El centro del universo
Al momento de reflexionar acerca de los sectores del cuerpo que más me atraen de un hombre, mis pensamientos deambulan por ciertas dicotomías. Por ejemplo, a estas alturas ya no sé bien si las zonas que más me gustan de los hombres me atraen porque tienen pelos, o los pelos me gustan porque generalmente se acumulan en las zonas más interesantes de la antomía masculina. Esta especie de diatriba parecida a cuando uno se pregunta qué es primero, el huevo o la gallina, me entretiene cuando me pregunto acerca del misterio de lo irresistible de los hombres velludos. Pero aún no la he resuelto.
De todos modos, es indudable que la naturaleza, sabia y misteriosa, puso pelos donde deben estar, como si se tratara de acentuar, subrayar, marcar, alertar, llamar la atención sobre lo interesante, sobre lo bello, y vaya si lo ha logrado. Ese centro gravitacional del erotismo humano que es el abdomen, puede llegar a ser irresistible cuando está delimitado por vellosidades, que aunque sean suaves o muy tenues, funcionarán como una especie de foco hipnótico como si de la cola de un pavo real se tratase.
Desde muy joven me dejé impresionar por ese tipo de pelos. Cuando mis compañeros de la escuela secundaria comenzaban a poblarse de vello en sus primeras etapas de desarrollo, la primera evidencia siempre poblaba sus barrigas, sus ombligos.... esos vellos crecían como si fuera la figura de un pino, más anchos siempre en su base que en sus alturas, y la zona más baja, justamente, presagiaba encantos ocultos aún más pilosos. ¿Cómo olvidar esas visiones llenando vestuarios y matizando veranos al aire libre? ¿Cómo ignorar esos caminitos que partían equilibradamente torsos magníficos en dos mitades perfectas? ¿Cómo dejar de mirar esa avenida del placer, justo en el centro del universo masculino?
Musculosos, modestos, prominentes, o cualquiera sea la forma de un abdomen de hombre, lo cierto es, sin lugar a dudas, que ese centro jamás podría pasar desapercibido.
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WAWW QUE BELLEZA FRANCO! ESOS VELLOS SON SELVAS, NO VIRGENES, PÉRO SI ESPECISIMAS Y DELIMITAN LOS VALLES MAS ENCANTADOS DEL HOMBRE..EL VELLO ESLA VEGETACIÓN, QUED A OXÍGENO, QUE LLEVA VIDA Y A A VES ADORNA ESA TERSA SUPERFICIE QUE ES LA PIEL..HY EL POST TE SALIO AL MEJOR ESTILO TURCO, BIEN DUPLICADO JEJEJE, PERONO IMPORTA VALE LA PENA DISFRUTAR DE ESTOS GEMELOS POSTEANOS. FELIZ OTOÑO PARA LOS CHICOS SUREÑOS Y FELIZ PRIMAVERA PARA LOS NORTEÑOS!!.BESOTES FRANCO!
ResponderEliminarComparto tu sentir sobre la decisión de la Naturaleza en poblar de vellos las partes más de admirarse en un hombre, Franco... en mi caso personal, los del abdomen son una continuidad de los del pecho y una sugerente o llamativa insinuación de lo que habrá más allá de la cintura, hasta donde llega el borde del pantalón, el traje de baño o la ropa interior... como dicen aquí en mi tierra: "Si así está el caminito... ¡cómo estará el pueblito!" Es lo que menos puede uno pensar al ver las imágenes #4, #7, #20, #30, #41 (qué muchacho tan relajado... instalado en el relajo!), #42 (nada más delirante que un ombligo atiborrado de pelos) y sobre todo la #45, la mejor muestra del caminito que comentaba... ¿lo ves, Franco? Eres un maestro en el arte de subir intensidades... poco a poco, pian pianito... para ir de acuerdo a las pulsaciones cardiacas!
ResponderEliminarHola muchachos, vengo de la calle… ¡mozo, un café cortadito por favor!... qué bueno tenerlos acá amiguitos, porque hoy vengo indignado y necesito canalizar… esto de que sea 21 de marzo y empiece el otoño, sea, vaya y pase, toda la vida soportándolo y deprimiéndome en este día y uno ya está acostumbrado pero ¡qué no se me venga el crápula a querer seducirme en su primer día! ¡esto es el acabóse! ¿saben lo que me hizo? ¡se me apareció con su falsa carita gentil y el cliché de los colores!...
ResponderEliminar¡¿cómo que no me entienden ni jota?! ¡¿no vieron que los colores del otoño son el amarillo y el naranja?!
¡y bueno! ¡qué desde la mañana estoy en la calle y no para de haber rubios y pelirrojos REPELUDOS!........... ¡no no no!......... ¡no me digan que es casual! ¡no son fáciles de encontrar los rubios y pelirrojos rrrrepeludos, no es normal ver VARIOS en el mismo día! ¡si hasta a veces pasan semanas y uno no ve ni uno! ¡y hoy estaban todos afuera!... Pero es que no les digo peludos poquito eeh ¡repeludos así tipo alfombra rubia! ¡VARIOS VI!...
Ése es el otoño que se trata de congraciar conmigo y ¡nanay! Yo ya lo conozco, en unos días empieza a tapar a la gente con su fresquito aborrecible ¡qué tipo jodido!
Menos mal Franquito que hoy trajiste a estos ejemplares abdominados, porque con esta indignación que tengo, me voy a descargar con el #2 (¡paaapiiiitoooo!), los #8, #10, #28, #41 y #44 que vengan junto a los demás, tengo para descargar con todos ¿está el reservado libre?... bueeeno, quieren venir todos, bueno, bueno, vamos ¡a compartir! Pero ese caminito fino y largo que tiene el #46 se lo embabo yo primero, y al #50, por llegar al final, le damos entre todos pá que tenga y quede chorreado de leche, se lo merece por ser tan guachamente lindo.
Hola Franco, el post estilo Turco te salió para rechuparse los dedos, y otras cosas. "Le nombril rechargé", lo titularía yo.
ResponderEliminarPara mi el ombligo es algo asi como el botón de la feclicidad. Es pulsar allí y pafff!!! el comienzo del placer. Viste, no me detengo mucho en abdominales trabajados, tan en boga en estos días. Solo me interesa un buen ombligo, acompañado de pelos, y listo.
Me encanta la imágen 25. Mozo, un café cortado y el chico de la 25, para le mesita del fondo, por favor.
Besos.
PS: Muype, no será que los peludos están cambiando de color? Viste, como las hojas, que se ponen amarillas.
Buenas,
ResponderEliminarEstoy avaricioso, así: me los quedo todos! Los anglos le llaman "El camino del Tesoro" y clavan la definición! De una hilerita a una selva, todos indican dónde está la Gloria del Hombre. ¿Y esos recuerdos preadolescentes? Expectante porque saliesen los tuyos... y el de tus compañeritos del insti! Mirar, comparar...tocar...
Bufff! Me deshiberné!!!
Ah!!!! Y me ¡¡EN-CAN-TA!! cuando salen del mar o la piscina, se tumban en la toalla y ves el ombligo peludito como un laguito lleno de agüita!!!!
ResponderEliminarDIOSSSS!!!! qué resalido estoy hoy!!!!
EHHH!!!!
ResponderEliminar¿Y qué me decís de meterle la lengua y oir cómo suspira de gusto?
UFFFF!!!!
Perdón por la repetición de las fotos. Estoy teniendo algunos problemas con la inserción de imágenes que espero solucionar.
ResponderEliminarMientras, es probable que la actividad del blog sea un poco más baja que la habitual.
Gracias por sus cachondos y preciosos comentarios.
Espero encontrar la cura cibernética, porque desde hace unos días estoy de muy mal humor con esto.
Besos.
¿Y cómo brillan los pelitos -o pelazos, lo mismo da- mojaditos bajo los rayos del sol?
ResponderEliminar¿Véis? Eso, en invierno NO PASA!!
Todos tapados, bajop veinte capas de ropas pesadas, incómodas, castrantes, antilujuriosas...
...En invierno sólo frío, oscuridad y...lúgubres, tenebrosas y peligrosas...
... CABAÑAS ASESINAS!!!!
Mozo, un mojito, que aquí ya es primavera!!!
Franco,
ResponderEliminarNo me olvido de tu incidente con las imágenes.
Mañana mismo te paso la solución, ok?
Besote
¡Ah, qué trauma el suyo con las cabañas asesinas, señores! ¡Ya no vean tantas películas de terror! Si un día caen en una de ellas nomás atrancan bien la puerta, aseguran las ventanas... ¡y asegúrense de que los únicos que estén dentro sean su pareja y ustedes!
ResponderEliminarSobre el otro comentario de que los pelos citadinos se disfrutan más en los calores que en los fríos; pues será porque están más expuestos... ¿pero a poco no los ponen a trabajar en los meses de frío los puños, los cuellos o las barbas insinuantes? ¿Así al estilo Daniel Hendler en saco y corbata o el magistrado Moreno Ocampo? (ambas menciones de MuyPe; que mientras sigan siendo tan buenas, síguelas haciendo, hijo!). Yo a ninguno de ellos lo conocía y no he visto ninguna imagen de ellos más allá del cuello...¡y con eso es más que suficiente para querer llevarlos a un sitio cerrado con buen fuego, buen vino... y un tapete mullidito! ¿Que afuera están cayendo tormentas de nieve? ¡Qué importa! ¡Adentro tendríamos nuestras hogueras personales!