Lo mínimo indispensable
La primera vez que vi a un hombre con un suspensor fue en un vestuario y era muy jovencito. Mi asombro ascendió a la fascinación.Hoy en día, advierto que esas apreciaciones no han cambiado demasiado. Por suerte.
La primera vez que vi a un hombre con un suspensor fue en un vestuario y era muy jovencito. Mi asombro ascendió a la fascinación.Hoy en día, advierto que esas apreciaciones no han cambiado demasiado. Por suerte.
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