Miscelánea gráfica #122
Para celebrar: ¡Bienvenidos a esta Miscelánea, en el día de los enamorados... ... y que la disfruten! Clark Gable, Shirley Temple, Mickey Rooney y Judy Garland en los estudios MGM, 1941 Rusty Stevens Doug Benz posando para Jack Mitchel en 1979. El compositor estadounidense David Del Tredici fotografiado por Jack Mitchell, 1974 Fauno sentado, ca. 1755-57, Jean II Restout Foto de grupo de las estrellas de MGM con motivo del 25 aniversario en (1949). George Quaintance Gilbert Roland & Ramon Novarro Giorgio Canali aka Rocco Rizzoli. Igor Sychev Ivan Bubentcov: "Noche estrellada" Jack Kerouac Las cataratas del Rin en Schaffhausen ~ Arthur Johnson, 1939 Gaudenzio Marconi: Figura masculina en reposo, c. 1860 Marinero en permiso de tierra en Hong Kong, siglo XIX Austin Jones by James Franklin 1950’s Figure Study of Athletes by John Barrington Osmar Schindler: "Muskelspiel", 1907. Nicholas Hoult - 2025, ph. Mert Alas & Marcus Piggott "Nico" by Diego Padill...
Para empezar, voy a ser un poco cáustico con mi comentario de hoy puesto que la realidad, muchas de las veces, difiere bastante de las idílicas imágenes que representan a dos hombres duchándose juntos, dependiendo según el tipo de instalación de la ducha.
ResponderEliminarNo sé en sus países, pero aquí y en la gran mayoría de los domicilios particulares, ducha y bañera (más o menos grande esta última) comparten el mismo espacio, y hay que ir con mucho tiento y no dejarse llevar demasiado por la lógica pasión que engendra el contacto de las pieles mojadas para no tener un descuido y resbalar con las más que probables y dolorosas consecuencias de hacerlo en tan reducido espacio.
No es lo mismo, claro está, en las duchas de las saunas bien equipadas ex profeso para compartir, o en las de los buenos hoteles que, como en las de según qué domicilios de gente acomodada son lo suficiente amplias y con los suelos construidos a base de materiales que no resultan resbaladizos.
Dicho esto, que viene a ser como decir que a uno le gusta tener los pies en el suelo, :)) la erótica que genera una ducha compartida puede llegar a ser tan grande, que el aroma de un gel de baño en concreto puede evocarme, en el acto, deliciosos momentos compartidos con otros hombres bajo tibios chorros de agua que transformaron el jabón en la suave espuma que extendimos ambos resiguiendo las formas de nuestros cuerpos mojados.
Es en la ducha, también, donde he sentido algunas veces el deseo de notar rociada mi piel con la calidez de la micción que, a través de su sexo erguido, he visto fluir del interior de alguno de los hombres que me ofrecieron su cuerpo desnudo y que yo, con mis caricias y con mis besos, recorrí, con pasión, por entero.
Lo hablamos ya un día: no es ésta una práctica habitual y ni mucho menos preeminente en mi actitud sexual con otros hombres, pero hay momentos en los que, con algunos, la apetencia de sentir más y más de ellos me ha provocado, incluso, el deseo de sentirme regado con el ardiente chorro de su orina.
¡Bufff!!!... Otra vez voy bien empapado. ;)