Masculino

Las axilas peludas atrajeron mi atención desde mi más tierna infancia. Creo que tomar cuenta de esa particularidad, hizo que por primera vez considerara que los pelos -y en especial "esos pelos"- fueran para mí sinónimo de varón adulto y de masculinidad. A diferencia de los depilados sobacos femeninos, el hombre siempre mostraba los suyos naturalmente velludos. No había hombres depilados ni afeitados, creo que en ese entonces, además de siquiera estimar esa posibilidad, nadie se habría sentido cómodo de mostrarse en público con las axilas rasuradas.
Hoy, en un tiempo en donde el vello natural del hombre es frecuentemente vulnerado, recortado y suprimido, es hermoso ver axilas abundantes y orgullosas como las de esta galería. 









































 

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