Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Ja...¿vulnerable....o voraz dominador?....that is the question!!!
ResponderEliminarMmmmmmmm... a ver, podríamos decir que uno queda inevitablemente preso de la DONINACIÓN ejercida por la entrega absoluta de tanta vulnerabilidad.
ResponderEliminarMjm. Chupate esa mandarina!
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ResponderEliminarCuando vi la pregunta me pareció muy interesante la interrogación y me quedé pensando en los mismos términos de tu respuesta Franquito.
ResponderEliminarAsí que me chupo con gusto el néctar de tu jugosa mandarina.
Será un placer y un honor que me chupes la mandarina.
ResponderEliminarAbrazos, querido Pepín.
Jajaja
ResponderEliminarTe contaré entonces que sabor tiene...
Abrazos gauchito querido.