Una excelente combinación

Pelos y vergas.




















































Comentarios

  1. ¡Hola, amigos! Aquí me tienen de regreso después de un tiempo que me pareció una eternidad... ¡y qué cosas me encuentro a mi regreso!

    De entrada veo una controversia que espero de corazón se pueda resolver, hermanos; porque para endulzarnos la vida... ¡que mejor que un buen Brazo de Gitano! Vengan todos que hoy hay hartos manjares de los más diversos colores y sabores... ¡todos plenamente disfrutables! Y más aun con esas camitas mullida y perfumadas que aunque se pueda pensar que son guarnición... ¡pueden ser también una entrada maravillosa! ¿Quién se ha privado del deleite que es rozar y oler estos vellos antes de ir por el plato fuerte? Paisajes hermosos que hay que gozar de cabo a rabo... Sí, Señor!

    A aquellos que les debía correos, por favor revisen sus cuentas... en especial tú, Franco, por favor porque tus mensajes se me regresaron ya en 2 ocasiones... ¡y hay mucho qué contar aun!

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  2. Manu,
    no tengo correo tuyo, ya revisé.
    Es raro que te hayan rebotado los mails!!!, me preocupa. Por favor, probá con el correo alternativo de yahoo (está en "contacto")

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  3. Un comentario pertinente.

    Por estos días, y desde que volví del viaje que hice a México, realmente entré en una seguidilla de obligaciones laborales que no me permitieron estar muy presente en el café o estar todo el tiempo conectado con los tertulianos. Hubo días en que ni siquiera pude entrar a la red más allá de aquellos correos que uno debe atender por asuntos de trabajo. Estoy teniendo un fin de año muy complicado, donde también tengo que dedicarle bastante atención a diversos temas personales; por lo que el tiempo ansiado de las vacaciones, no es, por estos momentos, tan solo un buen deseo sino algo que anhelo con cierta necesidad. Y también, aunque este lugar para todos sea un placer diario, valorado de acuerdo al gusto y afecto de cada visitante, creo que esas vacaciones deben ser estensivas para los asiduos concurrentes a este blog.
    Así pues, por estas indisposiciones de mi parte, no había leído uno de los comentarios de estos días, y se trata del que hiciera el Turco el 11/11 (vaya fechita!), contestándole a Seba, y en donde se muestra ofendido por las palabras de éste. Así que antes de caer en la cuenta de ese incidente, yo muy bien no entendía el porqué de este conflicto que hoy se ha instalado en nuestra tertulia.
    Yo no soy quien para decir nada ni dar (Dios me libre!) el más mínimo atisbo de consejo o recomendación para uno y otro, porque todos aquí somos adultos y cada uno sabemos como obrar y -afortunadamente- lo hacemos con la libertad que nuestro respeto hacia los demás y nuestra buena fe nos permite.
    Sin enbargo, sigo siendo el dueño de casa; y como tal, no quisiera dejar de dar mi parecer ante esta sensación de malestar que se ha generalizado hacia cada uno de nosotros; pues verán, hace un tiempo cometí el error de quedarme al margen y con cierto silencio ante un incidente que sucedió aquí y que afectó la sensibilidad de dos de mis más entrañables tertulianos, hecho del que me arrepentí muchísimo y por tanto, creo que estos son los momentos en donde uno debe decir lo que piensa, repito, como dueño de casa que invita a sus amigos a compartir un mismo techo y varios temas que nos interesan por igual.

    (continúo abajo:)

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  4. (sigo:)

    Así las cosas, mi querido Seba, cuando vuelvo a leer ahora tu último comentario en el que ofrecés tus disculpas ante "quien se sintió ofendido", estas disculpas, que sé son sinceras, tienen un sentido muy general, mientras que todos sabemos que el ofendido tiene nombre, y ese fue el Turco. Seguir por este medio, o vía privada, cumpliría el objetivo igualmente. Y después, bueno, lo mejor es hablarlo como adultos, si es que realmente se tiene intención de aclarar las cosas, tanto de un lado como del otro, y por eso creo que a nadie conviene hacer silencio ahora ni mutis por el foro, por más que no se tengan ánimos de decir cosas.
    Y digo esto, no para ponerme una toga de juez sabelotodo con martillito de "orden en la sala", ni nada parecido; sino porque intento con esto que digo, contribuir e invitar de la manera más sincera posible a la reflexión sobre aquellas cosas que podemos llegar a decir (y peor: a "escribir", con todos los equívocos posibles que este medio de comunicación suele conllevar) y que sin mala intención alguna, como estoy seguro que es el caso, podamos llegar a herir los sentimientos de alguien. Esto que digo me lo digo a mí, eso primero, y segundo lo digo ante todos, en esta mesa de café que nos reúne y nos reunió tantas veces. La razón de hacerlo es preservar nuestro lugar, seguir manteniéndolo ameno, propio, y sobre todas las cosas: claro.
    Al Turco, entrañable participante de este café, lo conozco desde hace mucho tiempo, a Seba mucho menos por razones obvias de antigüedad; pero tanto uno como otro, son personas sin malicia, por tanto lo que sucedió me pone triste, también me sorprende, y no quisiera que el hecho ocasionara algún distanciamiento.
    Y ahora sí, permítanme decir algo ahora que no va dirigido a nadie en especial, y a la vez, lo digo con cariño a todos. La palabrita "reconocer", tiene una hermosísima y casi mágica particularidad: y es que se puede leer tanto al derecho como al revés... es decir, también yendo hacia atrás. Sí, vendría a ser una palabra “capicúa”, como decimos por aquí. Hagan la prueba y verán. Uich! Cuánto mejor nos hubiera ido a los argentinos, hacer de esta acción un ejercicio más habitual... volviendo atrás... y hasta diciendo muchas más veces "sí, reconozco que..."; pero ¡ay!, no es lo que más hacemos o nos gusta hacer. Sí, mirar un poquito hacia atrás, que a veces equivale a mirarse uno mismo en el espejo, sirve para seguir para adelante, ni más ni menos. Y eso, amigos, lo podemos hacer todos, desde la parte que nos corresponde.

    Los quiere,
    Franco.

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