Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Ahhhhh!!! Cómo me gustaría participar en una de esas cicletadas en pelotas... Agarraría la mía para salir en persecución del número 21.
ResponderEliminarQué divertida selección. Me trajo a la memoria una canción que siempre tarareaba mi mamá. Qué lindos recuerdos.
Baci pedalando in bicicletta