Alivio
Después de tanto fuego, la frescura del agua llega como un esperado alivio..., aunque la temperatura no parece disminuir con estas imágenes.
De la belleza clásica
Contrariamente a los gustos actuales en donde el tamaño sí importa, en la antigüedad, Grecia lideró la tendencia a valorar y admirar a los penes pequeños, que ensalzaban las virtudes esenciales de la masculinidad. Por tanto el miembro pequeño era un aspecto codiciado en el macho alfa. Pues los hombres ideales eran dioses, héroes, atletas, etc., y todos ellos eran representados con genitales minúsculos y nunca erectos, mientras que las vergas gruesas, a menudo excitadas, peludas y descomunales correspondían a los sátiros o a todo tipo de hombres que de las más altas virtudes descendían a los más oscuros vicios, a la decadencia y al caos. En definitiva, el pene grande, para los antiguos griegos, describía al hombre vulgar, salvaje y bárbaro. Tantas veces nos hemos intrigado por lo excesivamente pequeños que a veces aparecen los penes de las estatuas clásicas, pero claro, lo bello, era otra cosa. La galería de hoy no olvida aquellos principios apolíneos. Veamos:
A más de todo lo que nos da y aporta el agua también erotiza, como lo vemos en la hermosa galeria. Peina y realza los vellos y de un cuerpo atractivo hace uno irresistible. Y aun sin vellos, las perlas que se forman engalanan.
ResponderEliminarFabrice
Y en Buenos Aires, el día acompaña perfectamente el tema de hoy.
ResponderEliminarLlueve... con una lluvia que sólo inspira estar a resguardo e invitar al hombre amado a compartir la cama durante todo el día.
Hooola
ResponderEliminarLindas las fotos, tanto por los recuerdos que despierta como por los sueños que evoca. Además, la creatividad del movimiento congelado resalta las formas caprichosas y únicas del agua, enmarcadas ya desde la inocencia juguetona del hombre hasta el más provocador y seductor del hombre cachondo.
Bonita selección en verdad, y el tiempo lluvioso que dices hay en Bs As, me recuerda los días lejanos en que me bañaba en el verano bajo la lluvia o los días en que me he querido ser agua para deslizarme lentamente en el cuerpo de esos hombres tan viriles y tan distraídos...que buscan detener mis húmedos abrazos.
Besos amigo.
Don Pepe,
ResponderEliminarEse deseo de querer ser agua y la razón que detallás es exquisita.
Invito a nombrar aquí, todo lo que alguna vez quisimos ser cuando estuvimos ante una situación que nos motivó ese deseo fantasioso e imposible, por ejemplo, yo quise ser (entre otras cosas):
Copa de vino,
Asiento de bicicleta,
Toalla (Ah!, tantas veces)
Sábanas,
Masa de pizza, (no se rían, tendrían que haber conocido al maestro pizzero que inspiró el deseo)
Traje de baño,
Calzoncillo...
Etc..., etc...,
Lo siento, no es muy poético todo esto.
Se entiende que el poder de la poesia es el evocar, hacer volar la imaginación y todo lo que nombras , Franco, logra eso. Y si, estar volando, estirado , sobado, cual masa de pizza es lo que uno tantas veces desea ser en manos del amante.
ResponderEliminarA Carlos de Inglaterra se le "reprocha" que habla a las plantas, etc... pero puesto en la realidad deseo ser un tampón en la vagina de Camilla Parker Bowles.
Fabrice
Copa de vino, esperar el roce de tu carnosa boca sobre el borde y sentir el deslizamiento de mi tinta sangre hasta llegar a obnubilar tus sentidos y hacerte mío.
ResponderEliminarAsiento de bicicleta, sentir el suave roce de tus bolas y la dureza de tus masculinas nalgas esperando que eso se te salga y acaricie el cuero del asiento.
Toalla (Ah!, tantas veces), esperar el roce de tus largos vellos que se entremezcla con lo níveo de mis suaves felpas, es algo que nos acerca en una acaricia que hace que tu piel se enchine y la electricidad nos de el placer del dolor estático.
Sábanas, de suave algodón egipcio y de infinitos hilos que acaricien, te besen y se amolden a cada curva de tu masculino cuerpo, y envuelto en la suavidad del erotismo terso ya no puedas más mi ardiente preso y escapar acaso pintando en el blanco lienzo el goce de tu eterno sueño.
Masa de pizza, (no se rían, tendrían que haber conocido al maestro pizzero que inspiró el deseo). Manos que estrujan con potente fuerza cada parte de mi cuerpo, lo estiran, lo amasan, y masajean en un continuo repetir, hasta que extasiado de tu bruta fuerza, tu sudor salado cae y ablanda e impregna mi rendida masa, que extasiada espera el momento cumbre en que tu jocoque se convierta en queso.
Traje de baño, que acaricia el va y ven de tu péndulo, que me roza y frota con sus alfombrado pubis para dejarme su almizclero olor a musgo, y que solo espera impregnarse el destilar de tu sudoroso tubo y de tu apretada gruta, para así encender la imaginación de lo que ahí se guarda.
Calzoncillo...tu abertura es una invitación al cabroncillo, que sólo espera la mirada audaz al negro bosque que excite la furiosa salida del duro cíclope a la trampa de mi ardiente y succionadora boca.
Besos Don Franco
Don Pepe querido,
ResponderEliminarveo que has captado -y de una manera poéticamente descriptiva e inesperada- el espíritu exacto de mis deseos, uno por uno.
Fabrice,
Me mató lo del tampón de Camila!!!!!!!! (no será demasiado??? jajajajjaa)