Sí, siempre volverán, son ellos, los "letales". No necesariamente bellos, pero temibles. Temes enamorarte de ellos, temes que te hagan sufrir, temes no poder quitártelos de la cabeza, temes no pensar, temes que te miren, temes que no te miren, temes estar pendiente de sus llamados, de cada movimiento que hagan o no hagan, temes serles fiel, temes que te hagan feliz, temes que te hagan infeliz, y temes muchas cosas más porque son lo que son, adorables hombres letales que te harán sentir único, y temerosamente vulnerable.
Esos culitos al aire, en contraste con la virilidad de frente que aún en reposo tiene un aire casi combativo, parecen tan vulnerables, tiernos, que impulsan a acariciarlos.
ResponderEliminarFabrice
¡Ohhh!, 54 sorpresas. Personalmente sí prefiero los vellohomos con los "pantalones bién puestos", porque precisamente me brindan la oportunidad de quitárselos. Jajaja. Algo que se sugiere, porque no es explicito, siempre desemboca en una gran curiosidad. Aquí me encontré 3 regalos a medio desenvolver: el # 7, el # 22 y el # 41. Descubrir lo que hay debajo de sus camisas, imaginar sus manos y sus pies, pensar y repensar sobre lo que ocultan discretamente detrás de sus piernas, es simplemente provocador y placentero.
ResponderEliminarGracias Franco. Saludos.