Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Hola Franco!
ResponderEliminarTe cuento que hace un tiempo que sigo tu blog y me fascina! Creo que haces un gran trabajo, con lo que ello implica postear muy seguido.
Te dejo un abrazo a ti a todos tus frecuentes comentaristas, seguro ahora comentaré más seguido! ;)
Ariel