Desde la primera vez que, siendo niño, me fascinó el torso desnudo de un hombre, sigo asombrándome ante la maravilla de sus formas. Que un hombre se quite la camisa es algo que, al estar aceptado socialmente en ciertos ámbitos, suele pasar desapercibido. Para mí -y sé que para ustedes también- es como si me montaran el mejor espectáculo erótico del mundo.
¿Quién no se haría explorador para recorrer estas selvas, tan atrapantes? Eventualmente quedarse a vivir en una tan frondosa como la N* 40, o la 11. Actuán como un imán y no se resiste a su llamado. Equiparse con casco y mochila y partir a la aventura.
ResponderEliminarFabrice
Fabrice,
ResponderEliminarEn ese sentido, creo que este es un blog para exploradores, y todos lo somos aquí, expertos para reconocer y transitar por cada selva -cuanto más intrincada y virgen mejor-, buen olfato para no perderse (y/o perderse), e intrépidos aventureros conscientes de que a veces el viaje ya no tendrá retorno.
Amo estas selvas. Las recorrería por horas, días, meses.
FASCINANTE! ES POR ESO QUE ANDO ASI DE SALVAJE!
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