Sí, siempre volverán, son ellos, los "letales". No necesariamente bellos, pero temibles. Temes enamorarte de ellos, temes que te hagan sufrir, temes no poder quitártelos de la cabeza, temes no pensar, temes que te miren, temes que no te miren, temes estar pendiente de sus llamados, de cada movimiento que hagan o no hagan, temes serles fiel, temes que te hagan feliz, temes que te hagan infeliz, y temes muchas cosas más porque son lo que son, adorables hombres letales que te harán sentir único, y temerosamente vulnerable.
sensível, seu blog é um dos mais belos que acesso sobre estamateria,"Hombres" já ha muito tempo. Rico é poético são os textos seus. Toca-me, sensibiliza e encanta as imagens e a maneira como o "poeta" escolhe seus temas.Dizer-te apenas parabéns é muito pouco. Mas sãomais que merecidos. Muitoobrigado por me encantar com suas postagens.Abraço do Brasil.
ResponderEliminarHacer esperar a estos tan merecedores muchachos sería cuanto menos una descortesia.
ResponderEliminarY Oh, la espera interminable a que suene el teléfono, el timbre, el ruido de la llave en la puerta, cuando los mínutos tienen mil segundos, y la alegría que lo invade a uno con la llegada del otro, ese otro único e insustituible.
Fabrice
Anónimo do Brasil,
ResponderEliminarSaber que después de tanto tiempo sigues el blog me pone muy feliz. Gracias por tus palabras!
Fabrice,
Creo que todos, en mayor o menor medida, hemos sentido eso que tan bien comentás. En esas esperas (y en otras también), uno comprende la relatividad del tiempo.
Abrazos!!!