Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
Asombroso, un trabajo de orfebre. Elegir el "leit motiv", buscar las diferentes piezas, en hebrar estas perlas de virilidad y darnos el placer de admirar.
ResponderEliminarAdmirar lo que vemos y admirar el talento de quién nos lo brinda.
Una vez más gracias Franco.
Fabrice
Asombroso, un trabajo de orfebre. Elegir el "leit motiv", buscar las diferentes piezas, enhebrar estas perlas de virilidad y darnos el placer de admirar.
ResponderEliminarAdmirar lo que vemos y admirar el talento de quién nos lo brinda.
Una vez más gracias Franco.
Fabrice
Tratando de corregir el tipeo de "enhebrar" en el primer comentario lo único que logré es duplicarlo.
ResponderEliminarFabrice
No preocupes, Fabrice, aunque no los dupliques, tus comentarios siempre valen por dos.
ResponderEliminarAbrazo
In trabajo cabal. Una obra artistica verdaderamente.
ResponderEliminarGracias, Tony!
ResponderEliminarUna muy motivadora exposición de luz blanca contrastada con los hombres, con sus tonos de piel, y por supuesto, con los colores de sus vellos. Por sus propias particularidades un vellohomo siempre contrastará. Siempre provocará una señal inequívoca en nuestros ojos, en nuestra mente y en nuestro cuerpo. En ese preciso momento, algo dentro de nosotros hace ¡buuummmm!. Sin duda las fotos # 7, 32 y 38 sugieren y provocan a la vez. Gracias Franco por esta selección.
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