucesos de hoy en NY!!!)
ResponderEliminarTenés razón, esta foto muestra un momento muy especial, dos amigos que se disponen de mutuo acuerdo a dar rienda suelta a sus deseos, curiosidades e instintos..., un paso que tantísimos otros en situaciones parecidas, no se atreven a dar por la opresión social que los contienen…... será sólo nada más, y nada menos, que sexo entre amigos,.. exploración apasionada de cuerpos, miradas, caricias... tal vez no haya besos previos.. pero sí al final, en la despedida, .. un beso que implicará el mutuo agradecimiento por la ofrenda que cada uno hizo de sí mismo… y el reconocimiento implícito de que, se repita o no el encuentro en el futuro, lo vivido pasó ya a ser una página inolvidable, un recuerdo imborrable, en la vida de cada uno...
Bello comentario, Seba!
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