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Empieza el espectáculo
Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Creo que todos tenemos la curiosidad de mirar que ven los otros en uno. Ahí acecha la tentación de Narciso, pero que en él era ignorancia y en nosotros vanidad. Nunca más explicita que con la irrupción de las "selfies". Pero el uso del espejo sirve a veces para mejorar lo que presentamos a la mirada del Otro, a mitigar lo que no se puede esconder.
ResponderEliminarFabrice
A pesar de esa tentación, no es del todo insano enamorarse un poquito de uno mismo como le pasó a Narciso. La justa medida, esa es la clave.
ResponderEliminarAbrazos y buen finde!