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Haciendo limpieza

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  1. El turco...la dulce rendición

    El Señor Turco y yo nos hemos peleado y no nos hablamos más. De vez en vez nuestros pasos nos acercan cuando coincidimos en algún sitio, pero en lugar de hablarnos nos ignoramos y no nos saludamos.

    Añoro los muchos momentos felices que pasamos juntos. Para que sintiera todo el dolor que me causa nuestra separación y alejamiento, le envié una carta y la respuesta fue la devolución al remitente.

    Mis lágrimas pudieron haber llenado por sí solas todo el cauce del Río de La Plata. ¿Será este llanto la prueba de mi dulce rendición?

    Que lástima que no nos hayamos escuchado y que haya pasado todo este tiempo sin poder querernos y habernos perdido otras etapas de la vida, de nuestra vida juntos. Hemos pagado el precio, pero no quiero estar como esas personas que pasan toda su vida así y así es como se quedan. Es una lástima, una verdadera lástima que se desperdicie la vida así.

    Nos hemos visto en el bar, mientras bailábamos con unas amigas. Su profunda mirada delataba una tristeza y una chispa en ella delataba que aún me quería. Le invité una copa en la barra y estuvimos hablando...las palabras salen fáciles cuando son verdaderas.

    De la plática del bar, salió de él el salir de nuevo a acampar. Llevamos al día siguiente todo lo necesario, sin olvidar las bicicletas que montamos en el jeep.

    Continúa...

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  2. El turco...la dulce rendición II
    Llegamos finalmente a un hermoso lugar donde el río avanzaba lenta y majestuosamente para finalmente darse un enorme y estruendoso abrazo con el mar, a los lejos se veía el faro, mudo testigo de muchas de nuestras aventuras y que el pasado cobijaba con el manto de la nostalgia.

    Acampamos y cuando terminamos nos sentamos mirando hacia la poza del río en silencio. Lo miraba de reojo viendo al hermoso macho en que se había convertido aquel Turquito de mirada tímida. El sorprendió mi mirada y me volteé hacia el otro lado por inercia mientras sonreía. No pasó mucho tiempo en que lo sentí con un suave roce con sus dedos en mi espalda, lo disfruté como el más amoroso de los escarceos.

    De pronto le dije, vamos a echarnos un clavado, el último es mariquita. Jajaja. Rió con una estruendosa carcajada y salió en mi persecución. A pesar de los años que le llevaba, le gané y fui el primero en llegar. Empezamos con nuestros juguetones encuentros como sino hubiera pasado nada, no parábamos de echarnos agua, de chapotear, de hundir al otro, de reír y jugar. Éramos dos chiquillos grandes, nuestros cuerpos se habían transformado pero la inocencia del niño se asomaba de nuevo, eso lo curaba todo. Todo estaba olvidado.

    La noche llegó y recogimos madera para hacer una fogata y comer los bocadillos fríos que habíamos preparado antes de salir. Todos esos pequeños placeres se presentaban en la soledad serena de estos parajes.

    El Turco puso al fogón una olla de café; empezaba a bajar la temperatura y la humedad que venía de la costa se hacía sentir. No hablamos durante un largo tiempo solo mirábamos y admirábamos la naturaleza. El graznido de un pájaro se oía en la lejanía, la sombra de un conejo lo perseguía y éste presuroso corría hacia su madriguera mientras el ulular de la lechuza hacia que mi corazón sonara como un tambor en esos periodos de silencio. Eso era más de lo que necesitaba para disfrutar su compañía.

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  3. El turco...la dulce rendición III


    Volteamos al unísono. Me recosté en la grama y mi vista iba descubriendo las estrellas de un cielo que desconocía. Esa es la constelación Cruz del Sur Pepe, aquella otra ...estuve escuchando mientras oía y veía como recorría la bóveda celeste mi amigo el navegante turco de allende el mar.

    Lo miraba y palpaba su hirsuto rostro imaginando las mismas constelaciones celestes en esa negra espesura.

    Con la misma mano con que lo acariciaba lo atraje hacia mi pecho y le di un beso en su cabellera, la noche enfrió y nos cubrimos con las bolsas de dormir mientras que con la misma mano lo atraje a mi pecho.

    En el increíble silencio de la noche se destacaba el lejano rumor del mar y la música del ipod. Me miró a los ojos con una mirada que se iluminaba por sí sola, centelleante y limpia en esa noche obscura y sin pensarlo nos empezamos a besar. Fue un beso que desbordaba el dique de ansiedad por no haber sabido de él, fue un beso que sólo quería musitar palabras de querencia.

    Nuestros labios se palparon como reconociéndose, con la delicadeza agreste de dos hombres, humedeciéndose, apresándose, mordiéndose.

    En medio de la nada nos sentíamos libres, sin ataduras, auténticos. Los suspiros sonaban con armonía con los sonidos del exterior. Sentía su lengua húmeda querer adentrarse en mi boca para encontrarse con la mía, que la reconocía tímida para después extraer todo el sabor de ese néctar de pasión que destilaba.

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  4. El turco...la dulce rendición IV

    En ese momento se escuchaba el lamento que sentía mi corazón...ante su larga ausencia...
    "Vuélveme a querer.
    No me lastimes.
    Como debo hacer
    para romper este silencio cruel
    de no saber más de ti, de ti.."

    -Te extrañé Turquito...
    -¿Cuánto Don Pepe?
    - Un chingo y dos montones...
    -¿Porqué te desapareciste?
    - Un beso fue toda la respuesta

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  5. WOW, es como si hubiera estado allí.
    No digo más.

    Espero.

    :P

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  6. El turco...la dulce rendición

    Empecé a acariciar lentamente ese cuerpo fibroso, adornado con un vello crespo lleno de estática que mandaba ráfagas de electricidad que zarandeaban mi cuerpo con oleadas de placer. Quería sentirlo, y empecé a desvestirlo igual que él a mi.

    Procedíamos con calma, la noche nos pertenecía, perdidos en ese hermoso lugar. Queríamos explorar y memorizar cada rincón de nuestra piel, aspirar esa loción fragante de macho que se empezaba a mezclar y creaba un aroma nuevo, intoxicante, delirante.

    A pesar que la noche empezaba a titiritar, nuestros cuerpos estaban húmedos de sudor. Lentamente emergió su desnudez, se palpaba a un hombre hermoso, bien proporcionado, con vello y pelos por todos lados. Sentía su verga erecta, latiendo anhelante, húmeda de tanto llorar por un consuelo. La tomé en mis manos, sentí su grosor, la apreté para comprobar su rigidez de hierro, la acaricie para sentir el terciopelo color piel.

    Mi verga estaba enloquecida, había reconocido esos territorios y casi ciega pues una densa humedad cubría su ojo cíclope buscaba avanzar entre sus piernas. Seguíamos besándonos, el turco había empezado a amasar mis nalgas no sin una inicial reticencia mía, casi instintiva. Abrió sus piernas y mi reata fue atrapada entre ellas, dos gemido brotaron al unísono. Era delicioso, el sudor formaba el mejor lubricante natural y lentamente penetraban esas gruesas y peludas piernas que exprimían mi verga que se había hinchado más.

    Me besaba el bigote y me lo lamia y engullía como si fuera a devorarlo, su saliva me lo mojaba por completo. Me derretía por completo mientras me lo confía por las piernas. Sentí la llegada de un intruso entre mis nalgas, ya húmedo de saliva. No me había percatado en que momento lo había mojado.

    -Despacio Turco.
    -No lo vas a sentir, relájate Pepe. Ya el Don había desaparecido.

    Sentía sus largos dedos adentrarse...y me verga buscaba su tesoro guiada por el poderoso magnetismo de su culo. Los dos deseábamos cojeemos mutuamente de cualquier forma. Deje entonces que avanzara...

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  7. El turco...la dulce rendición VI

    Sentí un ligero dolor, estiré las piernas tensado mi cuerpo y cerrando el acceso al tesoro...pasó pero mi deseo me pedía más y empecé a besarlo para olvidarme de lo que estaba haciendo.

    Era una delicia, una exquisitez culinaria lo que hacia cocinando el platillo principal a una temperatura que aumentaba la cocción. Llegó al fondo, se sentía tan bien que la flor se abrió...y el dedo como un fino picaflor empezó a entrar y salir...mandando intensas descargas a la base de mi verga más gorda y larga que nunca.

    Abrí los ojos sorprendido por tanta exquisitez y sólo vi la vía láctea, llena de ese semen con que los dioses griegos la habían salpicado.

    De repente se deslizó quedando yo boca abajo. Esperé anhelante y con temor su boca gruesa que era buena para los besos, besos que quedaron estampados como tatuaje en mis nalgas.

    Finalmente su lengua se adentró y empezó con el más rico y sabroso culilingus que me habían hecho en mucho tiempo, mi pene latía como loco y desesperado queriendo despegar como un misil sin control. Lloraba de felicidad, sentía el olor de la tierra en mis narices, mezclado con el aroma del café que nos traía el viento.

    No se venga Don Pepe, oí decir al Turco con voz cavernosa-. Volvía el tratamiento del Don. Transmita toda esa eyaculación física de su VERGOTA ( pinche Turco hasta en la calentura hablaba con mayúscula) hacia su corazón y sienta como irradia toda su fuerza. Así lo hice y mi cuerpo empezó a temblar mientras su dedo lanzaba descargas constantes. Empecé a temblar y mi cuerpo tenía explosiones de placer en todas direcciones, si eso era morir deseaba irme.

    Pareció una eternidad, cuando abrí los ojos el velaba sonriente mi despertar. Me dió un beso.
    -¿Un café Pepe?
    - Asentí moviendo el dedo índice hacia abajo.

    Se levantó y me dio la espalda, se agachó para tomar la cafetera de camping. Y pude ver sus hermosas nalgas peludas con un hermoso juego de huevos que colgaban cual semental. Recordé cuando en una feria ganadera en México pedí permiso para agarrar unos enormes testículos de toro cebú ruborizando e un poco.

    Me levanté con la verga aún rígida pues no había aún eyaculado más que tántricamente y agarré sus testículos por detrás. Dio un ligero respingo que casi hizo derramar todo el café que había servido. Los lamí gustoso un buen rato y después agarré su chorizo para darle una buena lamida a su cabeza que recorrí como si fuera un helado en un sorbete.

    Nos sentamos y tomamos el café sonrientes y animados mientras nos poníamos al corriente de nuestras vidas.

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  8. Ay, Compadre... Estos relatos son codornices en pétalos de rosa... tú los cocinaste, El Turco los devora (tal como a él le gusta... diste martillazos a los clavos exactos) y la Tertulia entera es quien expresa sus emociones en los poros de la piel (que destilan varoniles esencias) y en la circulación de la sangre (que corre incesante entre corazón y verga)... Con su permiso, señores; voy a bañarme porque esta temperatura necesita regularse... Quizás un fiero villista olerá desde lejos el aroma que despido y vendrá a llevarme así, en cueros sobre su caballo...

    ¡Estos son los efectos del grandioso y esperadísimo retorno del Rey de la Lujuria a su tan amado reino! Sus vasallos caemos rendidos ante sus encantos... ¡Salve Oh, soberano nuestro!

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  9. DON PEPE...EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO.

    Estando en París, en pleno rodaje de "Osos arrabaleros" una coproducción franco-argentino -mexicana, para el estudio Cadinot y en pleno culilingus que estaba yo practiando a un osote mexicano y bigotón...mi mente voló( al comer esa exquisita y velluda "masita" o magdalena rosada)...y sentí que estaba de repente en la riviera mexicana y PEPE( las mayúsculas son sólo para El en mis memorias)gemía de placer y me decíaa asiii siiiii... unde mas tu lengua turquito, bastardo conquistador de derriéres!!
    Yo no me detuve pero sentía en mi mandíbula la energía que liberaba ese cuerpazo al gozar...extendí mi mano por debajo de su cuerpo y comencé una delicada paja con mi mano enorme y mojada de saliva...su preleche salió de un borbotón y arqueó la espalda gimiendo de placer...mi barba de tres días acariciaba las paredes de ese túnel peludo y aromático...cuando escucho que el director grita: Cortennn!!
    Mi coestrella acaba de estallar gracias a mi lengua fogosa...me levanté con una sonrisa y la verga redura...en mi mente y corazón solo había un destinatario: Pepe.
    Decidí llamarlo, me envolví en mi bata blanca y mientras acariciaba mi miembro atendió.No se sorprendió, el sabía que nuestra relación siempre recomienza...es un eterno círculo amoroso y de placer( léase círculo vicioso , si se quiere, pero es mucho más que eso)En unos minutos pasamos de la ternura y la alegría al calor, nuestras voces graves fueron provocando un incendio de palabras ardientes...inventamos un encuentro futuro con tantos detalles y tanto morbo que una hora y media después estábamos acabando al unísono ..teléfono en mano.
    Ese día no pude seguir filmando...quede dulcemente arropado por las palabras de Don Pepe.
    Al despedirme le dije: te espero la semana que viene en Santorini...ven o todo lo que te dije lo haré...pero con otro.
    Continúa.

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  10. El turco...la dulce rendición VII

    La noche enfrió más y puse más leña al fuego. El turco se recostó de lado dándome la espalda. Lo abracé recorriendo con mi mano sus piernas peludas, pasando por su denso pubis que peiné con mi dedos abiertos simulando un enorme peine. Le acaricie el firme estómago y lo atraje hacia mi. Mi verga húmeda se resbalaba y frotaba contra el canal que separaba sus nalgas. Lo deseaba tanto...y esta ocasión no quería hacer nada tántrico quería tener la conexión con él de la misma forma en que se podía tener entre verga y verga y que también electrizantemente erótico había descrito Javi, el mendocino enigmático.

    Quería fundirme en un abrazo que durará la eternidad de un orgasmo, quería amarlo y penetrar no sólo su cuerpo sino hacerme uno con el aunque fuera un breve instante.

    La cafeína empezaba a acelerar nuestra tensión. Volteó la cabeza y nos encontramos de nuevo besándonos. Que delicioso era besarse con ese cabrón. Su aliento era fresco como una menta, y su humedad prodiga calmaba la sed de mis desiertos. Que delicia era sentir su piel cuya tersura podía palparse a través de esa fino tapete de vellos.

    Así lo mantuve un largo rato junto a mi, frotándome lentamente y sin pausa, la luna iluminaba ya la pradera por un lado y desde el montículo donde estábamos brillaba en el plateado río.

    Pasaba mi nano por su enhiesta verga, tratando de memorizar su tiesura, lubricando con su propia excitación su cabeza que sólo acertaba a palpitar aún más haciéndolo retorcerse de excitación y empujando más contra mi verga. Lo empecé a besar en su espalda mientras bajaba lentamente a esa hondonada que marca el comienzo de sus estupendas nalgas. No resistí la tentación de morderlas, como se muerde un suave y terso melocotón. Hincando suavemente el diente mientras la humedad de la fruta se derrama y embriaga.

    Quedó boca abajo entregándose totalmente. Aspire el aroma a mar y río caudaloso y me imaginé flotando en esas frondosas nalgas, que como camalote flotaba en el río mientras nadaba.

    Llegué a su susurrante asterisco, lo besé y lo llené de humedad y comencé a mamarlo como si no hubiera mañana. Empezó a retorcerse y gemir...¡Ay Pepe, Pepe! ¿Qué me haces? Sus gemidos me indicaban los movimientos correctos, comencé a hundir mi lengua y el éxtasis comenzó un camino sin retorno. Sentía como mi lengua era aspirada y su mano derecha empujaba mi cabeza para hacer más profunda e intenso el chupeteo.

    ¡Aaaay que ricoooo! Se oía el grito que se perdía en el paraje donde estábamos, en medio de la nada y en el centro de todo.

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  11. El turco...la dulce rendición VIII

    Ya Don Pepe, yaaaaa no aguanto más. Por favor lo necesito sentir en mi. ¿Me quieres Turquito? Siii, siiii, todo lo que usted quiera pero venga yaaaaaaa!

    Di un último culilingus con toda intensidad y me levanté. Mi verga orgullosa y desafiante temblaba de excitación y un hilillo de presemen escurría viscoso y candente. Teníamos confianza pues a pesar de ser amigueros, nos cuidábamos muy bien y habíamos estado un largo tiempo sin relaciones...esperándonos...

    Venga Don Pepe, lanzá ese fierro y quíteme este dulce tormento...

    Poco a poco fui descendiendo y vi como lo frío de la noche provocaba un ligero vapor cuando empezamos a conectarnos. Lentamente fui recorriendo ese túnel entre las nalgas disfrutando el recorrido y cerrando los ojos para apagar la vista y dejar que un sólo sentido gozara intensamente. Mi mente estaba en blanco...llegó mi chorreante verga a la puerta y ésta se abrió gozosa.

    Aaaaaaaaaah......exclamamos a coro y en perfecta armonía. Experimentamos unos segundos de muerte en esa dulce rendición

    Queríamos más...y seguí mientras el Turco empujaba las nalgas para llegar perfectos al acoplamiento, como si fuera una fina y precisa maniobra de encuentro entre dos naves espaciales que se unen.

    Ahí estaba en ese segundo túnel más estrecho y húmedo, lo tenía cojido, estaba dentro, empalado por mi afortunada verga que se había acomodado en ese estrecho y acogedor pasadizo. Mi verga lloraba de emoción....lubricando aún más su culo.

    Y empezamos un dulcísimamente cachondo y estremecedor ir y venir. Llenando por completo ese vacío...apretando esa turgente verga mía que enloquecía quería apresurar el movimiento. Era el momento de ser uno, de fundirnos y yo llevaba bullendo el material de fundición.

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  12. El turco...la dulce rendición IX

    Era una sensación dulcísima y no queríamos llegar al orgasmo. En esa posición de cuchara, favorita de El Turco, el vaivén era como una hamaca que se mecía eternamente sin marear. No llegar al orgasmo nos dejaba en ese limbo eterno entre la vida y la muerte, esa suspensión deliciosa de sentirte estimulado en ese centro, el culo o la verga, que irradia en todo tu cuerpo y que en un instante puede alumbrar igual que una supernova.

    Pero había que morir para volver a nacer y aceleramos el ritmo, nos decíamos cosas cariñosas, los te quiero, eres un dulce, mi macho querido, cuanto te he extrañado, que rico te siento, soy tuyo y una infinidad de palabras que no salieron más que musitadas ahogadas en los gemidos.

    Y la supernova estalló como si fuera un fuego artificial en el inmenso universo, nos desintegramos en un orgasmo intensifico de placer y la vía láctea se bañó de nuevo salpicada de leche turca pues la mía se quedó en el interior de esa estrella que desde ya pertenencia a la constelación de El Turco Mayor...

    Nos quedamos unidos y dormimos como bebés hasta que la lengua de un cervatillo nos despertó.

    No hubo más palabras, el hambre levanta a las fieras y con un beso de buenos días nos levantamos a preparar el desayuno. Puse más agua para café mientras el turco preparaba algo.

    Comimos serenamente, aspirando el aire limpio y lo natural de una querencia entre dos amigos.

    Puse música y le dije, "esta canción me hizo mucho acordarme de ti, cuando te alejaste del Café. No sabía sí volverías, tampoco hice el intento de buscarte.

    Pregunté a otros de ti, pues tampoco quería serte enfadoso en un momento (momento que duró una eternidad), en que quizás necesitabas estar sólo. Espero la disfrutes, en lugar del nombre de Shame, me hubiera gustado llamarla Sweet surrender, porque creo que eso es lo que hace un hombre cuando se entrega al otro. ¿No lo crees? Le di un beso y lo abracé colocando mi mano por detrás de su espalda, como dos amigos de infancia.

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  14. El Turco...la dulce rendición X

    Shame, Williams & Barlow o la Dulce rendición


    Shame (¡Que lástima!) Williams y Barlow o Dulce rendición

    Shame, Williams y Barlow

    Well there's three versions of this story mine, yours and then the truth
    And we can put it down to circumstance, our childhood, then our youth
    Out of some sentimental gain I wanted you to feel my pain, but it came back return to sender
    I read your mind and tried to call, my tears could fill the Albert Hall, is this the sound of sweet surrender?

    What a shame we never listened
    I told you through the television
    And all that went away was the price we paid
    People spend a lifetime this way
    Oh what a shame.

    So I got busy throwing everybody underneath the bus
    And with your poster 30 foot at the back of Toys-R-Us
    I wrote a letter in my mind, but the words were so unkind, about a man I can't remember
    I don't recall the reasons why, I must have meant them at the time, is this the sound of sweet surrender?

    What a shame we never listened
    I told you through the television
    And all that went away was the price we paid
    People spend a lifetime this way
    And that's how they stay
    Oh what a shame.

    Words come easy, when they're true
    Words come easy, when they're true

    So I got busy throwing everybody underneath the bus
    And with your poster 30 foot at the back of Toys-R-Us
    Now we can put it down to circumstance, our childhood then our youth.

    What a shame we never listened
    I told you through the television
    And all that went away was the price we paid
    People spend a lifetime this way

    Fin

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  15. Don Franco...

    ¿Así que estuvo allí...? ¡Ah que pillo, nos estuvo siguiendo todo este tiempo...¡Mirá! Jajaja Un voyeurista en el tejado. Jajaja

    Manu, querido...

    Me hizo sonreir al imaginar la escena de usted desnudo montado en la grupa de un azabache mientras se agarra a un bigotudo villista. Seguro se lo llevará como trofeo al jefe...al mero Centauro. Jajaja

    Turquito...
    ¿Pero qué amenazas son esas cabroncito? Si llego una hora tarde a Santorini (mirá que hasta donde da vuelta el aire) ya le estás dando todas tus virtudes a otro. Naaah. Paso entonces Jajaja

    Ya en serio, y por si fuera necesario decirlo explícitamente, me da gusto que estés de vuelta.

    Abrazo fuerte.

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  16. DON PEPE...EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO II.

    Descansando en mi reposera boca abajo y desnudo, frente al mediterráneo, escucho pasos en la arena y una voz que me dice Sr desea un masaje con aceite? Si como no.
    A los cinco minutos llega un masajista todo vestido de blanco, pero yo estaba adormecido así que ni lo miré, solo le dije hágame un masaje relajante por favor.
    El no respondió, tomó aceite entre sus manos y comenzó a recorrer mi anatomía , sus manos eran fuertes y poderosas, noté que no dejaba vello sin humedecer, me relajé aún más y me entregué a la fuerza de esas manos, recorría con especial fruición el valle que separa mis nalgas.
    Luego me dio vuelta, seguí con los ojos cerrados, y recorrió mi amplio pecho velludo, hizo el caminito hasta el ombligo, con la yema de su dedo gordo presionó sobre mi ombligo, bañó mis muslos de aceite y los apretó con toda su fuerza, tomó mis bolas en su mano y apretando la bolsa testicular los olió y raspó con su bigote.
    Su lengua empezó a recorrer mi miembro enhiesto y duro como barra de hierro y mimbre.Succionaba con delectación, jugaba con su cara , para no llenar el miembro de aceite, y se daba golpes en las mejillas con él.
    Tomó mis muslos y los depositó sobre sus hombros hundiendo su rostro entre las bolas y el ojete..allí aspiró profundamente mientras yo apreté su rostro con ambos muslos, dándole la tácita orden de no escapar de ahí...por un buen rato.
    Succionó mis aceitadas bolas con delectación y luego me tomó entre sus brazos en el aire hasta que el peso de mi cuerpo cayó sobre su miembro que como palanca enorme y dura no permitió que siguiera bajando, me enlacé a su cuerpo velludo con mis piernas y disfruté al sentir esa verga durísima sosteniéndome húmeda contra mis nalgas, él me beso en el medio del pecho y entonces yo le dije:Pepe porque tardaste tanto en venir?
    Abrí los ojos y ahí estaba El..sonriéndome, sabiendo que como dos gatos traviesos y experimentados siempre sabemos con quién jugamos.
    ¿Cuándo te diste cuenta que era yo?- me preguntó.
    Desde la primer caricia sobre mi piel...nadie me toca como vos, nadie me hace el amor desde las yemas de los dedos, cada segundo era una constatación más de que eras vos..pero no quería abrirlos ojos, quería que mis otros sentidos te descubrieran.Y por último nadie me besa ahí, exacto sobre mi corazón ...como los haces vos Pepe.
    Con tu rostro lleno de felicidad me besaste, me robaste mi aliento de vida, que se metió en vos para ya no salir de ahí.
    Entonces empezaste a jugar a los celos: Así que entregas al primer Zorba que pasa?
    Sonreí y no contesté...cuando estoy caliente, tú sabes...no me gusta hablar mucho.
    Te miré haciéndote mil invitaciones tácitas y me alejé hacia el mar.Camine despacio dándote el placer de observar mis nalgas desnudas y brillantes por el aceite..me seguiste ya desnudo y cuando entre en el agua corriste hacia mí y me abrazaste desde atrás ..así estuvimos unos minutos quietos en el mar mientras me besabas desde atrás, luego giré y nos abrazamos de frente, sentí tus tetillas duras contra mi cuerpo y te tomé dela cintura para hundirte con fuerza en el agua y me alejé riendo...me buscabas , me dejaba agarrar y me escapaba nuevamente, así estuvimos jugando como dos niños hasta que el sol comenzó a descender.Entonces salimos dela agua, nos secamos uno al otro y nos sentamos en la arena, tu abrazándome de atrás... yo me sentí aún mas pequeño entre tus brazos y dejé que fueras por unos minutos mi padre-amante en ese día.
    El sol descendía majestuoso , sus ocres coloreaban el cielo que lo envolvía en nubes rojas, lilas , blancas hasta que comenzó a flotar sobre el mediterráneo y parecía decirnos guarden en sus retinas este instante...este instante es para ustedes, ustedes son este instante.
    Los dos vimos nuestras mejillas humedecidas ..yo sentí tus lagrimas y tú las mías y al desaparecer el sol me diste el beso mas profundo de todos , ese que me decía Estoy acá con vos...estamos juntos.
    Nos levantamos , nos tomamos dela mano y caminamos sin hablar ...las palabras estaban demás.
    Continúa.

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  17. DON PEPE... EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO III.

    Te deseo...le dije , después de nuestra cuarta copa de borgoña.
    Te echaste sobre la alfombra y yo me eché sobre vos, tomé tu cara y la recorrí con mis mejillas, te mordí, suavemente, el labio inferior,estiré el brazo y alcancé la copa de vino y te mojé el labio y bebí de el.Me reí estaba un poco alegre, solo un poco... ye dije:juguemos a los osos salvajes.
    Bueno dale, me dijiste, aún sin saber como se jugaba ese juego.
    Es simple: juguemos a ver quién tiene mas fuerza, a ver quien puede doblegar al otro oso.
    Y entre fricción y fricción descubriremos sensaciones nuevas.
    Nos tiramos sobre un colchón y empezamos a "luchar", los cuerpos fueron perlándose de sudor , las tetillas , tanto tuyas como mías engrandecieron , se pusieron violáceas y duras como botones de mármol...Te mordí en la nuca y exclamaste un agggggggggg ...mientras una corriente eléctrica te recorría la médula, aproveché y te inmovilicé desde atrás ..vos quedaste boca abajo. tome tus brazos en una llave , sobre tu espalda mientras mni verga se colocó sola apuntando contra tu ojete...no te podías mover , si lo hacías , para adelante o para atrás la verga se hundía sola en vos.Comenzaste a sudar más copiosamente, intestaste hablarme para convencerme de que te suelte, pero te recordé las reglas( inventadas por mi ahí , en ese momento)No se puede hablar durante el juego, solo se puede gemir, reír, morder..pero hablar no, el que habla pierde.
    Obedeciste, de mala gana pero obedeciste.Tu cuello enorme estaba empapado, tus venas azules se marcaban en él y me daban ganas de morderte ahí...pero me contuve.
    Tu cintura comenzó a temblar sola, mismanos estaban húmedas de deseo, con mi voz mas ronca y gutural te dije: La querés adentro? Me dijiste Noo, vos sabes que no va eso ..
    Y entonces te dije: Vos recordás Pepe cuando te llamabas Erastos y yo Eudemión y acá , en esta misma isla te hice el amor miles de veces?La sorpresa te invadió la mente y comenzaste a relajarte...CÓMO, QUE DECIS? ME PREGUNTASTE , LLENO DE SORPRESA?
    Sí una mujer, una pitonisa, me rebeló cuando llegué a Santorini, que vos y yo fuimos amantes en el año 355 a de Cristo, acá en estas islas.Yo le pregunté por nuestra relación y ella me dió detalles muchos detalles y luego yo recordé que en esa oportunidad, tu eras preferentemente pasivo, extremadamente viril , pero pasivo.
    JAJAJAJA reiste..como te gusta inventar Turquito mío... al reirte te aflojaste más, besé tu espalda empapada en sudor y hundi mi verga contra vos ..solo un cm...mmm que rica es la puntita verdad ..te dije...
    Cabrónnn..respondiste...pero no pediste que la sacara y entonces la empujé un cm más y esperé...respiré contra tu oreja, la lamí, la mordí y vos solo te dilataste y la verga fue despacitoo despacitooo hundiéndose en vos...solté tus brazos y comencé a acariciarte todo.Tome tu cara y te bese cada milímetro de ella ..menos la boca...vos gemías quedo , muy bajo...ayy que dulce dolor turquitoo agg como siento tus venas en mí cabrón..uhhh como laten...estábamos empapados y durísimos, toque tu verga con el dorso de mi mano y estabas taladrando el colchón con ella...comencé entonces una cabalgata tan febril y salvaje que parecía que no era mi mente la que me controlaba sino mi verga, ella ordenaba... me hundía salvaje,ente en vos y la sacaba integra y la volvía a meter..la dejaba unos minutos quieta y vos la presionabas , la ordeñabas, querías hacerme sufrir de placer...y lo lograbas.
    Prolongamos la dulce agonía hasta que tomándote del vientre y atrayéndote hacia mi estallé en un orgasmo tan violento que provocó el tuyo y eyaculaste sin haberte tocado.
    Quedamos gimiendo y temblando , mi verga no se aflojaba, quería permanecer en vos y así lo hizo por varios minutos ,dueña y señora de la situación.
    Te miré a los ojos y sin palabras te dije: te amo cabrón.
    Continúa.

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  18. DON PEPE ...EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO IV.

    Al día siguiente caminamos abrazados por la playa nudista, cuando veías mis ojos deteniéndome en algo que me llamaba la atención ..me preguntabas con la mirada y yo te contaba al oído , para luego estallar en risas.
    Fuimos y somos cómplices..cómplices del milagro de vivir.Luego desayunamos y nos fuimos a dormir a media mañaña
    Por la tarde, me llevaste a un lugar que conocías..estaba lleno de hombres haciéndose el amor a plena luz...Me pediste que me vistiera de marino , con mi traje mas entallado y vos te vestiste de policía..sabías como atraer las miradas , aunque sea por unos instantes, porque estaban muy ocupados. Me llevaste contra unas rocas , me bajaste el pantalón y me dijiste al oído quiero cogerte...ajá dije yo...y te mire riendo con los ojos...Me dejas...Te doy mis muslos son tuyos...vos querías algo más , pero las ganas eran más fuertes y dijiste si dalee por favor.
    Me pusiste de espaldas a vos , sacando el culo hacia vos y metiste tu gruesa y cabezona verga entre mis enormes muslos de rugbier, esos que te enloquecen...los cerré y empezaste a danzar con tu sable enhiesto..me aplastabas contra la roca enorme...me sobabas todo, tu verga cada ves mas mojada...entonces yo te dije mas despacio mas despacio..dejame pajearte..y tomé tu verga desde adelante cuando asomaba entre mis muslos y la acaricié, la acaricié integra, rodeaba su cabeza apretándola suavemente y lego la dirigí contra mi ojete y la use como pincel...pincelabas mi orto mientras cerrabas los ojos loco de placer...hasta que retomaste el control y volviste a cogerme entre las piernas mientras me besabas y succionabas mi lengua con pasión descontrolada.
    Me diste vuelta y comenzaste a cogerme entre los muslos pero de frente entonces me tiré hacia atrás y tome mi verga contra la tuya y las rodeé con mis manos la pasión era tanta que nos nos dimos cuenta que un hombre nos observaba y se pajeaba al mirarnos...lo vimos y seguimos, démosle un gran show te dije al oído.
    Me eroticé entero al acariciar tus nalgas velludas...te chuponié el cuello, quise dejarte las marcas de mi amor y entonces me pusiste en cuatro y desde atrás me pediste cerrar los muslos y me cogiste con toda tu fuerza mientras yo me pajeaba....en pocos minutos no aguantaste más y estallaste apretado por mis piernas y al instante acabe yo bañando mi pecho de leche...
    Miramos el hombre y el estaba acabando como un caballo.
    Reímos los tres , te tome de la mano, te la besé y te dije: No dejes nunca de amarme...siempre volveré a vos.Soy libre como el viento y vos también , pero cuando chocamos armamos tormentas de fuego y pasión.
    Seguimos caminando nuestra senda mirando hacia adelante y sintiendo que tu corazón latía en mi pecho y el mío en el tuyo.
    Fin.
    Para Pepe.


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  19. Querido Pepe: gracias por tan espléndida y cálida bienvenida.
    Sos un maestro escribiendo.
    Sobre todo gracias por tu amistad.
    En mis palabras ficcionales te envío todo el afecto que generas en mí, pero además del juego de palabras quiero que sepas que sos un gran hombre y como todo este grupo de amigos es para mí un inmenso placer conocerlos y quererlos.
    Gracias .
    El turquito.

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  20. Turquito lindo,

    Tu historia me transportó a tiempos pasados en el Café, y me hizo sonreír la trama y ese sello inconfundible tuyo. Sí, me hizo sonreír por lo amoroso que eres en medio de la pasión, pero además mantuvo mi verga turgente.

    Volveré a leerte para acariciarme lentamente. Tendremos que volver a Santorini...

    Me emociona la idea de que me consideres tu amigo, como me emocionaba cada vez que conocía amigos en la infancia. Los niños se entregan a la amistad sin condiciones.

    También me hiciste recordar una famosa frase de un expresidente mexicano que elogió la proverbial hospitalidad libanesa. "El que no tenga un amigo libanés… ¡que lo busque!", sin conocerte profundamente se que tu amistad, nuestra amistad nos brindará muchos momentos maravillosos, además de estar ahí, cuando se requiera.

    Bueno, yo ya te encontré...no necesito buscar...

    Y si, aquí he encontrado personas maravillosas y únicas como tú.

    Te quiero amigo, que tu vida siga viento popa y sigas navegando libre y hacia donde tu corazón te guíe.*

    Pepe

    *Ps. Pero vuelve siempre a casa.

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  21. Hola!
    Don Pepe y El Turco!!! mejor que un partido de tennis entre Delpo y Nadal!!!! me han tenido hipnotizado..!!

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