Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Hola Franquito.
ResponderEliminarCon estos ejemplares tan guapos y viriles voy a tener más que un buen fin de semana, te lo aseguro.
Besos mi queridos dedos...
Don Pepe
Hola Pepín,
ResponderEliminarbueno, no quisiera interrumpir, sólo era para desearte un buen finde. Si nos necesitás, nos decís.
Besos