Alcanzame la toalla...

Las fotos son gentileza de Deepsouth
























Comentarios

  1. FE DE ERRATAS:
    Como nuestro queridísimo amigo Deepsouth se me espantó un poco la otra vez porque osé develar su nombre como el colaborador que me acercara aquellas fotos de Erik Shea para completar la serie correspondiente; quisiera comunicar la siguiente Fe de Erratas: donde dice "Las fotos son gentileza de Deepsouth", debería decir: "Las fotos son gentileza de nuestro corresponsal en Chile"

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  2. Franco, Franco, Franco..... Me la hiciste de nuevo!!! Hermanito travieso!!! Espera no más a que te agarre... jajaja.

    Don Pepe, bienvenido de vuelta. Justo a tiempo para que me ayude a enjabonar a este peludote. Usted sabe por dónde empezar. Me encantó su recuento de la fiesta, todo sucedió tal cual.

    Besos a todos y que empiecen la semana bien limpitos.

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  3. Pero che... si me di cuenta a tiempo... y enmendé el error...!

    ;-)

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  4. Querido Eme Ka:
    Gracias por tu post-chivo dedicado a VH...!
    Wow!

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  5. Mmmmm Don Deep...

    ¡Que, que queeeeé! Quiere que devele en esta desvelada mis preferencias ducheras? Mmmmm no lo haré, mejor haré como el chinito: me quedalé milando para deleitalme como lo hace usted. Y si me convence me meto a la legadela. Jajaja

    Abrazos

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  7. Bañarse bajo la lluvia

    ¿Alguno de ustedes ha tenido la experiencia de bañarse con el agua de lluvia en medio de un bosque tropical? ¿O ha observado a alguien hacerlo?

    Las fotos de "alcanzarme la toalla" me han hecho recordar esa parte de mi adolescencia, que recuerdo con agrado.

    Cuando era verano, las lluvias caían a mediodía como sí fuera un diluvio. El agua fría que caía contrastaba con el calor intenso y sofocante que avivaba el bochorno.

    En una ocasión decidí subirme al techo de la casona de los abuelos. Era verano y estábamos de vacaciones con ellos. Siempre estaba buscando aventuras y jugando, ya sea volando cometas en la tarde cerca del malecón, subiéndome a los árboles para tomar los frutos, poniendo trampas para atrapar a los pájaros con fruta, yendo a pescar pulpo con mi hermano mayor o escuchando la conversación de los adultos.

    Caminaba por el techo que estaba cubierto con tejas de barro hechas en Francia cuando empezó a caer el diluvio de una lluvia tropical de mediodía. Era una delicia esa agua fría que me hacía sentir feliz por disfrutar a solas de ese momento sin importarme la regañada por la empapada.

    Mirando hacia la propiedad de enfrente que colindaba al fondo con la casona de los abuelos ví al vecino pasear por su porche. Me oculté bajo el ramaje del enorme Ramón y con mi corazón acelerado, traté de acecharlo sin que me viera.

    Era un tipo enorme para mis escasos once años, con cara de pocos amigos pero tremendamente varonil con esa barba de dos días. Llevaba el jabón, el estropajo (una especie de fruto fibroso usado para tallar el cuerpo) y la toalla que dejó colgada en los clavos de un madero de la esquina del porche.Empezó a desnudarse y mi corazón empezó a latir más fuerte.

    Estaba a punto de ver a un hombre desnudo, sin que el se supiera observado lo que le permitía sentirse confiado haciendo cosas que sólo se hacen en la más absoluta intimidad.

    Padre mío, nunca había visto desvestirse a un hombre adulto fuera de mi padre. Que sensualidad. Primero se quitó la gorra de beisbolista y la asentó en unos de los clavos del madero.

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  8. Bañarse bajo la lluvia, Parte II


    Después, sosteniéndose del travesaño que sostenía el alero del porche se aflojó el cinto y se dejo caer los pantalones de algodón beige. ¡OMC! Las nalgas aparecieron portentosas pues no llevaba ropa interior.

    Eso para mi fue un enorme descubrimiento, pues nunca creí que hubiera hombres que no usaran calzoncillos o trusa.

    Las nalgas morenas y musculosas completamente lampiñas se mostraron impúdicas. Se inclinó un poco para jalar un extremo del pantalón y toda la raja se desplegó. Por poco me desmayo, estaba viendo lo que ni en mis más calenturientos sueños podía imaginar. Mi verga estaba durísima en el mojado short que usaba siempre en el verano.

    Pero quería verle la verga y no se volteaba. La lluvia arreció y el se colocó cerca de un ducto que drenaba el agua de lluvia de la casa de "un agua". Era un chorro potente. Se empezó a enjabonar todo el cuerpo, comenzando por la abertura que llamábamos simplemente culo. Se metía un dedo para limpiarlo y volvía a enjabonarse piernas, rodillas y pies. Yo estaba completamente empapado y decidí bajarme mi pantaloncito corto y mi trusa. Me empecé a pajear a escondidas cubierto por las ramas del árbol. Cerré los ojos, la lluvia era deliciosa.

    Cuando los abrí de nuevo el estaba viendo hacia donde me encontraba enjabonándose el pecho y las axilas Me escondí por instinto, pero no podía verme. Su verga me dejó perplejo, era gorda y sin pellejito. Mi papá y yo si teníamos pellejito y a el se le veía una cabeza enorme que le colgaba en medio de unos güevotes que envidiaba. Pero la maravillado maravillas era la gran cantidad de pelos que tenía en su pubis. A mi me habían aparecido mis primeros pelitos y ya lo había comentado con mis amigos que también empezaban a echar pelos allí abajo.

    La pelambrera húmeda se aplastaba contra su piel haciéndola larga. Eso me puso frenético y empece a jalármela más rápido. Me esforzaba por enfocar mejor para grabarme todo el detalle para masturbarte a gusto a solas.

    El calor del mediodía le tenían la polla morcillona. Quería yo tocarla y sentir esa maravilla de maravillas, cuando se empezó a meter un dedo en el culo para terminar de enjuagarse .

    Eso fue el motivo para que me desbordara y mi primera venida de mecos (semen) me hizo expulsar tal cantidad de semen que casi me desmayo de placer. Alguien empezó a llamarme pero no me moví. El vecino terminó de bañarse y con sus sandalias se guareció en el porche de la casa y tomó la toalla para secarse.

    Terminó de secarse y se adentró al interior de su casa. La lluvia había lavado mis mecos y con cuidado bajé. Al bajar encontré a mi padre quien me miró divertido y cosa extraña no me regaño.

    Mi felicidad era inmensa y tenía un apetito que la abuela divertida siempre me decía "a Pepito le pongo casa pero no lo mantengo" y es que comía que daba miedo.

    Volvería a ver al vecino varias veces bañarse hasta que una vez dejó de hacerlo, crecí y otras cosas pasaron y el juego de observar pasó al olvido.

    Abrazos

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  9. Muy buenos y madrugadores dìas, señores... aquí todavía ni el sol se anima a asomar pero yo ya estoy haciéndome presente. Me desperté de repente en la madrugada y no pude volver a dormir... a lo mejor no quise; mejor me animé a asomarme aquí al Café para ver qué o a quién me encontraba (aunque sé que el buen Ortolani es madrugador, tampoco hay que abusar)... ¡y esta galería es en verdad REFRESCANTE! Qué macho tan suculento, verdad de Dios... naturalito, sin estridencias... podría ser nuestro vecino, cómo no! (ojalá mi vecindario fuera de esos! jejeje).

    Hace un par de días leí en una revista que la hora del baño es un muy buen momento para relajarse y estar con la paz de nuestros propios pensamientos (e incluso es también un momento en el cual las buenas ideas fluyen con más facililda, gracias al "despavilamiento" de da el correr del agua y del jabón por nuestra piel). Yo equiparo este desconecte al momento en el que alguien se prepara para quedarse dormido o relajado (desde la ropa -o la ausencia de ella- y los rituales previos hasta la forma en que se acomodan para entregarse al descanso)... y lo acepto; mi lado voyeurista se extasia viendo a machos en las duchas o en el descanso... me intriga saber en qué piensan, qué pasa por sus cabezas (la de arriba y la de abajo); a veces me solazo solamente mirando (igual que mi Compadre); pero a veces también me dan unas ganas tremendas de colarme a esa burbuja que el varón en cuestión parece haber formado... ¡y puede ser sorprendente descubrir que esa burbuja era más bien una red! ¿Y qué puede hacer uno? ¿Protestar? ¿Zafarse? Sí, cómo no... ¡Salud por esos momentos exquisitos que regalan la vida y los varones!

    ¿Por qué guardar el incógnito sobre la aportación, mi apreciadísimo Deep? ¿Modestia? No tiene nada de malo presumir lo que uno guarda, Huaso; al contrario, se agradece enormidad que lo compartas con los amigos de la barra... ¡lo rico de estos dulces es que por más que los chupes nunca se acaban!

    Y qué le puedo decir a usted, Compadre; tan acomedido y servicial con las peticiones de nuestro amigo chileno... ¡qué sacrificado! No lo culpo, cabroncito; deveritas, deveritas... y menos con esta escena del recuerdo que también nos regaló. ¡Qué delicia recordar esas primeras explosiones en el despertar de nuestros sentidos! Bravísimo por ese estilacho; del cual le debo una opinión más detallada en algún futuro mensaje; y sí... anoche el cielo fue una vez más mensajero. ¡Que así siga siendo!

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  10. El turco.15/4/13, 9:26

    Saluu la barra!!
    Felicitaciones al corresponsal de Chile, muy buenas fotos.Es un connacional del corresponsal el modelo?
    Don Pepe: lo de anoche fue hermoso, esa simultaneidad de que a misma hora estuvimos escribiendo y soñando juntos con ls mùsica de Lenon de fondo y creando y recreando una realidad que algùn dia dejara, no me caben dudas de ser solo mental para ser una realidad externa, palapable y universal..Waww que bello .Un 14 de abril alas 22 horas, amas de 10000 km de distancia coincidimos en una esquina del universo, en nuestros corazones, es un regalo muy bello que solo sitios como este, nuestro cafè hace posible.
    Por cierto deja de andar contando duchas precoces y ponte a seguir la saga del aniversario ya!! A mi no me prometas algo que despues no cumplas che..nada de amagues aca! jajaja
    Buena semana para todos!

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  11. Mire, Don Pepe, como siempre fui un chico "urbano", y aunque mi infancia transcurrió en una gran casona de barrio de casas bajas, nunca he tenido la oportunidad de usar la naturaleza como ducha, algo que más bien parece propio de zonas más tropicales. Lástima. Conozco sí, la sensación de enorme frescura libertad al dejar que la lluvia me "invada", sin esa necesidad casi automática de ciudad de interponer un paraguas para atajar el chubasco.
    De todos modos, mi experiencia de voyeur en mis primeros años de ebullición hormonal, se toca mucho con la suya. Recuerdo que el fondo de mi casa, con un enorme patio de tierra, árboles y plantas, era un ámbito de juego habitual donde también encontraba para mi soledad un entorno de mucha intimidad, un sitio muy mío. Es así que mis juegos infantiles constantemente franqueaban los límites de mi casa y yo solía deambular también por tejados, árboles y techos de zinc. Vivíamos linderos a un gran aserradero, y... ah!, una de las claraboyas de ese gran galpón daba a un rincón apartado del fondo de casa, y yo solía encaramarme hasta allí al subirme al techo de zinc de un cobertizo que guardaba la leña, para espiar. Se imaginarán qué cosa espiaba!... pues sí... a la hora del atardecer, cuando el aserradero terminaba su jornada de trabajo, sus empleados se duchaban y volvían a ponerse su atuendo de calle. La claraboya permitía que, allá a lo lejos, la puerta abierta de los baños, fuera la antesala del objeto de mi atención. Tenía que tener cuidado, porque quedaba muy expuesto, pero ese peligro no era más que un aliciente para mi caliente curiosidad de todos los días. Pero por esa puerta abierta, desfilaban hombres (a los que yo conocía por ser nuestros vecinos), desnudos, o secándose después de la ducha, vistiéndose o desvistiéndose... en fin, un espectáculo altamente inflamable que me dejaba material maravilloso para mis masturbaciones juveniles.
    Supongo que por eso, y también por lo que dice Manu acerca de ese momento íntimo para cualquiera que es la ducha, desde entonces contemplar a un hombre desnudo bañándose es algo infartantemente erótico para mí. Es asomarse al mundo cerrado de un macho, es como si uno pudiera adentrarse en ese individuo más allá de la desnudez misma. Y el momento, puede llegar a ser sublime.
    Sí, comparto totalmente lo que dice Manu acerca de ese instante tan especial que despierta como un embelesamiento, mezcla deliciosa con un alto erotismo, contemplación y morbosidad.
    Creo que la serie de hoy, gentilmente cedida por el corresponsal chileno, reaviva ese espíritu.


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  12. Turco y Don Pepe,
    gracias por compartir aquí esa sintonía especial a través de John Lennon. Ortolani está a los lagrimones!

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  13. Pero que pasó hoy? todo el mundo se me adelantó!!! Aunque varios fueron trasnochados más que madrugadores!!!
    Pero que lindo!!! encontrar uno de esos relatos en capítulos de Don Pepe, que sumados al de ayer ya nos hacen dar ganas mandarlo una semana de vacaciones todos los meses, si luego vuelve con esa inspiración!!!!

    Si, Don Pepín, gracias por esos relatos, (y ojalá hagan "picar" al Jefe para que comience un contrapunto con los suyos!!!!)
    El de la festichola de ayer, Pepín, fue perfecto!!!
    Un abrazo a todos!!!


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  14. Bueno, Termine de enviar el anterior , y descubrí que Franco había hecho un aporte también!!! Es que esos recuerdos se extienden como reguero de pólvora (o de polvos)... Pero pocos tienen la facilidad de transmitirlos como Uds.!!!

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  15. Cuéntanos tu historia, Seba, también la has de tener, no digas que no... un artista que plasma líneas tan exquisitas en un lienzo o en un papel puede hacerlo también con la palabra... sólo haz memoria y deja que los dedos hablen en el teclado...

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  16. La historia se sitúa por allá por el verano de 1936 o 1937. El ya no tan pequeño Deep Senior vivía en el campo donde la pausada rutina de la vida en provincia incluía la invariable ida al río donde se juntaban los muchachos para capear "la calor" de la canícula. Allí, cerca de un grupo de sauces el río formaba una poza que congregaba a todos los jóvenes que, arrastrados por la testosterona, comenzaban a aventurarse en saltos y clavados cada vez más osados en busca del reconocimiento como el nuevo cachorro alfa de la manada. Una gran roca redonda dominaba la poza y desde ahí se realizaban las pruebas más arriesgadas. Don Deep Senior, criado en el matriarcado de un hogar dominado por su abuela y sus 5 tías, se sentía inmensamente atraído por estos juegos en que se daba rienda suelta a la fuerza y a las destrezas físicas. Nada más alejado del ambiente de sometimiento que reinaba en su casa. Las hormonas de Don Deep Senior empezaban a hacer de las suyas. Algo lo atraía intensamente a aquel lugar pero no sabía qué. Un día la rutina de juego de vio interrumpida bruscamente por los alaridos de dolor de uno de los jóvenes, quien calculó mal el salto y se rajó el muslo con una de las salientes de la roca redonda. Como era de esperar, todos se agolparon a ver qué había sucedido. El corte no era profundo pero no paraba de sangrar. Qué hacer, nadie atinaba a nada. De pronto alguien gritó "méalo, méalo!!!" tratando de aplicar la sabiduría popular que impregnaba todas las facetas de la vida en aquella época. Fueron dos los que rápidamente se bajaron el traje de baño y comenzaron a lavar la herida con su orina. Y como por milagro la herida dejó de sangrar. Esa noche Don Deep Senior no podía sacarse la imagen de la cabeza. Sintió un remezón entre las piernas. Asustado por lo desconocido de la sensación apretó los muslos en un afán por contener la hinchazón ya declarada. Y mientras más crecía su entrepierna más fuerte apretaba los muslos. Finalmente perdió la lucha y sintió cómo la tensión se diluía en su primera eyaculación. Sin saber qué hacer, sólo atinó a limpiarse y tratar de olvidar el incidente. Y efectivamente lo borró de su mente, hasta hace dos semanas en que me lo contó.

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  18. Uau!

    Qué de historias Manu, Don Franco y Don Deep. Me he sentido transportado allí y a la vez han disparado otros recuerdos. Pero la chamba (el trabajo, el deber, el laburo) me llama.

    Ahora si Turco, rompí récord con este telegrama. Por cierto, tengo ya la respuesta a tu comentario en un reto; más tarde te comento los detalles.

    Besos de confesionario.

    Don Pepe

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  19. La lluvia del cielo, la lluvia de las duchas, y ahora la lluvia dorada de Deep Senior.
    Deep!, qué hermosa historia... y contada con sinceridad, calidez y maestría descriptiva...
    Gracias por compartirla, y desde aquí, hazle llegar un gran abrazo con todo cariño a tu padre, por favor.

    El café: a pleno, brillando y acogiéndonos a todos con nuestras vivencias y recuerdos. Hermoso.

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