Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Esa mata de vello justifica el premio, bien ganado.
ResponderEliminarFabrice
Y ya podés imaginar de dónde colgamos la medalla de oro...
ResponderEliminarcon razon es el empleado del mes trabajo me cuesta despedirme de el......uhm!!!!!
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